THE ROAD (LA CARRETERA) crítica: Precaución, amigo conductor…

Precaución, amigo conductor... Ni motorizado como Mad Max, ni a caballo como el Cartero. ¡Carrito de supermercado y gracias! Por Dr. Bishop

<Los peores presagios augurados por los oráculos del PP se cumplen: Zapatero toma la Casa Blanca a la fuerza y pasa a dominar el destino del planeta Tierra. Un pequeño error del muy políglota en su primer día de trabajo, concretamente pensar que el botón "Active nuclear weapons" significa "Ponme una de bravas, Pepe", envía el mundo a la crisis, pero ahora de verdad. Todo lo que conocemos queda reducido a cenizas, mientras Zapatero amansa urbi et orbi a las masas supervivientes con mensajes bíblicos y una promesa en forma de haiku castizo que marcará a las nuevas generaciones: "Bravas para todos, y si no, pues chocos".

   Como es natural, Cormac McCarthy obvió explicarnos este bochornoso origen en su novela “The Road”, ganadora del Pullitzer. Ya desde su publicación, y al igual que ocurrió con “El perfume”, algunos cortos de miras alegaron que la obra era infilmable, tanto por su pesimismo extremo (los dramas de kilo, ese veneno ancestral de las taquillas), como sobre todo por su base argumental mínima.

"El mensajero del futuro nos ha pedido que le entreguemos una carta a un tal Max Rockatansky..."

   A pesar de estos inconvenientes de base, The Road “The movie” se postula paradójicamente como un magistral ejemplo de adaptación de novela al celuloide, siendo fiel a ella en su sentido último pero tampoco absolutamente reverente en su totalidad. Respeta el ritmo pausado del relato (la alternativa unineuronal habría sido alargar los episodios de holocausto caníbal), limita el recurso de la voz en off (aunque abusar de ella tentaría a cualquiera), y recuerda a más de un navegante que el cine, como medio visual que es, debe plasmar en imágenes el significado del texto, mostrándolo antes que explicándolo.

   Por tanto la contundente prosa de McCarthy, fatalista e inmisericorde con la humanidad, es traducida a nivel visual en paisajes tétricos de una desolación insalubre (dando a entender que son producto de algún pecado original humano) y en una fotografía casi incolora que sublima el clima antinatural.

   El vestuario andrajoso (hasta decir basta, por Dios) y el diseño de producción de ordenadísimo desorden –un mundo “post”-post-apocalíptico, ya prácticamente prehistórico-  sugieren como en la novela que el hombre, antaño civilizado y post-industrial, ha sido devuelto de una patada en los huevos a las cavernas (sean las cuevas naturales donde se refugian esporádicamente los protagonistas, sean los sótanos a modo de despensa self-service donde los caníbales amontonan los mutilados).

   Incluso la única gran licencia del film, inventar calculadísimos flashbacks donde aparece la esposa del protagonista, no sólo es un acierto estético evidente (nada mejor para contrastar el feísmo homeless que un bellezón como Charlize Theron), sino una inspirada e inesperada precisión argumental que ahonda en el principal dilema planteado en el libro: ¿merece la pena sobrevivir y mantener la esperanza ante el abismo existencial del Horror en mayúsculas?

"Ten fe, George Miller está intentando convencerlo para que haga Mad Max 4"

   Algunos nos habríamos rendido a las primeras de cambio, no obstante el padre del relato, Viggo Mortensen, responde a ello aferrándose al amor paterno-filial, quizás como última afirmación de vida y esperanza (oigo sus risas, malditos cínicos cretinos).

   Quede constancia que no somos grandes fans de la patria potestad, y menos en estas condiciones deprimentes, pero caballeros, si algún día hay que apechugar y ser padres, nuestro modelo a seguir será Viggo Mortensen. El padrazo del año./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Venus Hall of Fame
		Recomendada por Kuato a: los dirty kings Mickey Rourke y Nick Nolte, que estarían encantados de posar en esta pasarela de moda vagabunda para poder revolcarse por la abundante carroña.
		No recomendada por Kuato a: Isabel Preysler y sus hijas Chabeli y Tamara, presas de una terrible desesperación existencial al desconocer si han sobrevivido al Armageddon puntales de la humanidad como Gucci, Miami Beach o Porcelanosa.
		Ego-Tour de luxe por: Viggo Mortensen, referente actoral por su excelente trilogía de grandes interpretaciones: Una historia de violencia y Promesas del este (ambas de David Cronenberg) y la presente The Roadde John Hillcoat. Tours de force espectaculares.
		Atmósfera turbínea por: que pelis post-apocalípticas tan imprescindibles como Hijos de los hombresen su día, o The Road este año, hayan sido ignoradas totalmente por la Academia. ¿Mano negra en los Oscars… o directamente “Villarato”?

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