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MATAR A DIOS crítica: Dios existe

¿Sabían que Dios existe y que es un homeless enano y alcohólico? Descúbranlo en Matar a Dios

RAY ZETA

Tándems de directores hay unos cuantos, desde hermanos como los Cohen, los Farrelly, los Spierig, lo Hugues, los Pang, los Russo y los Wachowski (perdón, las Wachowski), a no hermanos como Jim Abrahams y David Zucker, La Cuadrilla, Phil Lord y Chris Miller o Anna Boden y Ryan Fleck. Lista a la que a partir de ahora deberemos añadir el dueto formado por los catalanes Caye Casas y Albert Pintó por haber irrumpido en el panorama cinematográfico fantástico con fuerza, irreverencia y mala leche (ahí es ná), con Matar a Dios, comedia negra fantástica en la que aglutinan las filias mostradas ya en sus cortos Nada S.A., Los siento cariño y Una historia de amor.

En Matar a Dios, Casas y Pintó nos proponen un diabólico juego en el que hay que decidir a qué dos personas salvaríamos llegado el fin de la humanidad, para que sean los únicos supervivientes de la especie humana. ¿El problema? Pues que tal decisión corre a cargo de la familia más friki, casposa, grotesca y esperpéntica desde la familia Addams, con la diferencia de que mientras la familia Addams es una parodia, la familia de Matar a Dios es un reflejo de nosotros mismos. La bordería de Eduardo Antuña, Boris Ruíz con sus ojos batrácicos, Itziar Castro con su elefantiásica figura, y la jiráfica altura de David Pareja, representando sin complejos a la familia media estándar española.

 

MATAR A DIOS

"Listos para trabajar con Álex de la Iglesia cuando guste"

 

Ya lo ven, como la familia Trapisonda, un grupito que es la monda que haría las delicias de Fellini, Terry Gilliam y Álex de la Iglesia, y que no tiene nada que envidiarles a otros grupitos de desarraigados como los vecinos de La comunidad, el show de 800 balas, o el circo de Balada triste de trompeta. Y por encima de todos ellos… Dios. Sólo que este dios no es una actor bien parecido con melena grunge y barba hípster, sino un enano homeless y alcohólico bajo los rasgos de Emilio Gavira, amenazando el podio de composiciones curiosas del todopoderoso, hasta ahora ocupado por Morgan Freeman en Como Dios, Alanis Morissette en Dogma, y Benoit Poelvoorde en El nuevo nuevo testamento.

“En Matar a Dios, Casas y Pintó nos proponen un diabólico juego en el que hay que decidir a qué dos personas salvaríamos llegado el fin de la humanidad”

De esta manera, Albert Pintó y Caye Casas componen el retrato más ruin de la bajeza humana, creando con maestría unas situaciones grotescas y unos diálogos ingeniosos interpretados por unos actores genialmente elegidos en estado de gracia, demostrando como directores un talento sin igual para la comedia negra. Matar a Dios funcionaría a las mil maravillas si consistiera sólo en eso o fuera sólo un cortometraje que presentara a los personajes, pero flojea al erigirse como un largometraje que introduce la premisa fantástica. La introducción del personaje de Dios y su estrambótica petición obliga al guión a adentrarse en la elección de las dos personas requeridas, y es ahí donde se mete en terreno pantanoso.

 

MATAR A DIOS

"¿Acaso no sabían que Dios era el vivo retrato de David el gnomo?"

 

Simplemente porque los dos directores guionistas no saben cómo continuar la película a partir de ese momento, y mucho menos cómo acabarla. Lo que debía ser un giro argumental para hacer avanzar la historia, se convierte en grilletes encadenados a sus tobillos. Los dires sacan el pie del freno, introducen violencia física y hasta se permiten algún toque gore, pero queda deslavazado como si formara parte de otra película, por no encajar correctamente en la historia, hasta llegar a un final decepcionante por las expectativas que había creado la premisa. Lástima, porque la primera mitad de la película, con la atmósfera tenebrosa creada, la presentación de los personajes, sus subtramas y sus diálogos, de veras prometía.

Matar a Dios se revela así como una ópera prima irregular, apta para sopesar las posibilidades de sus autores, que son muchas, y para descubrirlos como grandes candidatos a creadores de comedias negras, por lo que se deberían seguir moviendo en este terreno más que en el fantástico o en el terror. Veremos de qué son capaces Albert Pintó y Caye Casas en su siguiente proyecto, y veremos también con cuánto presupuesto cuentan, pues Matar a Dios apenas es cinco personajes en una casa. El talento lo tienen, el oficio también, imaginación e inventiva les sobra… así que con un empujoncito final en sus guiones ya no les hará falta matar a Dios porque los nuevos dioses del panorama cinematográfico serán ellos.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: Álex de la Iglesia, quien verá en Pintó y Casas a dos dignos sucesores suyos.

No recomendada por Kuato a: quien opine que grandes pelis como El corazón del ángel, El sexto sentido y El club de la lucha, sólo tienen bueno el final.

Ego-Tour de luxe por: el casting. Contundente y rotundo.

Atmósfera turbínea por: que puestos a hacer de Dios Emilio Gavira con barba blanca, no haber hecho que Dios sea David el gnomo.

 

MATAR A DIOS. "Matar a Dios" (España, 2017). Dirección y guión: Caye Casas y Albert Pintó. Reparto: Itziar Castro, Eduardo Antuña, Boris Ruiz, David Pareja, Emilio Gavira y Francesc Orella. Estreno en Venusville: 21/09/2018.

 

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