Categorías

STEVEN SPIELBERG noticia: Visión del futuro optimista

Steven Spielberg escribe una carta dando una visión optimista del futuro del mundo del cine

Cuando Steven Spielberg habla, todo el mundo escucha. No en vano es el director más influyente de finales de siglo XX, que revolucionó la industria a base de taquillazos y críticos rendidos a sus pies, demostrando que domina tanto el cine de entretenimiento y el cine serio, y que lejos de apoltronarse como un diplodocus de tiempos pasados, sigue cosechando éxitos en pleno siglo XXI.

El puto amo, vamos, por eso es una inyección de moral que haya publicado una carta en la que en tiempos tan duros de pandemia, con los cines de medio mundo cerrados debido a la crisis sanitaria y a las restricciones, y los del otro medio vacíos por la falta de asistencia, su visión del futuro sea del todo optimista. Cuando todo esto pase, el público volverá a llenar los cines, no lo duden, porque nada es comparable a la magia del cine:

"En la actual crisis de salud, donde las salas de cine están cerradas o la asistencia es drásticamente limitada debido a la emergencia global, todavía tengo esperanzas que bordean la certeza de que cuando sea seguro, el público volverá a ver las películas. Yo mismo siempre me he dedicado a que la comunidad vaya al cine, como cuando salimos de nuestras casas para ir a un teatro, es decir, un sentimiento de compañerismo con otras personas que han dejado sus casas y están sentadas con nosotros.

En una sala de cine, miras películas con los seres queridos de tu vida, pero también en compañía de extraños. Esa es la magia que experimentamos cuando salimos a ver una película, una obra de teatro, un concierto o una comedia.

No sabemos quiénes son todas estas personas sentadas a nuestro alrededor en una sala de cine, pero cuando la experiencia nos hace reír o llorar o animar o contemplar, y luego, cuando se encienden las luces y dejamos nuestros asientos, la gente con quienes nos dirigimos al mundo real ya no se sienten como completos extraños ".

Nos hemos convertido en una comunidad, tanto en corazón como en espíritu, o en todo caso, por haber compartido durante un par de horas una experiencia poderosa. Ese breve intervalo en una sala no borra las muchas cosas que nos dividen: raza o clase o creencia o género o política. Pero nuestro país y nuestro mundo se sienten menos divididos, menos fracturados, después de que una congregación de extraños ha reído, llorado, saltado de sus asientos juntos, todo al mismo tiempo.

El arte nos pide que seamos conscientes de lo particular y lo universal, ambos a la vez. Y por eso, de todas las cosas que tienen el potencial de unirnos, ninguna es más poderosa que la experiencia comunitaria de las artes”.

 

Qué tiempos aquellos...

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario