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THE ZERO THEOREM rueda: El hombre antitecnológico

Terry Gilliam nos convence de que las nuevas tecnologías nos abducen como un ovni volante

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 12/10/2013. Terry Gilliam parece haberse anclado en los setenta sin haber evolucionado desde sus tiempos montyphytonianos. La prueba de cómo ha llegado al hotel Melià Sitges acompañado de una secretaria de prensa es buena prueba de ello. Chaqueta hippy a juego con su barba blanca y su coletita de joven padawan, sandalias, y dos bolsas de viaje en vez de maleta (y a juzgar por su estado, muy pero que muy viajadas). Su aspecto de progre sententero y setentón choca con que su película sea una visión futurista de las empresas tecnológicas, y por eso mismo las nuevas tecnologías en general y la opinión que tiene de ellas han sido los temas reinas de la rueda, mostrándose Gilliam filosófico y escéptico a partes iguales.

Pregunta sencilla: ¿qué le atrajo del guión para decidirse por esta película? Respuesta filosófica: "me pareció interesante la idea de que en el mundo actual las personas están interrelacionadas gracias a las nuevas tecnologías y ver la desconexión que se puede crear entre ellas, así como que se puede llegar a estar muy solo, y estar solo para sobrevivir en el mundo que vivimos". Otra pregunta: ¿qué otros temas trata la película? Y otra respuesta también filosófica: "otro tema es la impotencia, pues cuando el personaje intenta enfrentarse a la empresa en la que trabaja fracasa completamente. Por eso la película también va sobre el fracaso y sobre la relación con otras personas. ¿El hecho de tener más información nos hace más felices? La respuesta es no".

 

"La única tecnología buena es la tecnología del tronco-móvil de los Picapiedra"

 

Ya lo ven, parece que el hombre se haya estado dedicando a estudiar manuales de autoyuda en los últimos tiempos (será para superar el fracaso emocional que le supone no encontrar financiación para realizar su ansiado proyecto sobre Don Quijote), así que más que hablar de las nuevas tecnologías, lo que hace es criticar las nuevas tecnologías. ¿Significa eso que él no las utiliza? ¿Tiene facebook? ¿Puede vivir sin iPhone? "Tengo iPhone porque la casa Apple me lo regaló (risas). Soy una víctima más de este mundo interconectado, por eso hago películas sobre este tema, para intentar salvarme. Ahora parece que no existimos y que nuestras vidas no tienen sentido si no estamos conectados continuamente. Andy Warhol nos ofrecía la idea de quince minutos de fama, ahora mismo esos quince minutos son muchos menos por estar en facebook y tweeter porque las nuevas tecnologías consumen nuestro tiempo. Les diría a la gente que ocupara su tiempo en cosas más importantes, como leer un libro".

"Se puede llegar a estar muy solo, y estar solo para sobrevivir en el mundo que vivimos. ¿El hecho de tener más información nos hace más felices? La respuesta es no"

Y sigue criticándolas alegando que internet está ocupado sólo por cotilleos y porno, ofreciendo tantas distracciones que te privan de hacer otras cosas más interesantes (él mismo se podría pasar todo el día delante de la pantalla gigante de su ordenador), por eso es bueno que la gente salga y no se quede en casa conectándose. Y ya puestos, en su condición de mesías antitecnológico, opta también por criticar el consumismo. Si no supiéramos que es director de cine y que ha dirigido películas como El rey pescador, 12 monos o El secreto de los hermanos Grimm, diríamos que es un asceta que vive en solitario en la cima de una montaña comiendo solamente lo que cultiva en su huerto. Vean lo que responde a la pregunta de qué diferencias tiene The Zero Theorem con Brazil, su gran película sobre sociedades futuristas, y cómo ha cambiado su concepción del cine fantástico desde que la hizo hace ahora treinta años.

 

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Terry Gilliam, un Quijote perdido en la Mancha tecnológica

 

"La diferencia es que en Brazil hablaba de un ministerio que formaba parte de un gobierno y en esta película hablo sobre una empresa en particular. Las empresas son uno de los poderes más importantes de la sociedad. Tienen el control de todo. El consumismo le ha robado la parcela a la religión, la parcela que daba sentido a nuestras vidas, porque ahora es lo que posees lo que da sentido a tu vida" (soledad, interconexión, fracaso, relaciones humanas, consumismo… y ahora también religión. No digan que más que una rueda de prensa, esto no parece una conferencia de “Cómo ser feliz y no morir en el intento” a cargo de Tyler Durden, el protagonista de El club de la lucha…).

Por la misma razón su visión del futuro sigue siendo pesimista, por eso todas las máquinas electrónicas que saca en sus películas son cachivaches gigantescos para generar sensación de caos, a pesar de que en la realidad se fabriquen cada vez menores, y por eso sigue abogando por los efectos especiales artesanales en vez de los digitales. En The Zero Theorem nos cuenta que ha llegado a un equilibrio intermedio entre ambas técnicas, por eso en su próxima película intentará que todos los efectos sean a la antigua usanza, con transparencias y maquetas igual que el prólogo que dirigió para El sentido de la vida hace treinta años, un corto facturado totalmente a mano que por la época en que lo realizaron, y el tiempo y el presupuesto del que dispusieron, considera (y en eso estamos de acuerdo) que fue un muy buen trabajo (como todo lo estrenado bajo el signo de Monty Python, añadiría yo).

 

THE ZERO THEOREM. Estreno en Venusville: 28/11/2014

 

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