PROJECT ALMANAC reportaje: De fiesta por el tiempo

De fiesta por el tiempo

Los actores explican qué harían ellos con
una máquina del tiempo, y mienten, claro

De Paramount Pictures

<¿Qué harías “tú” si pudieras viajar atrás en el tiempo? Esa es la cuestión a la que se enfrentan los personajes de Project Almanac, un sinuoso thiller sobre viajes en el tiempo y “grabaciones encontradas” acerca de un grupo de amigos del instituto que encuentran el rastro de una máquina del tiempo. “He pensado en ello”, admite uno de los protagonistas, Jonny Weston, quien interpreta a David, el reservado pero inteligente líder del grupo. “Me gusta mucho la arquitectura y el arte, así que me encantaría ver cómo se construyeron algunos de los grandes edificios, como el Louvre o el Taj Mahal, o los interiores de la Capilla Sixtina”. Es una respuesta muy meditada, como la que uno imagina que daría el personaje de Weston, David. Pero no todo el reparto se lo tomó tan en serio.

“Seguro que usaría una máquina del tiempo para comprar un décimo de lotería premiado”, dice riendo Allen Evangelista, quien interpreta al amigo de David, el precavido y ligeramente friqui Adam (“Mira”, dice Evangelista. “yo diría ‘experto en informática’, y no friqui”). “De hecho”, continúa, “lo seguiría haciendo hasta que ya se volviera embarazoso: ‘Vaya, ¿porqué este tipo gana todo el rato?’”. “Yo probablemente haría algo importante, como matar a Hitler”, afirma Sam Lerner, con una cara seria que rápidamente se ilumina con una sonrisa: “No, probablemente yo también haría algo estúpido”, dice con una mueca. Lerner interpreta a Quinn, un amigo de David que, infundadamente, confía demasiado en él.

"Ya te dije que sin condensador de fluzo no funcionaría"

“Quinn es un buen contraste para Adam”, dice Lerner. “Yo siempre voy pisando fuerte y diciendo cosas como: ‘Tío, me he enrollado con un centenar de chicas’, incluso aunque esté claro que no ha sido así, mientras que él es realmente sensato”. “Adam y Quinn me recuerdan a Kirk y Spock”, dice Evangelista (quien, no lo olvidéis, no es un friqui…). “Adam se fija mucho en los hechos y es cuidadoso, lo racionaliza todo, mientras que Quinn se tira de cabeza sin tener en cuenta la seguridad ni tener cuidado”. “David, Adam y Quinn están muy unidos”, reconoce Weston. “Los tres forman un grupo muy unido. Cuando descubrimos las pistas sobre una posible máquina del tiempo, trabajamos como un verdadero equipo”.

"Me gusta mucho la arquitectura y el arte, así que me encantaría ver cómo se construyeron el Louvre o el Taj Mahal, o los interiores de la Capilla Sixtina"

Pero no todo son chicos y artefactos. Está también Jessie, la más guapa del instituto (Sofia Black-D’Elia), quien se convierte en el objetivo amoroso de David, si es que consigue atreverse a pedirle que salga con él. “Superficialmente, Jessie parece ser la chica guapa e inalcanzable del instituto”, dice Black-D’Elia, “Pero en realidad está muy sola. En cierto sentido, tanto ella como David son marginados sociales”. “Hay una cosa que me gustó desde el principio”, concuerda Weston. “Jessie es guapa, ¡pero no lleva maquillaje ni baila! No es como si fuera una animadora. Hay más cosas en ella que eso. De hecho, es el tipo de chica que me podría interesar en la vida real. Y en la película en cierto modo se ve cómo David y Jessie encuentran la manera de traspasar la coraza del otro”. “Jonny y yo nos divertimos mucho desde el principio trabajando juntos”, dice Black-D’Elia. “Me gustó mucho cómo se fue desarrollando la relación entre nuestros personajes”.

"Voy, te echo un polvo en el futuro y vuelvo"

“Para mí, todos los personajes resultan bastante auténticos y creíbles”, dice Ginny Gardener, quien interpreta a Christina , la hermana pequeña de David, y la que maneja la cámara de manera no oficial en el grupo. “De hecho, como había mucho metraje rodado cámara en mano y por tanto había también unas tomas largas y naturalistas, en muchas de las escenas parecía que se trataba realmente de un grupo de amigos de verdad echándose unas risas”. Puesto que su personaje es a menudo quien se encarga de rodar las pruebas y experimentos que hacen sus amigos para que funcione la máquina del tiempo, Gardener tuvo que practicar realmente el manejo de la cámara. “Fue realmente genial”, dice riendo. “Tenía que darle la vuelta y a menudo hablarle a la cámara mientras la sostenía. Fue una experiencia enriquecedora”.

Hablando con los actores, pronto queda claro que hay ciertas similitudes entre los jóvenes actores y los personajes que interpretan. Weston, aunque más seguro de sí mismo en la vida real, tiene algo de la reflexiva inteligencia de David. Lerner tiene un desmesurado y natural talento para la comedia con una energía parecida a la de Quinn. Y Evangelista admite tener “una mente bastante técnica, como Adam”. Y sonríe antes de añadir: “Algunos dirían un poco friqui”. “Creo que todos trabajamos muy bien juntos”, coincide Weston, quien antes de Project Almanac había estado en unas cuantas películas independientes. “Esta película parecía realmente un film independiente en algunos sentidos”, dice. “Porque todo era muy creativo. Lo que quiero decir es que a los actores se nos permitían aportaciones creativas. Y creo que eso contribuyó a que trabajáramos muy bien juntos”./>

¿Desea saber más?