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LA CASA DEL CARACOL crítica: ¿Quién puede matar a un monstruo?

Ópera prima de terror a lo ¿Quién puede matar a un niño?, pero con monstruos en vez de niños

EL HOMBRE DE BOSTON

Realizar una película con una propuesta solida bien presentada es insuficiente si no se soluciona correctamente. Igual que un equipo de fútbol que tiene la posesión del balón durante todo el partido, pero que es incapaz de anotar un gol. Conocen el chiste que se le atribuía a Quique Setién, ¿verdad? El exentrenador del Betis y del Barça presume de que conoce a una mujer en un bar y le da conversación durante horas haciéndola reír. Justo antes de cerrar, llega un tipo, se la lleva al baño y pimp-pam-pum, golazo por la escuadra. Pero tanto da, porque… él ha tenido la posesión. Pues a La casa del caracol le ocurre en cierta manera lo mismo: mantiene correctamente la premisa durante toda la peli hasta que llega el final.

La ópera prima de Macarena Astorga, basada en la novela de Sandra García Nieto, también autora del guión, es un thriller rural de terror psicológico que rinde homenaje al cine de terror de finales de los 70 y de los 80, con alguna referencia más reciente si así lo necesita. Un escritor de ciudad en crisis alquila un caserón en el campo para escribir aislado del mundanal ruido, y topa culturalmente con la primitiva gente del lugar, plagado de mitos y oscuras creencias. Presente VS. pasado; mundo terrenal VS. mundo supersticioso; realidad VS. mito, hasta confundirse todos los conceptos y no saber siquiera si el Real Madrid va de blanco o de negro.

 

"Si nos preguntan por las pintas decimos que interpretamos a Lole y Manuel"

 

Ambientado a principios de los años 80, cuando los peinados lacados, las hombreras y los calentadores de piernas aún no se habían impuesto a las patillas, los pantalones de pata de elefante y las minifaldas, con Paz Vega como tercera integrante de Las Grecas y Javier Rey como un sosias de Los Amaya (raro es que no hayan cogido a Hugo Silva por venir con el look de casa sin necesitar caracterización), La casa del caracol recuerda por diseño y ambiente a ¿Quién puede matar a un niño? y otras horror movies rurales como Los chicos del maíz. Y como la cosa va de un escritor que va perdiendo paulatinamente la chaveta, es impepinable no tener un ojo puesto en El resplandor y La ventana secreta.

“Todo lo construido pacientemente en La casa del caracol se va por el retrete con la misma velocidad que la cagada de un marinero”

Ya desde los primeros planos de la película, Macarena Astorga consigue crear una atmósfera rarita y malsana que ponga al espectador sobre aviso de que se está cociendo un caldo de cultivo que no incita precisamente a esperar un musical romántico con canciones de Abba como Mamma Mia! Con algunos recursos mejor conseguidos que otros (bien las niñas repelentes por abofeteables, mal por el primo de Sloth por ridículo), la directora teje un entramado de suspense con toques de terror psicológico, a base de elementos y personajes misteriosos, hasta llegar a un clímax de violencia con sorpresa que recuerda a otros mil títulos que no citaremos para que no nos denuncien por spoileadores.

 

"¿Y no podríamos decir que somos los Camela, que me gustan más?"

 

Y ahí es donde se jode el invento. Todo lo construido pacientemente hasta el momento se va por el retrete con la misma velocidad que la cagada de un marinero, al encadenar una serie de planos shyamalanos que descubren la explicación del intríngulis a modo de sorpresa sin pies ni cabeza, revelándose tan poco creíble como un irlandés negro y tan tramposo como Hellboy disfrazado de pitufo. Y por si eso no fuera suficiente, todavía queda en la recámara un último cartucho que ejerce de clavo que cierra definitivamente la tapa del ataúd en el que se ha depositado a La escalera del caracol, para enterrarla en vida cuando aún respiraba, y ser arrojada al fuego del Monte del Destino encadenada a una bola de presidiario.

De ahí que salga perdiendo al compararse con cualquiera de los títulos que referencia (por no decir que copia), sin hablar ya de El resplandor o ¿Quién puede matar un niño?, por ser palabras mayores. Está bien que se apunte alto, pero coño, un poquito también de humildad, que no todo el mundo es Stanley Kubrick o Narciso Ibáñez Serrador en su primera película… Una lástima, porque a poco que La casa del caracol hubiera tenido un final arregladito en lugar de una meada en la boca, se habría beneficiado de la buena fe del aficionado al género del terror, y éste le habría dado un pase por tratarse de una ópera prima de bajo presupuesto sin grandes pretensiones. La próxima vez, menos posesión y más goles.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien no tenga pasta para irse de vacaciones al campo.

No recomendada por Kuato a: escritores en crisis aprendices de Jack Nicholson.

Ego-Tour de luxe por: Javier Rey y Paz Vega ochenteros y guapazos, nada que envidiarles a Patxi Andión y Amparo Muñoz.

Atmósfera turbínea por: el primo de Sloth.

 

LA CASA DEL CARACOL. Estreno en Venusville: 11/06/2021.

 

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