EXODUS: DIOSES Y REYES crítica: Los diez gladiamientos

En este nuevo Exodus Moisés libera a los hebreos de Egipto jugando a ser el gran Máximo Meridio

■ RAY ZETA

A Ridley Scott le gusta el cine histórico, sólo hay que ver su filmografía. Ya su primera película Los duelistas era una recreación de la época napoleónica en la que unos jóvenes Harvey Keitel y Keith Carradine se pasaban la peli batiéndose a ver quién la tenía más larga (la espada, no piensen mal); con 1492, la conquista del paraíso nos mostró la buena alimentación que existía ya en el siglo XV, con un Gerard Depardieu llegando al Nuevo Mundo más gordo de lo que estaba antes de zarpar; con El reino de los cielos nos aportó esperanza al convencernos de que hasta un papanatas como Orlando Bloom puede erigirse en defensor cruzado de una ciudad santa como Jerusalén; con Robin Hood apostó por las posibilidades de la madurez al contarnos la génesis de un héroe clásico pese a contar el héroe clásico en cuestión cincuenta tacos; y con Gladiator llegó a la más sublime excelencia cinematográfica regalándonos con fuerza y honor la peli de romanos definitiva.

Así que no es de extrañar que si vuelve al cine histórico como es el caso, "gladiatice" todo lo que pueda la nueva peli aunque ésta sea un remake de Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille (la de 1956, que él mismo dirigió una versión muda treinta años antes), ya versionada por DreamWorks en dibujos con El príncipe de Egipto. Por eso puede decirse que Exodus: Dioses y reyes recrea el pasaje histórico bíblico de cómo Moisés liberó al pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto (ya saben, la separación de las aguas del Mar Rojo y todo eso), metiendo en una coctelera los tres títulos mencionados: Los diez mandamientos, El príncipe de Egipto y Gladiator. Y gracias a Dios que en la combinación entra Gladiator, porque a diferencia de Cecil B. DeMille, Ridley Scott no se pone tan bíblico, al menos en la primera mitad de la peli, y despoja de su versión todas las referencias religiosas innecesarias centrándose en lo que nos gusta, que no es otras cosa que héroes curtidos, batallas y espadazos.

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Así, mientras que en Los diez mandamientos Moisés era mostrado como un portador de la palabra de Dios, Exodus lo muestra más como un instrumento. El Moisés de Ridley Scott es más general de los ejércitos de Egipto que el Charlton Heston de Cecil B. DeMille. Este Moisés es como el Máximo Meridio deGladiator, un general respetado por sus hombres con el culo pelado de ganar guerras a base de ensartar enemigos como si fueran pinchos morunos, y por eso la película empieza como Gladiator con una batalla. Una batalla filmada tan espectacularmente en 3D que es sin lugar a dudas la mejor batalla realizada hasta el momento en la historia del cine. Ni la inicial de la misma Gladiator, ni las de Braveheart, ni la del Abismo de Helm en Las dos torres... y todo gracias a la técnica de Ridley Scott de combinar digitalización, escope panorámico y 3D. Súmenle a eso una estética similar a la de Gladiator, incluso un texto impreso en pantalla explicando el contexto histórico con una cancioncita parecida, y estarán preguntándose dónde tienen los egipcios el circo romano.

Por eso lo bueno de Exodus radica en su primera mitad, en la parte de película cañera que describe la amistad de Moisés con Ramsés, el heredero al trono de Egipto (muy a lo Ben-Hur y a lo El príncipe de Egipto, ya que Los diez mandamientos descuidaba un tanto esta cuestión), y muestra a Moisés como un hombre de armas, desprovisto de fe y religión, que prefiere enseñar a luchar a los hebreos antes que a enseñarles a poner la otra mejilla para conseguir su liberación (sólo le falta tomar un puñado de arena y frotarse las manos con él antes de entrar en batalla).

"Este Moisés es como el Máximo Meridio de Gladiator, un general respetado por sus hombres con el culo pelado de ganar guerras"

En la segunda mitad, con la aparición de Dios (aunque discreta, no tengan miedo que esto no es Rey de reyes, Ridley Scott resuelve sus escenas más como La última tentación de Cristo o La pasión de Cristo, pudiendo ser incluso que las apariciones no sean reales), las plagas bíblicas (brillantemente recreadas por cierto, sobre todo las de bichejos, porque lo que son las pústulas parecen de bruja Pirula hechas con el maquillaje de la Srta. Pepis), y el éxodo hebreo, la peli baja en intensidad, pero aún así se mantiene y ni por asomo llega a las cotas de pesadez religiosa panfletaria con las que Los diez mandamientos nos tortura cada vez que se emite por televisión en Semana Santa.

Porque como ya apuntaba, Ridley Scott no llega a ponerse pesado bíblicamente, y al igual que Darren Aronofsky en Noé, aboga por el espectáculo antes que por el mensaje religioso, aunque con mejores resultados que la cinta del primer guarda zoológico de la Historia. Donde pincha sin embargo es en el tratamiento de personajes. Moisés, interpretado con credibilidad por Christian Bale, está superlativo, pero Joel Edgerton falla considerablemente como Ramsés, tanto por su baja intensidad interpretativa como por su corto minutaje. Yul Brynner quedaba genial como Ramsés en la versión anterior y era el antagonista perfecto para Charlton Heston, en cambio la sensación que da Edgerton en todo momento es que es un piltrafilla que no tiene ni medio espadazo, así que a un héroe como Christian Bale que ha sido Batman y se ha enfrentado a supervillanos de la talla de Ra’s al Ghul, el Joker o Bane, no le deberá costar sacar a los hebreos de Egipto aunque sea llevándoselos él mismo uno a uno bajo el brazo.

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Y lo mismo sucede con el resto de secundarios. John Turturro está ridículo como faraón Seti hablando con su acento italo-americano de Queens, y Ben Kingsley, Aaron Paul y Sigourney Weaver, totalmente desaprovechados por no salir más que en un par de planos cada uno (lo de Sigourney Weaver se entiende porque en el Antiguo Egipto aún no existía la cirugía, pero lo de Kingsley y Paul tiene auténtico delito). Nada que ver con Los diez mandamientos, en la que como buena superproducción de la década de los 50, secundarios como Anne Baxter, Edward G. Robinson, Yvonne De Carlo o John Derek tuvieron su lucimiento gracias al buen funcionamiento del star system de la época. También sale nuestra María Valverde como esposa de Moisés (sólo en dos escenas pero la chavala da el pego, así que nuestra enhorabuena hacia ella), pero si esperan una escena de noche de bodas como la que protagonizó Rosario Dawson junto a Colin Farrell en Alejandro Magno, con un top less que dejó al mundo entero sin respiración, olvídense, sus escenas son tan castas como una película de Marisol.

¿Que todos los actores mencionados son occidentales? Por eso Exodus se estrena con la polémica de no contar con ningún actor egipcio o africano, hasta el punto de existir una plataforma digital que pide su boicot acusándola de película racista. Hace 60 años tampoco hubo ningún actor no occidental y nadie se quejó, la humanidad quedó demasiada boquiabierta con la separación de las aguas del Mar Rojo con unos efectos especiales nunca vistos en esa época. En la versión actual la escena no es exactamente igual buscando un tono más realista, y aunque uno espere algo más de sangre con unos buenos espadazos de despedida que no llegan, la secuencia es igual de colosal que el resto de la película (y hasta aquí les digo, que luego me acusan de espoileador). Y encima durando sólo dos horitas y media, una hora menos queLos diez mandamientos, por obra y gracia de Dios.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: quien durante años se haya tenido que tragar cada Semana Santa por televisión péplums bíblicos plomizos como Los diez mandamientos, Ben-Hur o La túnica sagrada.

No recomendada por Kuato a: quien tras ver La última tentación de Cristo salió del cine tirándose de los pelos porque a Jesucristo le ponía María Magdalena.

Ego-Tour de luxe por: Christian Bale, quien pese a su corta estatura demuestra que no necesita llevar el traje de Batman para convencer.

Atmósfera turbínea por: ¿de verdad que Ridley Scott no ha encontrado a nadie mejor que este australiano para hacer de Ramsés? Si lo que quería era poner a un rapado, haber pillado a Vin Diesel.

■ EXODUS: DIOSES Y REYES. Estreno en Venusville: 05/12/2014