HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE: PARTE 1 crítica: Harry Potter no la mete

Harry Potter no la mete ¿Qué se debe hacer para destruir a lord Voldemort? Fácil: ir de acampada con los colegas y una gincana de objetos Por Anna Bou

<Presagiaba bien Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1, con Voldemort presidiendo una mesa con todos los malos vestidos de negro malo y esa pitón de tres toneladas de peso como mascota. Pero tal ilusión desde la butaca ansiosa se desvanece bien pronto. Si la película dura dos horas y cuarto me sobran dos horas. Y soy generosa. Dos horas y cuarto en las que pasan muchas cosas para pasar mucho de nada. Nothing de nothing.

   Está claro: Harry Potter no la mete. La directa, quiero decir. Se nos pierde el pimpollo mago en tramas pottescas que están convirtiendo a Potter, más que en una saga, en un Guantánamo para nuestra paciencia. Tiita Rowling, a ver si dejas de apretar los huevos de tu gallo de oro porque al final a quien querremos que se cargue Potter no será a Voldemort sino a ti.

Mortífagos acojonados de que Voldemort saque un bate de béisbol y le parta la cabeza a uno

   Esta séptima del Potter es un episodio totalmente prescindible vía paganini, claro está. Ese es su fin. Toda la película está sometida a la ya clásica pirotecnia potteriana basada en voces negras que llaman a Harry (“Harryyyyyyy, Harryyyyyyy”) mientras a él se le pone cara de lelo poseído, flashbacks pseudo-góticos que ya ni acojonan de tan manidos, y esos tres churumbeles de fondo que se pasan toda la película buscando los horrocruxes de Voldemort con la misma eficacia con que cuatro domingueros buscan setas.

   Y suma y resta. Harry y Hermione se pasan medio metraje (el pelirrojo estaba en el pub de la esquina bebiendo pintas) rastreando los citados horrocruxes en descampados más lunares que ingleses. Todo un elogio para la campiña británica. En estas escenas Harry y Hermione más parecen un par de deportados de Bosnia-Herzegovina buscando un pozo con agua que dos aprendices de magia con pedigrí.

   ¡Ay la adolescencia, esa cosa tan bonita que provoca granos en el alma! En esta entrega potteriana nuestros tres adolescentes están de bodegón: por sus caras de sufrimiento talla XXL parece que Harry Potter se tragase en su infancia una pócima de ajo pasado que se le va repitiendo a medida que crece. Hermione, la que apuntaba más maneras actorales de pequeña, ha crecido y parece más interesada en enseñar las bragas que no lleva que en otra cosa de índole más elevado. Y el pelirrojo todavía está en el pub puliéndose la reserva de pintas a juzgar por la típica barriga con la curva de la felicidad cervecera que empieza a lucir en pantalla.

   Pero lo más delictivo de la película es que, siendo tan plana y palomitera, me perdí. Sí señores, lo reconozco. Sería por el bostezo creciente que me poseía o por estar tan mal explicado lo poco que hay por explicar. Porque al final uno no sabe cuántos horrocruxes han pillado, si para la próxima (y última, alabado sea Dios) entrega han de conseguir los horro-leches que faltan, o si han de ir directamente a por reliquias o trompetas de la muerte, ya qué más da. ¿Qué importancia tiene la paja cuando lo que se está deseando es el cara a cara de Harry con Voldemort?

Cara a cara entre Harry Potter y lord Voldemort

   Porque cuando aparece Lord Voldemort la peli gana enteros enterísimos. My God, ¡qué terrorífico es con su no-nariz! Incluso la Esfinge de Gizeh se acojona cuando lo ve en pantalla. Voldemort-Fiennes es uno de los villanos más terroríficamente elegantes de todos los tiempos. Son los únicos momentos de toda la película que merecen la pena.

   No diré en cuántas escenas aparece Voldemort para no chafar la guitarrita de los potterescos dispuestos a flagelarse aguantando el tostón, si es que todavía queda alguno. Tan sólo diré que, si la peli dura dos horas y cuarto y me sobran dos tal como he dicho al inicio de este mi texto potterino, de los treinta minutos restantes regalo quince. Hagan cuentas señores. ¿Alguien da menos?/>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita
		Recomendada por Kuato a: los que tienen el día girado. Ver la peli es como una sesión de exorcismo: sacas todo lo malo de dentro poniéndo la cinta a parir y te quedas tan a gusto.
		No recomendada por Kuato a: adolescentes con la líbido muy alta. Chanquete y Julia tenían más morbo juntos que Harry y Hermione con sus caras de me-pica-mi–adolescencia-pre-coital-pero-no-gracias.
		Ego-Tour de luxe por: Voldemort y sí, mi Helena Bonham Carter. Para preparar el papel de Bellatrix Lestrange, mi loca preferida, se peina un poquito, se desmaquilla otro tanto y hala, a escena y después pa casa a cocinar una sopa de sapos para Tim. Pura autenticidad.
		Atmósfera turbínea por: el bolso de Hermione, copia barata de la bolsa de Sport Billy, en el que lleva una cabaña, un set de maquillaje, un vestidor para-él y para-ella y demasiada tontería, hombre, demasiada tontería.

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