SABOTAGE crítica: Los diez puritos

Los diez puritos

A falta de Sly, Arnie ocupa su puesto de veterano del
barracón siguiendo las directrices de Agatha Christie

Por Robert Thornhill

<A uno le podrá gustar o no Arnold Schwarzenegger, criticarle que haya vuelto ya viejuno y canoso después de haber salido escaldado de su incursión política por ser un picha brava que se tiraba a toda hembra en edad de merecer, pero a pesar de tener la cara más arrugada que el sobaco de un elefante, tanto su intervención en la franquicia de Los mercenarios como su papel de sheriff a la antigua usanza en El último desafío, y esa entretenida y clásica peli de fugas de prisiones como es Plan de escape, pueden considerarse un más que digno regreso al mundillo del cine y la confirmación de que los nuevos niños guapos y musculados de Hollywood (a excepción de Jason Statham, por supuesto) aún tienen mucho que aprender de nuestros viejos héroes de acción ochenteros.

Este Sabotage no es más que la confirmación de que Arnie ha vuelto para quedarse, con una de esas pelis viscerales características de David Ayer, en que las drogas y el alcohol son omnipresentes, los tíos son duros de cojones y tatuados hasta los dientes, y la violencia se nos muestra en estado puro y sin tapujos: el cine de Ayer no es para todas las edades ni para mentes sensibles. Si la trayectoria de Ayer se había caracterizado por trabajar con gran realismo y crueldad la dura vida del policía como individuo que vive bajo la presión de las bandas callejeras y de sus corruptos jefes, y al que siempre le rondan ideas perversas de saltar al lado oscuro de la ley, como en Training Day, Vidas al límite o la sublime Sin tregua, esta vez es un pelín menos intimista y se centra en un grupo de mercenarios profesionales comandados por el gran Arnie.

"Así aprenderá Stallone cómo se dispara teniendo que mear cada media hora"

Esta vez Arnold hace las veces de Stallone como jefe de una banda de mamporreros especialistas que se dedica a perseguir capos de la droga, aunque con sus greñas, mostachos y tatuajes, parezcan más unos moteros de Harleys malhablados que utilizan recurrentemente la palabra "fuck" como comodín en su fino vocabulario del Bronx. Si les sumamos la chica de turno (Mireille Enos, la mujer de Brad Pitt en Guerra Mundial Z) y un negro como Terrence Howard que canta como una almeja, hacen que esta banda de baturrillos con pistola parezca el celebérrimo grupito de Nigel en Top Secret, por lo que no tendrían sitio ni en una mala peli de serie B, pero claro, todo cobra sentido si por encima de ellos aparece la figura imponente de un Arnold Schwarzenegger que con su característico puro le da al conjunto la credibilidad necesaria para que nos impliquemos en la historia.

"Sabotage no es más que la confirmación de que Arnie ha vuelto para quedarse. Esta vez Arnold hace las veces de Stallone como jefe de una banda de mamporreros"

Un argumento que en esta ocasión, aparte de ocuparse de las neuras y traumas de los policías de turno (una constante del cine de Ayer) funciona sobre la base de un ingenioso robo de un porrón de dólares, para pasar luego a una dinámica en la que van cayendo uno a uno personajes con el sistema de "Los diez negritos" con el presunto móvil del dinero, manteniendo en todo momento el misterio respecto al culpable y añadiendo pistas falsas que hacen seguir la peli con atención y sin olernos quién puede ser el responsable de unas muertes que aportan el punto gore a la peli, porque hay una crueldad extrema y corre la sangre con mucha alegría, como si estuviéramos viendo Saw o algún episodio de Hannibal.

"¡Esta bien, juro que aunque haya vuelto no haré Los gemelos golpean dos veces 2!"

No sabemos si es por la gran influencia que debe provocar contar con un mamut de Hollywood como Arnold, pero lo cierto es que David Ayer huye en Sabotage de su marcado estilo anterior, que se centraba en contar historias básicamente urbanas dando mucho valor a la autenticidad, como vimos en su citada obra cumbre Sin tregua, para pasarse con Sabotage a un cine más comercial en el que la veracidad no es lo más importante, estando supeditada a ofrecernos buenas escenas de acción, buenas persecuciones, tiroteos y ataques militares, mientras un omnipresente Schwarzenegger ejerce con gallardía de héroe dominador de la situación que maneja a su antojo todo lo que pasa, recordándonos vagamente el papel de John Travolta en Basic. Aunque cuenta con un ramillete de secundarios con cierto renombre, comenzando por el pandoriano Sam Worthington, pasando por un desubicado Terrence Howard o una Olivia Williams con un currículum apreciable (ya hizo de mujer de Bruce Willis en El sexto sentido), aparte de caracterizar a personajes muy duros y malcarados, como le gusta a Ayer, quedan relegados a un segundo plano ante la figura de un Doug Quaid que demuestra estar en forma y sus apariciones en pantalla hacen diluir a todo aquel con el que comparte plano.

Aunque uno sea un fiel seguidor de un innovador del género como David Ayer, la verdad es que entre la reconfortante presencia de Arnie y que es una película que logra mantener el suspense hasta el final con un guión lleno de escenas de acción, con mucha testosterona en el ambiente y que no escatima escenas desagradables, Sabotaje un excelente entretenimiento que demuestra lo versátil que puede llegar a ser un Ayer, cuyo próximo proyecto ambientado en la segunda guerra mundial Corazones de acero nos da muy buena espina./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: los que quieran ver como sería el grupo de *Los mercenarios* si dirigiera la peli Álex de la Iglesia.

		No recomendada por Kuato a: los que piensen que nuestro Arnie con sus 66 años no puede hacer de Conan o Terminator. Verlo levantar pesas en esta peli le hace a uno saltar las lágrimas.

		Ego-Tour de luxe por: una escena para enmarcar en que un personaje al que le han disparado en el corazón, tranquilamente enciende su puro y se toma un whisky. Eso es morir con clase.

		Atmósfera turbínea por: esa perilla tipo cabra-montesa de Sam Worthington le queda como el culo y es innecesaria. Lo cierto es que la banda de Arnie parece un grupo de heavy metal más que de policías.