Categorías

LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI crítica: Abbot y Costello contra las brujas

   

Abbot y Costello contra las brujas

El chico listo (Hugo Silva) y el tontito (Mario
Casas), huyen de brujas vestidas con sábanas

Por Ray Zeta

 

<Tanto la académica Los crímenes de Oxford como la pequeña La chispa de la vida significan excepciones en la filmografía de Álex de la Iglesia. Porque a Álex de la Iglesia lo que le pone es la desmesura, lo grotesco y el esperpento, representados en imposibles personajes de tebeo cargados de mala leche que apuntan hacia la comedia negra. El comando de Acción Mutante, el trío de El día de la bestia, los vecinos de La comunidad, los cowboys de 800 balas o el circo de Balada triste de trompeta, representan el cine de Álex de la Iglesia en su máximo exponente. Las brujas de Zugarramurdi, con las brujas del título al frente, sigue de lleno esta línea revelándose aún más comedia que la mayoría de los títulos citados. Una comedia negra (como no podía ser de otra manera) que intenta emular el tono de La comunidad, al repetir la propuesta de personajes motivados por la codicia atrapados por un colectivo con intereses poco éticos.

   De hecho, hilvanando más fino, se podría decir que Las brujas de Zugarramurdi es un cross-over entre La comunidad, Abierto hasta el amanecer, de la que parece haber copiado su argumento (dos atracadores caen en las garras de un colectivo de brujas durante su huída a Francia), y Lobos de Arga, de la que es prima-hermana directa ya que por tema y argumento comparte más de un punto en común, aunque desafortunadamente para nosotros no sea ninguna de las tres ni en personajes, ni en acción, ni en narración. Todo lo que tenía La comunidad (en mi opinión la obra más redonda de Álex de la Iglesia hasta el momento) de inteligencia narrativa (ir adentrándose paulatinamente en la historia mientras se va presentando poco a poco a los personajes hasta llegar al emocionante clímax), y Lobos de Arga de chisposa, divertida y desacomplejada, Las brujas de Zugarramurdi lo tiene de tosco, burdo y zafio a más no poder.

 

"Si las tres brujas de Eastwick se follaban a Jack Nicholson, nosotras no vamos a ser menos"

 

   Empezando por sus personajes, dos atracadores de los cuales uno está tan planamente construido como discotequero poligonero que parece una mala parodia del “Neng de Castefa” popularizado por Edu Soto (además de estar penosamente interpretado por Mario Casas –y miren que tanto en Carne de neón como en Grupo 7 estaba la mar de correcto-, por lo que a Hugo Silva no le cuesta salir vencedor de su particular duelo interpretativo); dos secundarios tan gratuitos como innecesarios (el taxista  y el secuestrado); una pareja de policías más tontos que Hernández y Fernández (Pepón Nieto y Secun de la Rosa); y un grupo de brujas tan numeroso como irregular: Carmen Maura, Terele Pávez y Carolina Bang dan el pego como tríada brujeril, y los personajes de María Barranco, Santiago Segura y Carlos Areces tienen su gracia, pero todo el resto parece haber sido contratado en un día de mercado a cambio de una birra y un bocata.

 

  "Todo lo que tenía La comunidad de inteligencia, y Lobos de Arga de chisposa, divertida y dsacomplejada, Las brujas de Zugarramurdi lo tiene de tosco, burdo y zafio"  

 

   Siguiendo por sus motivaciones, tan mal justificadas como un pitufo verde. Desde su decisión de fugarse a Francia (los dos atracadores no se conocen y no lo habían hablado), al hecho de entrar en la casa acompañando a Carmen Maura, pasando por sus deseos de largarse o quedarse según de dónde sople el viento, pese a las dramáticas circunstancias, por no hablar de la ridícula actuación de los dos policías. Y eso que el atraco en la tienda de oro de la Plaza del Sol con Hugo Silva y Mario Casas disfrazados de Jesucristo y soldado respectivamente, es un arranque excelente que desafortunadamente se diluye en los larguísimos y aburridos diálogos mantenidos en el interior del taxi (que ponen de manifiesto la guerra de sexos como leit motiv que se irá arrastrando hasta el final del film, a pesar de introducir en la trama la parte fantástica).

 

"Nos gusta tanto Madonna que le copiamos el conjuro que realizaba en Four Rooms"

 

   Parte fantástica que por giros argumentales de lo más patilleros y haber sido realizada con unos efectos especiales a la altura de los giros, resulta del todo irregular. Por no espoilearla más de lo suficiente la clasificaré en tres segmentos: segmento “Abierto hasta el amanecer”, en la que las brujas se manifiestan con poderes más propios de vampiros como el Drácula de Drácula de Bram Stoker o la Selene de Underworld; segmento “El baile de los vampiros” (al que también podríamos perfectamente llamar segmento “Familia Addams vs. Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”), y el segmento “Lobos de Arga”, con unas ridículas persecuciones y unas correrías ahora por aquí, ahora por allá, entre alarido y alarido despavorido, más propias de los dibujos de Scooby-Doo y de las películas de Abbot y Costello, que de una superproducción española del siglo XXI con ínfulas de taquillera, hasta llegar a una sorpresa aún más patética que todo lo visto hasta el momento, que parece rendir homenaje al final de Ghostbusters (y hasta aquí puedo leer, que decía Mayra Gómez Kemp en el “Un, dos, tres”).

   Una lástima, porque ni siquiera el final salva la papeleta permitiendo al menos que abandonemos la sala esbozando una media sonrisa. Álex de la Iglesia siempre ha tenido problemas para acabar sus películas y siempre ha manifestado ser consciente de ellos (si El día de la bestia no es su mejor película, precisamente es por su final atropellado y mal explicado), por eso es de extrañar que haya elegido el de Crimen ferpecto (el que tenía el dudoso honor de ser el peor de toda su filmografía… hasta ahora) como modelo de inspiración. El final de Las brujas de Zugarramurdi es un final fuera de trama que dinamita todos los preceptos propuestos en el metraje, saltándoselos a la torera y pasándoselos por el forro. De la Iglesia nos pellizca el carrillo y nos da un cachete en él mientras oímos su carcajada, y nos dice que está lloviendo maná del cielo después de habérsenos meado en la boca. La guinda final que nos apuntilla, nos crucifica y nos quema, cuales reos medievales expuestos con sambenito en la Plaza Mayor. La Plaza Mayor de Zugarramurdi, por supuesto./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Congelada en carbonita
     
     
  Recomendada por Kuato a: los que quieran vez una versión cañí de Las brujas de Eastwick con Carmen Maura, Terele Pávez y Carolina Bang, en vez de Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer.
     
 

No recomendada por Kuato a: quien tenga buen recuerdo de La comunidad, Abierto hasta el amanecer y Lobos de Arga. Esto es un refrito de los tres demasiado pasado de vueltas.

     
 

Ego-Tour de luxe por: que puestos a poner dos guapos televisivos de protagonistas como Hugo Silva y Mario Casas, no hayan puesto tres siendo el tercero Miguel Ángel Silvestre.

     
 

Atmósfera turbínea por: sí, ya sabemos que como salen Hugo Silva y Mario Casas irán a verla todas las adolescentes tontitas, ¿pero era necesario que se morrearan?

 

 

¿Desea saber más?


   

> LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI ficha

> LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI noticia

> LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI imágenes

> LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI tráiler


   

> LAS BRUJAS DE... crítica: Abbot y Costello contra las brujas

El chico listo (Hugo Silva) y el tontito (Mario
Casas), huyen de brujas vestidas con sábanas

Por Ray Zeta


   

> LAS BRUJAS DE... premiere: Los bellos de Zugarramurdi

Con Mario Casas y Hugo Silva, y nadie más…
¡No, esperen! También con todos los demás

Festival de San Sebastián, 22.09.13


 

> LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI sumario

 

Facebooktwittermail

1 Respuesta

  1. Anónimo
    JOSÉ BLANCO REYES<br />Tienes razón Zeta, es muy mala, yo incluso la hubiera condenado a alforfones por lo que sale al final, que siguiendo tu ejemplo no desvelaré

Agregar comentario