ABSOLUTAMENTE TODO crítica - Diario de Venusville

Simon Pegg imita al Jim Carrey de Como Dios con los mismos poderes en Absolutamente todo

■ RAY ZETA

Es triste hacerse mayor. Te cansas al subir escaleras, debes controlarte la sal en la alimentación, de noche te tienes que levantar a mear cada hora, y ya no tienes la chispa humorística de antes. Sí, es triste hacerse mayor porque uno pierde las facultades de la juventud, y es más triste aún cuando uno lo ha sido todo en su ámbito como Terry Jones. Porque aquí donde le ven, este señor de 75 años de aspecto afable revolucionó el humor en la década de los 70 con el grupo Monty Python (hablo ahora para los más jóvenes), actuando en toda clase de papeles, escribiendo y dirigiendo el programa de sketches "Monty Python's Flying Circus" y las películas Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores, La vida de Brian y El sentido de la vida (pedazo de obras maestras de la televisión y del cine respectivamente).

Pero ay, que los años no pasan en balde, y cuando uno se ha pasado los últimos tiempos haciendo sólo televisión y documentales (nada menos que 20 años) mientras ha ido viendo crecer a los nietos y alimentando las palomas del parque, y le da por volver a escribir y dirigir una película, mal nos pese hemos de reconocer que quizás se ha perdido el mojo de antaño como es el caso. Porque Absolutamente todo es una comedia (comedia fantástica claro, si no, no la reseñaríamos en Diario de Venusville) que no hace ni puñetera gracia ya desde sus primeros planos, en los que un grupo de extraterrestres doblados por los Monty Python al completo (John Cleese, Michael Palin, Eric Idle, Terry Gilliam y el mismo Terry Jones) conceden a un humano elegido al azar poderes mágicos para ver cómo los utiliza.

"¡Retira ahora mismo que La bestia del reino está mejor dirigida que La vida de Brian!"

Exactamente la misma premisa, ya lo ven, que vimos en Como Dios hace trece años. Sólo que Como Dios, con un Jim Carrey en estado de gracia divina (valga la redundancia), era infinitamente más graciosa, arriesgada e irreverente (Dios era Morgan Freeman, o sea negro, y uno de los top gags era hacer salir un mandril del culo de un pandillero). Y que conste que Simon Pegg no tiene la culpa nada, ya que el hombre cumple con creces con su papel con su solvencia habitual. El problema de Absolutamente todo es simple: su guión. Sencillo, poco ambicioso, puramente televisivo, y, como he avanzado, absolutamente carente de gracia. Los únicos gags que dan un poco de juego son los del perro inteligente (con voz de Robin Williams) ya que brindan algún que otro diálogo chisposo, pero el resto, créanme, son de vergüenza ajena.

“El problema de Absolutamente todo es simple: su guión. Sencillo, poco ambicioso, puramente televisivo y absolutamente carente de gracia”

Porque no nos engañemos. Si ahora de golpe y porrazo descubriéramos que tenemos poderes mágicos para hacer absolutamente todo (repito: TODO) lo que quisiéramos, ¿para qué los utilizaríamos? Pues para las necesidades básicas de todo ser humano, que no son otras que triunfar, follar y tener pasta, por supuesto, y sí, luego vendrían el hambre y la paz en el mundo, pero siempre en segundo orden. Pues aquí el personaje de Simon Pegg los utiliza sólo para mejorar cositas de su día a día como el curro, las relaciones con sus vecinos y conquistar a Kate Beckinsale. Todo muy políticamente correcto como un programa televisivo, ya lo ven, el resto, gags aislados tan malos como ridículos, como convertir a un amigo en una salchicha o hacer que a toda la población le crezcan orejones y pies de pato (y ahora es cuando suspiramos recordando el Como Dios de Jim Carrey).

"No te preocupes por mí si sale mala, que ya hice Click con Adam Sandler"

Sólo hay un punto que ha llamado mi atención, y es el acierto de mostrar que los deseos jamás salen a la primera como uno imagina cuando los pide en voz alta, y por ello se deben especificar detalles para corregirlos. Recuerdo un episodio de Expediente X en el que el agente Mulder conocía una genio que le concedía tres deseos, y como la cagaba con los dos primeros por no especificar cómo quería lo que deseaba (eso de pedir que un muerto vuelva a la vida y devolverlo como zombie, alegando que no se ha especificado cómo debía volver), redactaba el tercer deseo en forma de contrato de treinta páginas para no dejar ningún detalle sin especificar. Pues aquí a Simon Pegg le sucede lo mismo, y no son pocas las veces que debe corregir sobre la marcha lo que ha provocado con su magia, como seguramente ocurriría en la vida real.

Comedia fantástica fallida pues, no salvándola ni las escenas en las que salen los alienígenas que deciden el destino de Simon Pegg. Unos alienígenas mezcla entre los extraterrestres que salían al final de Exploradores y las criaturas de Jim Henson de Dentro del laberinto, y más cutres que los de un cortometraje realizado por chavales de instituto. Lo que perdonaríamos por estar interpretados, como ya he avanzado, por los Monty Python, y nos ofrecieran lo que esperábamos los fans montyphytoneros de toda la vida: diálogos ingeniosos, inteligentes y surrealistas como los de sus obras clásicas (¿quién no recuerda el de los cocos y las golondrinas de Los caballeros de la mesa cuadrada?). Pero nada, las escenas de los alienígenas y sus diálogos, son tan sosos y carentes de gracia como el resto de la película. Es triste hacerse mayor.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

Recomendada por Kuato a: quien no sepa quién es Terry Jones o los Monty Python, así no se deprimirá.

No recomendada por Kuato a: quien sepa quién es Terry Jones y los Monty Python. Que pase de Absolutamente todo y revise La vida de Brian.

Ego-Tour de luxe por: el perro que habla. Podría parecer salido de un sketch de “La hora de José Mota” (por ejemplo cuando pide galletas), pero al menos queda simpático.

Atmósfera turbínea por: ¿todos los poderes mágicos que uno quiera, y ni un solo gag recordable? Éste no es el Terry Jones que escribió y dirigió el sketch de los católicos y los protestantes de El sentido de la vida.

■ ABSOLUTAMENTE TODO. Estreno en Venusville: 13/05/2016