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TRANCE crítica: Instinto tráncico

   

Instinto tráncico

Pasmosa trama de cine negro con una Rosario
Dawson a la que sólo le falta cruzar las piernas

Por Robert Thornhill

 

<No nos engañemos, corren malos tiempos para las ideas originales y los guiones sorprendentes que se salgan fuera del orden establecido por los mandamases del negocio del cine, quienes en su afán capitalista de Tío Gilito minimizan al máximo los riesgos de sus inversiones, colmando nuestras carteleras con tantas secuelas como sea necesario (ahí está ese Fast & Furious que va camino de su séptima entrega) o rebootizando sin pudor grandes héroes míticos de nuestra pubertad sin más añadido artístico que el de poner un molón 3D como cebo para atraer a incautos espectadores (es el caso del bochornoso The Amazing Spider-man del año pasado y mucho nos tememos que, pese a venir con el aval de Christopher Nolan y Zack Snyder, El hombre de acero no nos hará olvidar ni a Christopher Reeve, ni a Gene Hackman, ni mucho menos a Marlon Brando).

  Por consiguiente, no es de extrañar que después de disfrutar de la experiencia de ver una peli como Trance, en la que se intenta buscar las cosquillas al espectador, regateándolo mentalmente una y otra vez, engañándole como un experto trilero, y montándolo en una montaña rusa de sensaciones, a uno no le quede más remedio que esbozar una sonrisilla de satisfacción de Joker al salir del cine quedándose con ese regustillo tan placentero de haber visto algo diferente, como en su momento nos provocaron pelis como Origen o Looper. Este imprevisible thriller también nos sirve a los perros viejos de Venusville para reconciliarnos con un Danny Boyle que en sus inicios se había mostrado descarado y salvaje con su disparatada opera prima Tumba abierta y sobre todo con su obra cumbre y peli de culto donde las haya Trainspotting, donde los sorpresivos giros argumentales, unos personajes nada convencionales, y una estética transgresora y provocadora, hacían presagiar que estábamos ante la versión británica y mejorada de Quentin Tarantino, ambos amantes de la sangre y de la violencia, pero siempre trabajando con guiones inteligentes e imprevisibles.

 

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"Suerte que nadie recuerda que Danny Boyle hizo también Una historia diferente"

 

   Por desgracia, aquel director prodigio elevado prematuramente a los altares fue perdiendo chispa con el paso del tiempo y con una voluntad pretenciosa de no-repetirse, ha recorrido toda la gama de géneros cinematográficos que le han sido posibles, desde el cine apocalíptico de zombis en 28 días después, pasando por las coloristas aventuritas espaciales de Sunshine, hasta coronarse en la gloria hollywodiense con la oscarizada y tontorrona Slumdog Millionaire; no es que haya hecho malas películas (bueno sí, La playa es infumable) pero nos las prometíamos muy felices con las primeras obras de Boyle y nos ha dejado tirados muchos años como James Bond a la pobre Moneypenny… hasta ahora.

 

  "Rosario Dawson alcanza aquí la madurez como bomba sexual contemporánea como hiciera en su momento Sharon Stone en su mítica Instinto básico"  

 

   Así que Trance significa un comeback a su pasado más brillante, una bocanada de aire fresco a su cine que se había convertido en demasiado convencional y, en definitiva, una demostración de que, aparte de saber dirigir coreografías coloristas bollywodianas y montar ceremonias de juegos olímpicos, su maestría para el thriller de alta gama aún permanece intacta. Junto a su guionista de cabecera John Hodge, Boyle diseña una enmarañada trama que gira en torno al macguffin hitchcokiano de un cuadro de Goya robado con gran maestría y sutileza por James McAvoy y Vincent Cassel, obra de arte que posteriormente desaparece misteriosamente, convirtiéndose el resto de la peli en una divertida y rocambolesca búsqueda del valioso botín. Hasta aquí se puede decir que nada nuevo en el horizonte, pero hete aquí que aparece la rotunda presencia de Rosario Dawson para enredarlo todo en su función de hipnoterapeuta (sí, se ve que hay una profesión que se llama así) formando un trío explosivo con los cacos robacuadros.

 

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"Soy la versión sexy de Bill Murray en Ghostbusters"

 

   A partir de su entrada en escena, Trance empieza a desarrollarse dentro de los más puros cánones del cine negro, en que cuesta distinguir quién es el bueno o el malo, hay tensos diálogos que aún lían más (donde descubrimos las sombras del oscuro pasado de los protagonistas) y, cómo no, la presencia de una mujer fatal encarnada por una espectacular Dawson, quien se convierte por méritos propios en el eje de la trama, manipulando con sus dotes seductoras a todos sus partenaires masculinos. Aunque el tándem Rodriguez-Tarantino ya había descubierto sus innatas aptitudes eróticas en Sin City y Prueba de muerte respectivamente, aquí alcanza la madurez como bomba sexual contemporánea como hiciera en su momento Sharon Stone en su mítica Instinto básico. Ya la habíamos disfrutado como Dios la trajo al mundo sucumbiendo al poder de Colin Farrell en Alejandro Magno, pero la verdad es que en Trance uno se queda sin palabras ante su belleza y sensualidad, y Danny Boyle no se corta ni un pelo al mostrárnosla en todo su esplendor.

   Mientras esperamos con gran expectación la anunciada segunda parte de Trainspotting (con el nombre tan prometedor de Porno) que se estrenará en 2016, Trance es un excelente aperitivo que se disfruta con voracidad y que nos devuelve a Danny Boyle al mundo del thriller, un género muy  maltratado últimamente por ineptos directores que parece que el único “Thriller” que han visto en su vida es el vídeoclip de Michael Jackson./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Copas de yate
     
     
 

Recomendada por Kuato a: los que no se pierdan ni una peli de Guy Ritchie y los que no se resisten a ver Instinto básico cada vez que la pasan por la tele.

     
 

No recomendada por Kuato a: quien fue a ver Slumdog Millionaire y salió del cine bailando y tarareando el pegadizo “Jay Ho” final. Esas ñoñerías no tienen cabida en Trance.

     
  Ego-Tour de luxe por: no puede ser de otra manera: el majestuoso y elegante desfile sin ropa interior de Rosario Dawson luciendo tipazo y destilando sensualidad. Sólo eso ya vale los 8 euracos de la entrada.
     
  Atmósfera turbínea por: como siempre pasa en estas pelis llenas de engaños y giros sorpresivos, dudo que la segunda visión resulte tan placentera desprovista del factor sorpresa de la primera vez.

 

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