EL NIÑO 44 crítica: Ensaladilla rusa

Mucho ruso en Rusia en El niño 44, aunque ninguno de los actores que sale en la peli lo sea

■ ROBERT THORNHILL

El refranero español contiene una frase que define el gran problema de esta película: “Quien mucho abarca, poco aprieta”, porque en sus 137 minutos de lenta duración se intentan explicar demasiadas historias de la vieja Unión Soviética, que van desde el brutal genocidio de Stalin, pasando por la Segunda Guerra Mundial, con su consiguiente oscura y hermética Guerra Fría, para acabar con la investigación de los crímenes del Carnicero de Rostov, una de cuyas víctimas da título a esta película. No hay que ser un lince para darse cuenta de que lo más atractivo es lo del asesino en serie más cruel de la historia de la URSS, pero no se hagan ilusiones porque el que vaya a ver esta peli emocionado por un tráiler que nos pone los dientes largos esperando encontrar un Silencio de los corderos, un Seven o un Memories of a Murder, se va a quedar con las ganas.

No dudamos de que el homónimo libro de Tob Rob Smith en el que está basado El niño 44 será superinteresante y que sus 387 páginas serán de lectura fácil transportándonos a la fría Rusia de post-guerra en que todo era secreto, los militares tenían cara alechada de mal-follaos, y las muertes se cometían por lo bajini para que nadie dudase de un régimen comunista paradisíaco donde no cabía la posibilidad del crimen. Profundizando en el problema del libro, que hace más hincapié en la sobada Rusia de post-guerra, está claro que los guionistas no se han matado mucho y que no han sabido adaptar la novela a la gran pantalla sin discernir aquello que tenía chicha de donde sacar algo nuevo que despertara la curiosidad del espectador, de aquello que hemos visto mil veces en cientos de pelis bolcheviques. Son éstas las adaptaciones que revalorizan películas como El señor de los anillos o incluso la saga Harry Potter, en que la imaginación y la pericia de los guionistas nos hacen olvidar que sus historias provienen de un libro y nos crean un universo nuevo más adecuado para el visionado en el cine.

"Para aprender el acento ruso, fíjate en cómo hablaba yo en Air Force One"

Y mira que la peli empieza bien, ventilándose en un plis-plas la parte en que se explica el milagroso origen del personaje de Tom Hardy, que se salva del genocidio staliniano convirtiéndose luego en héroe de guerra ruso en la Segunda Guerra Mundial, y su consiguiente ascenso en la cúpula militar ejerciendo de una especie de obediente y bien considerado agente especial que se encarga de cazar a los insumisos del régimen comunista.

"Se hacen la picha un lío, el guión pierde empaque, y la parte central de la película se convierte en una monótona sucesión de escenas intencionadamente dramática"

Hasta aquí bien, pero luego se hacen la picha un lío, el guión pierde empaque, y la parte central de la película se convierte en una monótona sucesión de escenas, intencionadamente dramáticas, para reafirmarnos la dureza del régimen comunista (como si no lo supiéramos) con un montón de historias de relleno mal elaboradas con romances complicados y una especie de resistencia al régimen que no se sabe qué hace ni para qué sirve, con personajes insustanciales como la triste presencia del rey de los monos Jason Clarke, que aún se está preguntando qué coño hace él en esta peli.

"No creas que porque la prota de Dr. Zhivago era virgen, todas las rusas lo somos"

Y lo que realmente nos interesa, que es ver en acción al psychokiller, podernos recrear en sus asesinatos y ver cómo lo cazan, tampoco resulta muy apasionante, porque dejando aparte que el autor de la obra resitúa 30 años atrás al conocido como Carnicero de Rostok, se trata al personaje con mucha superficialidad y tampoco es que la captura del malvado asesino le suponga mucha dificultad a Tom Hardy, quien curiosamente es exiliado de Moscú por la cúpula militar rusa para ir a trabajar precisamente a Rostov, con lo que ponen en bandeja a su presa, y tampoco es que se mate mucho en atraparlo. ¡Qué diferencia con la modélica Ciudadano X! Una auténtica película de género que desgranaba meticulosamente a este mismo psicópata y donde sí que se veía un trabajo de investigación concienzudo y elaborado por un sufrido Stephen Rea siendo mucho más creíble y convincente que el que nos presentan en El niño 44.

El único que más o menos se salva de la quema es Joel Kinnaman rememorando al malvado Ralph Fiennes de La lista de Schindler, que no tiene ningún problema en apretar el gatillo, y aunque es el que menos pinta tiene de ruso de todos, su cara de sorna y su apariencia desgarbada le hacen un malo con muchas posibilidades aunque Daniel Espinosa no le saque mucho provecho. Como tampoco se saca partido de dos monstruos del cine como Vincent Cassel y Gary Oldman, y mira que ambos ya habían hecho de rusos en Promesas del este el primero y en Air Force One el segundo, pero Tom Hardy y Noomi Rapace acaparan el protagonismo de la peli y nos dejan con las ganas de un cara a cara entre ambos que hubiera sido una buena razón para recordar esta película con el tiempo, que sin embargo, pasará por la cartelera con más pena que gloria.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver qué pasaría si fusionáramos La lista de Schindler, Dr. Zhivago y El silencio de los corderos.

No recomendada por Kuato a: quien tenga aún en la memoria la gran Ciudadano X. Eso sí que es un thriller como Dios manda.

Ego-Tour de luxe por: esos graciosos acentos rusos tan característicos para dar más verosimilitud a la peli. Seguro que la versión doblada es aún más cachonda.

Atmósfera turbínea por: esas escenas de acción tan mal rodadas, que son muy desagradables a la vista, y donde parece que al cámara le ha dado el baile de San Vito.

■ EL NIÑO 44. Estreno en Venusville: 19/07/2015