LOBEZNO INMORTAL crítica: Lobezno oriental

Lobezno oriental

Lobezno viaja en solitario hasta Japón para
turistear y comprar videoconsolas de ganga

Por Ray Zeta

<De todos los X-Men, Lobezno siempre ha sido el que ha contado con más aptitudes y carisma para independizarse y tener su propia saga de spin-offs, por eso no es de extrañar que cinematográficamente hablando haya sido el primero en abandonar el nido del profesor Charles Xavier. X-Men: Orígenes fue su presentación a modo de precuela, y en ella se nos contó tanto su procedencia y sus primeros años, como su transformación en Arma-X al substituírsele su esqueleto por adamantium, convirtiéndole gracias a su poder de regeneración en un ser prácticamente indestructible. Ahora, tres películas de los X-Men cronológicamente más tarde, regresa en solitario para hacer turismo por Japón, en un batiburrillo de todas las aventuras de cómic que allí han acaecido, al combinar personajes como Mariko, Silver Samurai, los ninjas de la banda de La Mano y la villana Viper obviando, por el bien de la narración, tanto los hijos nacidos o adoptados en este país, como el matrimonio por conveniencia con esta última (suspiro de tranquilidad).

Así que tenemos a Logan paseándose por el país del sol naciente, destacando cual Hellboy dándose un garbeo por la aldea pitufa, para saldar una cuenta del pasado. De la Segunda Guerra Mundial en Nagasaki, para ser exactos, de lo que se nos informa en un prólogo a modo de flash back tan breve como sugerente, que deja al espectador con ganas de ver más y cuyo desarrollo podría conformar una película en sí mismo (y es que habiendo combatido Lobezno en todas y cada una de las guerras acaecidas desde la de Secesión, bien podrían dedicarle una película a cualquiera de ellas), en una secuela de su anterior película en solitario, que poco tiene realmente de secuela ni por guión ni por tono, pues no se retoma ninguna subtrama de ella, ni aparece ninguno de los personajes que por allí transitaban. Ni su hermano Dientes de Sable (debieron pensar que como ya salía en la primera X-Men no hacía falta), ni el coronel Striker, ni Gambito (más secuela de X-Men: Orígenes es X-Men 2 al buscar Lobezno respuestas sobre su conversión en Arma-X y enfrentarse de nuevo a Striker).

"Pues si yo soy Maria de Medeiros, entonces tú debes ser Clint Eastwood, ¿no?"

Lo que ha querido hacer Fox con Lobezno inmortal ha sido un tebeo Marvel ligero y entretenido, y a fe de Kuato que lo ha conseguido. En esta nueva andadura se ha aligerado a la trama principal de la presunta trascendencia que aquejaba a la primera, y se ha metido al personaje en harina, modelando un entretenimiento con clara vocación de serie B (aunque disfrazado de serie A), como una película de relleno para los dobles programas de antaño, que bien podría haberse titulado “Lobezno contra los ninjas” o “Lobezno contra la Yakuza”. Y es que hay películas buenas como las primeras X-Men, Iron Man o Los Vengadores, y películas divertidas que no se toman en serio. Que Lobezno inmortal pertenece al segundo grupo queda claro ya en la presentación del personaje en su condición de homeless montañero a lo Jeremiah Johnson, y la introducción de la japonesita clónica de Maria de Medeiros versión oriental katana en ristre a lo Kill Bill.

"Lo que ha querido hacer Fox con Lobezno inmortal ha sido un tebeo Marvel ligero y entretenido, y a fe de Kuato que lo ha conseguido"

El resto, una batería de set pieces de acción de katanazos y mamporros que se van sucediendo a buen ritmo pero que están justificadas de maneras tan patilleras más propias de un episodio de El Equipo A que de una superproducción con ínfulas de blockbuster (el incidente con el grizzly, el funeral, el secuestro...). Un ejemplo sin ánimo de spoilear: Lobezno y Mariko duermen juntos, pero por la mañana Lobezno despierta solo en la cama, la oye gritar, mira por la ventana y ve cómo dos hombres la meten a la fuerza en un coche… (si esto no es de folletín radiofónico coleccionable por entregas, que venga Green Hornet y lo vea). Mientras, un Lobezno interpretado por un Hugh Jackman inconmensurable marcando pecho-lobo (nunca mejor dicho) y garras, cada día más parecido a Clint Eastwood (qué quieren, cuando interpreta otros registros como Los miserables será que no, pero con esas miradas matadoras puro en boca, queda clavado al Eastwood más westernero), combatiendo con sus garras a todo quisqui que se le ponga delante con kimono, pasamontañas o armadura: yakuzas, ninjas, samuráis… y ejerciendo de saltimbanqui ocasional en el techo de un tren de alta velocidad en una de las mejores secuencias de la película.

"¿Cómo que en Memorias de una geisha las tres protagonistas eras chinas y no japonesas?"

Hasta enfrentarse a los dos villanos oficiales de la función: un Silver Samurai más parecido a un Transformer que a un samurái propiamente dicho (todo queda en casa, como Hugh Jackman protagonizó Acero puro, ya está acostumbrado a tratar con robots gigantes luchadores por mucho adamantium de que estén hechos), y una Viper erróneamente interpretada por la rusa Svetlana Khodchenkova como una femme fatale inspirada de manera exagerada en la Poison Ivy que compuso Uma Thurman en Batman y Robin (como la Dama Mortal interpretada por Kelly Hu en X-Men 2, ninguna). Quedando aún así tiempo para el amor (la subtrama amorosa con Mariko y Jean Grey apareciéndosele rodillo amenazante en mano como se le aparecía a Mel Gibson su esposa en Braveheart) y para el humor (la escena del meublé es impagable: “¿Mazmorra o Misión a Marte?”), mientras experimenta qué siente el resto de los mortales cuando se les hiere o se trabaja duro (y hasta aquí puedo leer, que decía Mayra Gómez-Kemp en el “Un, dos, tres”….).

Lobezno inmortal se revela así como una acertada película superheroica por su falta de pretensiones más allá del entretenimiento, como un tebeo de acción que ejerce tanto de área de descanso ante tanto superhéroe Marvel Vengador (cojan fuerzas porque en breve tendremos Thor 2 y El Capitán América 2, además también de The Amazing Spider-Man 2), como de avanzadilla a la inminente X-Men: Días del futuro pasado. Y confirma, como apuntaba al principio, que si hay algún X-Men con suficiente carisma para soportar el peso de una franquicia en solitario a modo de spin-off, ese es Lobezno (durante años han sonado rumores que cada uno de ellos tendrá su propia película, lo que de ser así lo veo como un proyecto abocado al fracaso. ¿Se imaginan un spin-off del calzonazos de Cíclope?), así que ya esperamos verlo en una tercera parte. Antes pero, podremos disfrutarlo en un cameo en la citada X-Men: Días del futuro pasado. Sólo que sea la mitad de divertido como el que tuvo en su antecesora X-Men: Primera generación, en el que enviaba a tomar por saco a Charles Xavier y a Magneto cuando intentan reclutarle, la película ya valdrá su peso en adamantium./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: quien quiera ver una versión de *Hora punta 2* en Japón en lugar de China, y con Lobezno en lugar de Jackie Chan.

		No recomendada por Kuato a: quien crea que Japón sólo son delicadas japonesitas con kimono como las de *Memorias de una geisha*. Las de aquí destrozan bares de camioneros a katanazos.

		Ego-Tour de luxe por: la escena de acción sobre el techo del tren bala. Hemos visto muchas escenas de acción en trenes (y en *El Llanero Solitario* veremos otra), pero original como ésta ninguna.

		Atmósfera turbínea por: que no haya ningún cameo de algún otro X-Men (Jean Grey no cuenta porque aparece en sueños)... Bueno, sí que lo hay, atención a la escena regalo en los créditos finales. Tan sugerente como sorprendente por quien sale. ¿Alguien ha dicho *Fast & Furious 5*?