Categorías

ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS SECRETOS DE DUMBLEDORE crítica: Los X-Magos

Tercer episodio de Animales fantásticos con Gellert Grindelwald estrenando nuevo look

RAY ZETA

¿Es J.K. Rowling fan de los X-Men? Pues debe serlo, porque sólo así se explica que Albus Dumbledore y Gellert Grindelwald sean en este episodio unos sosias del Profesor X y de Magneto... Ustedes mismos: mejores amigos de jovencitos que soñaban con cambiar el mundo, y que la vida les ha llevado por derroteros diferentes hasta convertirse cada uno en líder de su causa: Dumbledore creyendo que la convivencia entre magos y muggles es posible, y Grindelwald ansiando someter a la población muggle por considerarla una especie inferior. Y ambos discutiéndolo cara a cara como viejos camaradas mientras toman una taza de té… ¡Pero si sólo les falta echar una partida de ajedrez!

Aunque aquí la naturaleza de la relación entre ambos personajes es ligeramente diferente a la que mantenían Charles Xavier y Erik Lehnsherr, porque Dumbledore y Grindelwald fueron algo más que amigos, ejem, amigos especiales a los que les encantaba jugar con sus varitas, y no me refiero a las mágicas, ya me entienden… Por fin ha quedado claro, porque si hasta ahora dicha relación era sólo sugerida, Albus Dumbledore se ha cansado de disimular y ha decidido salir del armario, agarrar un megáfono, subirse a la torre más alta de Hogwarts, y proclamar a los cuatro vientos que él y Grindelwald fueron novios en el pasado. No se sorprendan pues si ven la noticia en primera plana en El profeta, aunque fuera un secreto a voces.

 

"El que tenga la varita más larga de los dos, gana este trofeo"

 

He empezado hablando de Dumbledore y Grindelwald (Jude Law y Mads Mikkelsen) porque ellos y su relación es lo mejor y lo único bueno de Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore. El resto es pura paja cinematográfica que conforma un episodio de puente tan inútil como innecesario, en el que durante más de dos horas se hace ir a los personajes de aquí para allá sin ton ni son con tal de perder tiempo, añadiendo episodios de relleno innecesarios (miren sino el ridículo rescate de Tesseus Scamander de la cárcel secreta alemana) para llenar un metraje injustificadamente sobrealargado. Mal endémico que padecen  algunas franquicias de nuestro tiempo en su afán de generar más episodios que menos para sablear al público más veces en taquilla.

Ocurrió con los últimos episodios de la saga Crepúsculo, con los de Harry Potter, con la trilogía de El Hobbit (que al principio iban a ser sólo dos pelis), y está ocurriendo con Animales fantásticos (también iba a ser una trilogía y en el último momento Warner decidió que fuera una pentalogía, o sea cinco pelis). Sagas que se estiran más que un chicle hasta perder el sabor. De ahí que en este episodio no pase absolutamente nada relevante. Y eso que Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald (la mejor entrega de las tres existentes hasta la fecha) dejó la puerta abierta a continuar subtramas más que interesantes, pero que este episodio se pasa por el forro como si nunca hubieran existido.

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore es pura paja cinematográfica que conforma un episodio de puente tan inútil como innecesario”

En Los crímenes de Grindewald, los personajes principales y secundarios van posicionándose en el bando Dumbledore o en el Grindelwald antes de la guerra mágica que se avecina, pero un año después ninguno de los dos ha hecho absolutamente nada (se habrán dedicado a afilar las varitas); Credence Barebone (Ezra Miller) descubre su verdadera identidad y nos los venden como un Obscurial mega-hiper-super poderoso, llamado por ello a jugar una parte importante en los acontecimientos, pero en este episodio apenas sale (y eso que el actor aún no la había liado en un bar de Hawai); al igual que Queenie Goldstein (Alison Sudol), que toma partido por la facción oscura; y al igual que su hermana Tina (Katherine Waterston), quien directamente sólo saca la cabeza para decir hola.

Tampoco se hace demasiado caso del desenlace que tuvo el personaje de Leta Lestrange (Zoë Kravitz) al final de la segunda parte (como si sólo se hubiera roto una uña); ni salen tantos animales fantásticos (uno y gracias), a pesar de ser (en teoría) parte importante de la saga; ni por descontado llegamos el esperado y requeteanunciado duelo Dumbledore-Grindelwald (tan sólo un amago), que ya intuimos que se reservará para el quinto y último episodio. ¿Qué ocurre en la peli para llenar el metraje entonces, se preguntan? Pues lo que les decía al principio, marean la perdiz haciendo ir a los personajes principales de aquí para allá en su afán de pararle los pies a Grindelwald, colando viajes por diferentes países del mundo para hacer lucir la peli y disimular su poca enjundia.

 

"Al que intente teñirme el pelo de blanco y ponerme lentillas, lo convierto en sapo"

 

Si la primera parte tuvo lugar en Nueva York y la segunda en París, en esta tercera nos llevan de paseo a Berlín y a Timbu, capital de Bután. ¿Bután? Sí, Bután, aunque no tenga ningún sentido. Se debe elegir a un nuevo presidente de la  Confederación Internacional de Magos, y vayan ustedes a saber por qué, el acto político se celebra en Bután, así que allí van todos (suerte que son magos y se teletransportan como el Rondador Nocturno, si no les saldría por una pasta el billete de avión). Será que la saga Animales fantásticos tiene celitos de la saga James Bond por lucir países exóticos en cada uno de sus episodios y no quiere ser menos.

Por eso me remito a que lo mejor (y lo único bueno) de Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore son Dumbledore y Grindelwald, interpretados por Jude Law y Mads Mikkelsen, éste en sustitución de Johnny Depp. Con Mikkelsen, el personaje de Gellert Grindelwald ha ganado más enteros que una fortuna en criptomonedas al ser interpretado con la prestancia, sofisticación y elegancia que pedía el personaje, en lugar de con la apayasada recreación que de él hizo Johnny Depp. Ni siquiera la versión Mikkelsen presenta la amamarrachada caracterización que lucía Depp, lo que no se entiende al ser el mismo personaje, aunque salgamos ganando. Donde no ganamos es al tener que tragarnos otro soporífero episodio puente (el cuarto), antes de llegar al desenlace de la saga.

 

 INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver a Albus Dumbledore y Gellert Grindelwald jugando con sus varitas en la adolescencia.

No recomendada por Kuato a: quien tenga prisa, en cuyo caso le recomiendo que se salte este episodio y el próximo. Viendo la primera media hora del primero, el final del segundo, y el quinto, hay más que suficiente (y eso siendo generoso).

Ego-Tour de luxe por: que Mads Mikkelsen salga con la cara lavada y su cabello natural, dejando las caracterizaciones de mamarracho para Johnny Depp en las películas de Tim Burton.

Atmósfera turbínea por: zzzzz… Hasta que no lleguemos al quinto y último episodio, que nadie me despierte.

 

ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS SECRETOS DE DUMBLEDORE. Estreno en Venusville: 08/04/2022.

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario