Uno para todos y todos para un bonus Paul W.S. Anderson convierte a D`Artagnan y a sus compis Por Ray Zeta |
<No sería descabellado afirmar que junto con “La isla del tesoro”, “Los tres mosqueteros” es la novela de aventuras más famosa de todos los tiempos y por ello la más adaptada. Desde la versión muda a mayor gloria de Douglas Fairbanks hasta la perpetrada por el Brat Pack ochentero a principios de los 90, pasando por el clásico colorista de George Sidney del 48 y la versión setentera de Richard Lester, como obras más conocidas, además de todas las que llevan en el título la palabra “regreso”, “hijos” o “hijas, (siendo Los hijos de los mosqueteros (1952) y La hija de D’Artagnan (1994) protagonizadas por Cornel Wilde y Sophie Marceau respectivamente las más notables), las adaptaciones más libres como El hombre de la máscara de hierro (1998) y El mosquetero (2001), las paródicas (como la de Cantinflas y la de Martes y 13), las televisivas y las animadas, parece que la industria cinematográfica no puede dejar pasar ni cinco primaveras sin acometer una nueva adaptación del clásico de Alexandre Dumas.
Por eso claro, en plena fiebre hollywoodiense de remakes, secuelas, precuelas, reboots y más remakes, no es de extrañar que a algún lumbreras de algún gran estudio se le encendiera la bombilla y tuviera la genial idea de hacer algo “jamás hecho hasta ahora”: una nueva versión de “Los tres mosqueteros”. Lumbreras que para nuestra desgracia no ha sido Jerry Bruckheimer sino Paul W.S. Anderson, que cuando era pequeño debió quedar enchochado de Faye Dunaway al verla como Milady De Winter con ese par de tetas, lunar incluido, que le salían del escote de su vestido de encajes y volantes rococós en la versión de Richard Lester, y por eso ha querido consumar su fantasía erótica convirtiendo a su mujercita Milla Jovovich en el mismo personaje.
Director tan poco dotado para tal empresa, o sea narrar una historia de aventuras románticas con regusto clásico que ensalza valores como la amistad, la lealtad y el honor, Anderson ha hecho lo que era de esperar, pasarse por el forro el material de partida y llevárselo a su terreno para reciclarlo en una peli de tiros, mamporros y explosiones a ritmo de videojuego. Igual que como ha hecho recientemente Guy Ritchie con Sherlock Holmes (y antes hicieron Barry Sonenfeld con Jim West y Stephen Sommers con Van Helsing), el señor de Jovovich ha convertido a los personajes de Dumas en unos héroes de acción de lo más actual pese a situarse la historia en una época pasada, a base de introducir a martillazos tantos anacronismos como se cuentan en una comedia histórica de Mel Brooks. ¿Y qué más da que estemos en el siglo XVII? Aquí hay trajes de buceo a lo James Bond, trampas mecánicas a lo Tomb Raider, barcos voladores que ni los de Sky Captain, y más explosiones que en una Jungla de cristal.
"Anderson se pasa por el forro el material de partida y se lo lleva a su terreno para reciclarlo en una peli de tiros, mamporros y explosiones a ritmo de videojuego" |
Nada que objetar al respecto, pues en Venusville somos los primeros que aplaudimos las nuevas iniciativas y las actualizaciones de los clásicos a base de imprimir bambú, caña y estopa, y si ahora lo que prima es transformar en héroes de acción lo que hasta ahora eran héroes a secas (parece que los próximos en pasar por el tuneado van a ser personajes de cuentos de hadas como Hansel y Gretel), no vamos a ser nosotros los que se interpongan en el progreso (si no Superman y Batman aún estarían atrapando “pillos” por “Villa Chica” y “Ciudad Gótica”), pero lo que olvida el Sr. Anderson es que aquí no dirige aliens, predators, o protagonistas de videojuegos cortados de una sola pieza como la Alice de los Resident Evil cuya única misión es ir acribillando zombies para pasar de pantalla. Aquí dirige personas que como el Sherlock Holmes de Guy Ritchie, deben ser personajes bien escritos con motivaciones que justifiquen las set pieces de acción, si no lo único con lo que nos quedamos es con fuegos de artificio y casquería gratuita filmada a cámara lenta orquestada por muñecos.
Y más aún con un guión tan endeble cuyos únicos puntos en común con la novela original es la forma cómo conoce el protagonista a sus compañeros (la acumulación de duelos en su primera mañana en París), y el deber viajar a Inglaterra en un tiempo récord para obtener el collar que protegerá el honor de la reina. Si quiere que los tres mosqueteros sean espías de Francia, Milady sea una doble agente con más recursos que Jim West, que los cuatro vayan de misión especial a Venecia recordando La liga de los hombres extraordinarios, que deban entrar en la Torre de Londres ideando un plan perfecto igualito que si de una misión imposible de Ethan Hunt se tratara, y que acaben en un combate naval aéreo que ríanse ustedes de los de Master & Commander, cojonudo, pero lo dicho, escritura de personajes y motivaciones que justifiquen los actos, o estaremos solo ante una sucesión de pantallas videojueguiles como es el caso.
Dónde está Jerry Bruckheimer cuando se le necesita.../>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Congelada en carbonita |
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Recomendada por Kuato a: quienes su única referencia de la novela de Dumas sea la versión de Martes y 13 o la serie animada Dartacán y los tres mosqueperros.. |
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No recomendada por Kuato a: quienes sean capaces de discutir sobre qué D’Artagnan es mejor, si el elegante Gene Kelly o el tosco Michael York. |
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Ego-Tour de luxe por: la recreación de Porthos. Por primera vez liberan al personaje del “síndrome Obélix” y no lo muestran como el gordito gracioso de los chistes que solo piensa en comer y beber. | ||
Atmósfera turbínea por: la recreación de Milla Jovovich como Milady De Winter en un personaje tan poco creíble y exageradamente ridículo como el de Keira Knightley en Piratas del Caribe 3. |
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