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WISH: EL PODER DE LOS DESEOS crítica: Cuidado con lo que deseas

Disney celebra su centenario poniendo tanto autoguiño en Wish, que se acaba olvidando de Wish

RAY ZETA

Walt Disney Pictures cumple 100 años. ¡Felicidades! Y para celebrar cifra tan mágica, la casa del tío Walt se autoregala una película que referencia con mil guiños a sus cien años de historia. Sólo empezar, aparece un personaje que también cumple 100 años, ¿casualidad?, no, por supuesto que no, autohomenaje, pues Wish: El poder de lo deseos busca ser un compendio de todo el imaginario Disney visto en estos cien años (o al menos del imaginario más emblemático), por lo que tampoco es casualidad que nos cuente una historia acerca de deseos, sueños y magia, a modo de recordatorio que durante diez décadas nos ha hecho soñar con historias llenas de magia.

Ni que sea una historia de princesas Disney en su estilo más clásico, con todos los personajes marca de la casa: la protagonista decidida, emprendedora y segura de sí misma, con una personalidad más propia del siglo XXI que de la época a la que pertenece; la mascota animal graciosita metida a martillazos para acompañar las happy meals del McDonald’s y vender muñequitos de merchandising; el pérfido villano que ofrece el contrapunto a la bondad, honestidad y corazón puro de la protagonista... No hay en esta ocasión personaje masculino de interés romántico para la prota, será que las niñas de hoy son tan independientes que no necesitan novio…

 

"Tras los fracasos de Indiana, The Marvels y el nuestro, veo un futuro negrísimo"

 

También aparece un elemento mágico cuquito, como lo era la alfombra mágica de Aladdin, los objetos encantados de La bella y la bestia o el muñeco de nieve Olaf de Frozen (aquí es la estrella de los deseos), y una pandilla de personajes secundarios formada por familiares, amigos y demás, que en esta ocasión resulta de lo más anodina (un recuerdo para Baby Noi de Raya y el último dragón). O sea, que Wish: El poder de los deseos posee todos los elementos necesarios, además de una historia épica con una moraleja que ensalza el espíritu (debemos luchar para que se cumplan nuestros sueños sin dejar que nadie nos los arrebate), para convertirse en otro clasicazo de Disney sin paragón.

Wish: El poder de los deseos, pese a rellenar la plantilla con los elementos y personajes citados, no acaba de funcionar”

Pero la sorpresa es que esta vez no lo han conseguido (exclamen aquí un largo y sentido “oh” como si los concursantes del “Un, dos, tres, responda otra vez” hubieran perdido el apartamento de Torrevieja, Alicante). Y eso que Disney tira de plantilla, una plantilla que rellenándola con los elementos apropiados (siempre elementos intercambiables de una película a otra), siempre funciona. Así lo lleva haciendo desde los albores de la primera era, y así lo ha hecho con éxito en títulos recientes como Raya y el último dragón, Moana y Frozen, pero en el caso de Wish: El poder de los deseos, pese a rellenar la plantilla con los elementos y personajes citados, no acaba de funcionar.

 

"Consuélate pensando que más tontito era el mapache Meeko de Pocahontas"

 

Wish: El poder de los deseos parece que se haya hecho deprisa y corriendo, sin el mimo y la dedicación a la que Disney nos tiene acostumbrados. Nos cuentan la historia de siempre, pero nos la cuentan de una manera más superficial que la habitual, sin profundizar en los personajes (sólo recordaremos la estrella de los deseos; el villano es soso y aburrido, nada que ver con otros como Jafar o Úrsula, y no digamos ya con clásicos como Cruella De Vil o Sherekan; la cabrita Valentino es de juzgado de guardia; y los secundarios, como les decía, completamente invisibles), y sin profundizar en la historia misma, al estar más preocupados por autoreferenciarse que por contarla.

Tampoco ayuda que en esta ocasión haya más canciones de la cuenta, la mitad de ellas baladas lentorras que detienen la acción con la única intención de alargar el metraje. Una lástima, porque Wish: El poder de los deseos esconde una película, que de haberla trabajado con el mimo que merecía, habría aflorado en todo su esplendor. Ideas acertadas no le faltan, como la de los deseos guardados en esferas que levitan, pero como ocurre con todos los demás aspectos de la película, acaba resultando desaprovechada. Demasiados ojos puestos en las pelis del pasado, y demasiados pocos puestos en la peli de presente, total para llegar a la conclusión que cualquier peli pasada fue mejor.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: quien en los últimos años sólo haya visto Mundo extraño, así tendrá el listón más bajo.

No recomendada por Kuato a: quien en su devedeteca tenga Raya y el último dragón, Moana y Frozen, como últimas adquisiciones.

Ego-Tour de luxe por: la estrella de los deseos. El único artículo de merchandising que tendría en mi estantería.

Atmósfera turbínea por: ¿es necesario darle a la película ese color desgastado como si fuera pintado a mano? Toda la peli acordándome del puto payaso de Micolor.

 

WISH: EL PODER DE LOS DESEOS. Estreno en Venusville: 24/11/2023.

 

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