Categorías

ROBOT DREAMS crítica: ¿Sueñan los perros con ovejas robóticas?

Pablo Berger vuelve a clavarla con una peli muda, en esta ocasión animada en un “más difícil todavía”

RAY ZETA

¿Creían que con La última locura, The Artist, Blancanieves y la actual Noche de paz ya se había dicho todo (o digamos mejor no se había dicho) en el cine sin diálogos? Eso es porque no han visto Robot Dreams, la peli “muda” que las supera a todas. Y una vez más es Pablo Berger quien nos la trae, como ya hizo en 2012 con Blancanieves, sólo que esta vez va un paso más allá al confeccionar una peli animada donde la música y las canciones son la voz de los protagonistas.

Basada en la novela gráfica de Sara Varon, Robot Dreams cuenta la historia de amistad entre un perro y un robot (¿amistad? ¿Seguro que no es algo más? En fin, dejémoslo en amistad…) en una Nueva York ochentera poblada por animales antropomórficos a modo de Zootrópolis, donde los robots ejercen de seres de compañía como también sucede en títulos ya vistos como Robot & Frank, Brian y Charles o Finch, o las animadas El gigante de hierro, Big Hero 6 o Ron da error.

 

"Si fracasamos, decimos que esto es Zootrópolis 2"

 

Pablo Berger construye con esta premisa una película entrañable y emotiva a partes iguales, a medio camino entre el cómic y el cartoon, con la que los espectadores de lágrima fácil deberán asistir al visionado bien provistos de kleenexs, bajo amenaza de agotar las existencias actuales. Porque Robot Dreams es una película hecha con el corazón para que toque el corazón, y lo consigue dando en la diana como una flecha certera lanzada por el mismísimo Robin Hood (Kevin Costern, ni Patrick Bergin ni Taron Egerton).

“Pablo Berger construye con Robot Dreams una película entrañable y emotiva a partes iguales, a medio camino entre el cómic y el cartoon”

Pero Robot Dreams es muchas más cosas, también es un ejercicio de nostalgia por un tiempo sin móviles ni ordenadores (sí, hay robots pero no móviles ni ordenadores), en el que el contacto social suplía el contacto virtual tan de moda en el presente, así como un homenaje a la ciudad de Nova York (tercer protagonista de la película), y un canto a la música, géneros jazz y disco a la cabeza, formando un apartado narrativo sin cuya presencia, Robot Dreams no tendría razón de ser (¿decía que Nueva York es el tercer protagonista? Pues la banda sonora es el cuarto).

 

"Primero ponemos Beethoven y luego Wall-E"

 

También es un homenaje al cine en general, con guiños a pelis clásicas como Psicosis, Tiburón o Gremlins entre otras. Tan solo un “pero” a destacar: demasiadas subtramas intermedias que poco o nada aportan a la trama principal, y que parecen puestas con la única intención de alargar el metraje hasta conseguir una duración de 100 minutos (¿son necesarios dos sueños, cuando con uno hay suficiente? ¿Y qué me dicen de los pájaros adoptados por el robot y de la novia pato de Dog?). Las películas animadas Disney han tenido toda la vida una duración de 80 minutos y bien que les ha ido…

Peccata minuta, teniendo en cuenta todo lo que ofrece Robot Dreams, que es mucho y bueno. Cuando vean Robot Dreams se olvidarán de que están viendo una peli animada, así como que los protagonistas son un perro y un robot, y será como si estuvieran viendo a Ryan O’Neal y Ally McGraw en Love Story, a Richard Gere y Julia Roberts en Pretty Woman, o a Viggo Mortensen y a su caballo mesteño en Océanos de fuego, al igual que Robot Dreams, una historia de amor disfrazada de amistad con un animal de por medio.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien esté pensando adoptar un perro como ser de compañía. Mejor un robot.

No recomendada por Kuato a: quien cuando suenen temas discos en la discoteca, acuda raudo a la barra.

Ego-Tour de luxe por: esa lagrimita furtiva imposible de reprimir.

Atmósfera turbínea por: tanta subtrama innecesaria y gratuita a mitad de peli. ¡Al grano, coño, al grano!

 

ROBOT DREAMS. Estreno en Venusville: 06/12/2023.

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario