Categorías

CAUTIVOS (THE CAPTIVE) crítica: El coleccionista de niños

Cautivos (The Captive), un desangelado thriller tan gélido como los parajes nevados donde sucede

BETO

Atom Egoyan sigue con su transición de estilos. Tras tocar dramas como Ararat, o El dulce porvenir, películas de corte más oscuro como El viaje de Felicia, thrillers como Chloeo temáticas judiciales como Condenados, vuelve a intentarlo con su estilo personal en otro thriller como Cautivos. Bueno, siempre bajo la premisa de lo que entiende el director de origen armenio como un thriller, ya que desde el inicio de la confusa película uno ya sabe quién es quién y no hay lugar para la sorpresa, simplemente uno tiene que dejarse llevar por los acontecimientos hasta la resolución de la historia.

Comento lo de confusa porque Cautivos no sigue una linealidad, sino que juega con el pasado y el presente de una forma brusca, llevando a la confusión en ciertos momentos al espectador. Siendo consciente de que éste no es el mejor terreno en el que mueve, Egoyan se ha rodeado de actores con los que ha colaborado anteriormente, como Kevin Durand, Mireille Enos o Scott Speedman, tal vez con la intención de sentirse más cómodo. Nada más lejos de la realidad, amigos, ya que este thriller es más gélido que los parajes nevados en los que se desarrolla la acción. ¿La culpa? Pues de todo un poco.

 

"Con la nueva ofensiva de DC retomaremos la saga de Linterna Verde y me forraré"

 

Para empezar, la trama: basada en el secuestro de una niña, cuyo caso se reactiva ocho años después a raíz de descubrir la policía que la chiquilla sirve de reclamo para la captación de niños (vete tú a saber con qué oscuras intenciones), es absurda. Eso sí, Egoyan está muy acertado al poner a la palestra este sórdido mundo sin enseñar una sola escena truculenta. Decimos que es absurda porque no es nada creíble el hecho de que la niña esté conectada al mundo exterior mediante unas cámaras ocultas que le permiten ver cómo trabaja cada día su madre, como si estuviese viendo El Show de Truman, o que pida ver a su padre un día, ¡ocho años después!, para volverse después con sus captores sin rechistar.

"Desde el inicio de la confusa película uno ya sabe quién es quién y no hay lugar para la sorpresa"

Esto se debe a que Egoyan utiliza la historia para mostrarnos la crueldad del ser humano (supuestamente reflejada en Durand y su pandilla) y, al mismo tiempo la decadencia humana, representada en el desmoronamiento del matrimonio de la niña y el sentimiento de culpabilidad del padre (Ryan Reynolds), sin importarle mucho el secuestro en sí ni la resolución del caso. Por cierto, nunca me imaginé que diría esto, Ryan, pero prefiero verte con los calzones verdes de Linterna Verde que interpretando a un poco convincente padre de familia desesperado.

 

"Dicen en DC que quedé tan ridículo que no me quieren ni en La Liga de la Justicia"

 

Otro elemento que hace que la película naufrague es la poca profundidad de los personajes y la apatía que transmiten al espectador. Kevin Durand, sin ir más lejos, no es nada creíble como secuestrador (el momento freak tarareando ópera es lamentable), por no hablar de las insulsas conversaciones que mantiene con la niña cautiva. Scott Speedman da risa interpretando el papel de policía que, escarmentado por experiencias pasadas, desconfía de una forma ridícula de Reynolds. Hasta Mireille Enos, la brillante detective Linden de The Killing está difuminada en su papel de madre de la niña y queda en un segundo plano eclipsada por Rosario Dawson, de lo mejor de la película, aunque su protagonismo quede emborronado por un secuestro sin mucho sentido.

Para rizar el rizo, la película tiene un final atropellado, como si Egoyan ya hubiese explicado lo que tenía que explicar y la forma de resolver la película le importase un pimiento. De hecho, está claro que no le importa, ya que una vez mostradas las miserias humanas de los protagonistas, al director le viene extraño el envoltorio de intriga de la película, y eso se nota en la resolución final, sobre todo desde la escena en que Reynolds se encuentra cara a cara con los secuestradores. Este final apresurado hace que el film dé la sensación de tratarse de un telefilm de domingo por la tarde más que de un thriller de alto copete (bueno, ni alto ni medio ni bajo...). Me viene a la mente la magnífica Prisioneros de Denis Villeneuve y me maravillo de lo dispar que puede ser el resultado de una película en función de los caprichos del director. Y es que los premios festivaleros pueden ser muy malos, ¿cierto, señor Egoyan?

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: secuestradores ilustres, como el Casanova de El coleccionista de amantes o Buffalo Bill de El silencio de los corderos. Se descojonarán viendo a Durand.

No recomendada por Kuato a: los que ven la red como un peligro continuo para la humanidad. Saldrán reafirmados en sus creencias.

Ego-Tour de luxe por: el puñetazo de Reynolds a Speedman. Además de interpretar un papel ridículo, su personaje cae muy mal, así que se lo merece sin duda.

Atmósfera turbínea por: la indolencia de Egoyan con el film, pensando que un thriller sólo precisa de historias personales y el resto es insustancial.

 

CAUTIVOS (THE CAPTIVE). Estreno en Venusville: 15/05/2015.

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario