GRU 2. MI VILLANO FAVORITO crítica: Spy Minions

Spy Minions

Vuelve Gru con sus minions para ser un espía
a medio camino entre Mortadelo y James Bond

Por Ray Zeta

<Hace tan solo unos pocos años hubiera sido impensable tener en cartelera una secuela de una producción animada. Tanto las continuaciones de los de clásicos de Disney como las de éxitos recientes como La bella y la bestia, El rey león o Aladdin, estaban pensadas y realizadas para que fueran comercializadas directamente en vídeo sin pasar por salas comerciales. Con una realización más televisiva que cinematográfica y muchos menos fotogramas por minuto, las secuelas animadas se ganaron por derecho propio ser consideradas como obras de segunda categoría y carne de videoclub. Hasta que llegó Toy Story, se sacó de la manga una secuela que mantenía la calidad de la primera y recaudaba tanto como ella, y abrió el grifo. Toy Story 3, Cars 2, las Ice Age, Madagascar 2 y 3, Monstruos University, Lluvia de albóndigas 2… Hasta llegar a Gru 2. Mi villano favorito.

Obras con igual vocación cinematográfica que sus antecesoras y, en algunos casos como en el de Gru, incluso mejor que ellas. Porque en Gru 2. Mi villano favorito recuperamos al mejor Gru villano. Bueno, digamos villano reciclado en espía, ya que retirado de la supervillanía para ejercer de padrazo de sus tres huerfanitas adoptadas en la primera parte, es reclutado por una agencia de espías ultrasecreta que nada tiene que envidiar a la T.I.A., la CIPOL, el MI6 o el FMI, que se dedica a la caza de supervillanos. O sea que Gru el ex-supervillano es contratado aquí como espía para que identifique y neutralice a un supervillano que está en activo. ¿Acaso Dwayne Johnson no recluta en Fast & Furious 6 a Vin Diesel para que atrape a un terrorista, alegando que “se necesita un lobo para cazar a otro lobo”? Pues aquí es exactamente lo mismo.

"Ahora entendemos por qué te han reclutado: ¡eres el vivo retrato de Vin Diesel!"

Gru 2. Mi villano favorito 2 es pues una parodia del género de espías, pero una parodia intachable. Ríanse ustedes de Espía como puedas, Soy espía, Johnny English, RED o Esto es la guerra. Gru les pasa su reluciente cocorota pelada por la cara a todas ellas. Agencias supersecretas en el fondo del mar, coches que se convierten tanto en anfibios como en voladores, y los gadgets y las armas más sofisticadas, conforman sus credenciales, además de unos personajes secundarios tan carismáticos como bien definidos como Lucy (la chica espía, una joven versión del personaje de Helen Mirren en RED), y el villano, del que por no espoilear (tampoco sería un gran espoiler, no crean, ya que tampoco se intenta mantener el suspense al respecto), diré tan solo que es tan gracioso como ocurrente.

"Ríanse ustedes de Espía como puedas, Soy espía, Johnny English, RED o Esto es la guerra. Gru les pasa su reluciente cocorota pelada por la cara a todas ellas"

Y es que Gru 2. Mi villano favorito triunfa allá donde la primera entrega pinchaba. El primer Gru tenía un arranque fantástico, la presentación del personaje como supervillano parodiando todos los elementos marca de la casa de un supervillano, como sus locos planes para dominar el mundo (como por ejemplo robar la luna), su guarida secreta, y sus armas imposibles. La película tomaba además mayor interés cuando descubríamos que el protagonista debía rivalizar con un supervillano emergente, pero todo el producto se malograba al hacer irrupción en un giro argumental tan drástico como nefasto, las tres huerfanitas desvalidas citadas. Entonces se nos cambiaba la película. Ya no asistíamos a la historia de un supervillano, sino a cómo un supervillano se enternecía hasta el punto de sacar su corazoncito y dejar la supervillanía por ellas.

"Pues si yo hago las veces de Helen Mirren en RED, entonces tú debes ser Bruce Willis"

Por suerte para nosotros, los directores Chris Renaud y Pierre Coffin tomaron buena nota de nuestras quejas, y en Gru 2. Mi villano favorito no han cometido el mismo error. Gru 2. Mi villano favorito es una película que empieza como una película de espías y acaba como una película de espías. Por mucho que vayan saliendo las niñitas, éstas están integradas en la trama principal de mejor manera y no entorpecen la acción en ningún momento. Tanto es así que por mucho que salgan haciendo ñoñerías, se introduzcan posibles novietes para alguna de ellas en forma de subtrama, y asistamos a fiestas de cumpleaños infantiles con ellas disfrazadas de princesitas, en ningún momento molestan, y eso es lo mejor que se puede decir tratándose de niñitas que salen en una película de acción (los que recuerden La leyenda del Zorro, El regreso de la momia o Superman Returns me comprenderán).

Y como pueden suponer no voy a acabar esta crítica sin hablar de los “minions”, los seres creados por Gru para que le ayuden a perpretar sus fechorías. Mezcla de oompa loompas, pitufos y petisos carambanales, estos personajillos aportan la nota humorística como secundarios cómicos, adueñándose de todas las escenas en las que salen. Habiéndose erigido en los triunfadores morales de la primera parte (lo mismo ocurrió con la ardilla de Ice Age), no es de extrañar pues que en esta nueva entrega dispongan de más minutos para deleitarnos con sus ocurrencias, sus monerías, y sus “minionerías”. A su lado, los gremlins que veían Blancanieves y los siete enanitos, jugaban al póker, e imitaban a Humphrey Bogart, se quedan cortos. Así que tomen nota, estos personajes son un hallazgo del humor y de la imaginación que piden a rabiar un spin off o una serie de televisión para ellos solos. Si los pingüinos de Madagascar la tiene, ¿por qué ellos no?/>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: quien con *Gru. Mi villano* favorito sintió que le estafaban dejándole sin media peli. Con *Gru 2* podrá completar la mitad que le falta.

		No recomendada por Kuato a: intelectuales que sólo van a ver pelis de animación si son de Pixar. Señores, con *Cars 2, Brave* y *Monstruos University*, está claro que Pixar está de capa caída.

		Ego-Tour de luxe por: el personaje del “Pollito”, muestra inequívoca de lo bien pensado que está el guión.

		Atmósfera turbínea por: que no se produzca una versión de *Los miserables* interpretada exclusivamente por minions. A juzgar por la escena final, no tendrían nada que envidiarles a Hugh Jackman, Anne Hathaway y Russell Crowe.