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EL BOSC (EL BOSQUE) entrevista a Óscar Aibar: Todo es posible

“La película ha costado el presupuesto que tiene el departamento de zapatería de El Hobbit"

RAY ZETA

CINES VERDI PARK, BARCELONA, 11/12/2012. Óscar Aibar estuvo presentando El bosc (El bosque) en el Festival de Sitges hace apenas dos meses. Allí charlamos, nos fotografiamos, meamos juntos (verídico) y asistí a la rueda de prensa, pero por disponibilidad de ambos no pude entrevistarle. Por eso, cuando la película se ha presentado en Barcelona he acudido raudo a la convocatoria para poder continuar allí en el punto donde lo dejamos. Ha sido llegar, verlo allí esperar a los medios con su habitual aire de hombre sencillo tranquilo, y como si hubiéramos estado hablando apenas cinco minutos antes aunque en realidad hiciera dos meses, le he espetado “como te iba diciendo…” como si tal cosa, y sin más dilación hemos empezado la entrevista.

-¿Cómo tienes el cuerpo al compartir fecha de estreno con El Hobbit?

-Bueno, bien, porque si te tomas este trabajo que es hacer cine en España compitiendo con lo incompetible, que es el cine americano, es un estrés con el que no vives porque no podemos competir en nada, nuestra película ha costado el presupuesto que tiene El Hobbit para su departamento de zapatería. Mi segunda película,Platillos volantes, se estrenó con Matrix Revolutions, Crueldad intolerable y Good bye, Lenin!, y Matrix 3es la película que más dinero ha hecho en un primer fin de semana en España, así que ya estoy por encima del bien y del mal, estoy más que acostumbrado a estas cosas (risas).

-¿Por qué has elegido un relato tan corto de Albert Sánchez Piñol como “El bosc” (ocho páginas), en vez de una novela con más material narrativo como por ejemplo “La pell freda” (La piel fría)?

-Mira, te voy a poner un ejemplo un poco pedante que es Alfred Hitchcock. Hitchcock prefería partir de novelas pulp que eran relatos de 40-50 páginas, o incluso como en el caso de Los pájaros de relatos de nueve páginas, que tuvieran todos los elementos de la historia pero que no hubiera que tirarlo al suelo y desestructurarlo todo como es el caso de una gran novela. Como en una novela está todo ya construido, siempre tienes que derrumbar, en cambio con un relato en el que están todos los elementos, a mí me es más fácil escribir un buen guión. Si tu lees “El bosc” ya lo tiene todo: la transformación de los personajes, los tres actos… todo.

 

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-Sí, pero si hubieras adaptado “La pell freda” habríamos tenido sexo con la criatura, cosa que no pasa con la criatura de “El bosc”…

-(Risas) Es que las historias de Albert, que es una cosa por la que me atrae muchos sus libros, son muy bizarras. En el caso de “La pell freda” es una historia con una criatura que parece un animal, y en éste también otra historia totalmente bizarra que es una historia de amor en la que se llega al amor mediante el matrimonio, que es una cosa aún más extraña (risas). Normalmente en las películas se desea más al amigo o al vecino que a tu marido, y aquí tenemos a una mujer que se enamora de su marido, lo cual es algo absolutamente infrecuente y paranormal que no se ve en ninguna película (risas).

-El bosc (El bosque) es una película que combina la Guerra Civil española con el cine fantástico, como El espinazo del Diablo o El laberinto del fauno de Guillermo Del Toro, ¿tuviste en cuenta estos dos títulos a la hora de abordar tan original combinación de géneros?

-No, me dan un poco igual, es que para nosotros la Guerra Civil es una anécdota, de hecho estuvimos a punto de ambientar la historia en las Guerras Carlistas para evitar comparaciones. De todas formas el relato de Piñol es un relato muy anterior a estos dos títulos, pero si las quieres comparar me parecen dos estupendas películas, pero para nada las he mirado como ejemplo, ya que es una mirada muy diferente del conflicto del que tiene la nuestra.

-Y que Pa negre (Pan negro) estuviera tan reciente en el tiempo y tuviera ciertos parecidos con tu película, ¿hizo que te la plantearas de alguna forma concreta?

-No, Pa negre nació de la fascinación por la obra de Emili Teixidor y la mía es por la de Sánchez Piñol, pero no me parece que la comparación vaya más ello de eso…

-Háblame ahora de los elementos fantásticos de la peli. ¿Este portal que lleva a un mundo desconocido es como el portal de Stargate?

-Sí, Stargate sí que es una película que me cautivó cuando la vi, sobre todo por la literatura basura que leía de niño de Erich Von Däniken, que decía que todas las culturas de la Antigüedad venían de otro planeta y claro, hay algo en mi subconsciente muy Von Däniken. Por eso cuando nos planteamos qué textura tendría nuestro bosquecito, un referente claro era Stargate, que es una película que me encanta. Nosotros no hemos podido viajar a otro mundo, quizás porque la historia tampoco lo pedía, pero Stargate es un muy buen referente, sí.

 

 

-¿Y nunca te planteaste mostrar cómo es ese mundo alternativo aunque en el relato de Albert Sánchez Piñol no salga?

-Es que entonces sería otra película y de un presupuesto de 22 millones de dólares… El bosc (El bosque)plantea al espectador un viaje a un mundo utópico y da a entender que en un mundo utópico también hay problemas: guerras, crisis, ministros de cultura… En alguna versión hubo como el pasillo de entrada, pero yo prefería invertir toda la energía en el ser que sale, que es como un premio al espectador. De hecho salen dos cosas de ese mundo: las frutas, que son como una especie de testimonio que lo que le está pasando al personaje de Ramón es real y que son muy sugerentes porque hacen volar la imaginación, y el “Señor Besugot”, que es un poco un encuentro en la tercera fase real.

-Ese sí que te decidiste a mostrarlo…

-Sí, como tú le pides al espectador que viaje durante toda la película al otro mundo con su imaginación, me gustaba premiarle. “Como te he tenido una hora y media imaginándote este mundo, te voy a traer parte de él para que lo puedas ver”. Es un premio para el espectador.

-¿Cómo está hecho exactamente?

-Con una base convencional y efectos especiales muy mínimos, sobre todo en los brazos. Básicamente es una pieza de 3D hecha en una compañía de Barcelona. En Barcelona hay varias pequeñas compañías de 3D con muchísimo talento. Hay cuatro o cinco que podrían estar en Hollywood sin ningún tipo de problema…

-¿Utilizaste alguna referencia para crearlo?

-No, para un director el proceso es el totalmente inverso. Cuando te planteas hacer la criatura lo que haces es ver todas las películas que se han hecho e intentar que tu monstruo sea diferente. Es decir todo lo contrario, que no se te vean las referencias. Tienes la responsabilidad de que el espectador se sorprenda con algo nuevo, no de copiar algo que ya está hecho. Por eso aquí tengo que esconder mis compromisos y mis referencias y buscar con el grafista una cosa diferente, en este caso un ser grande y bondadoso con un tipo de realidad que no fuera para niños como podrían ser los hobbits, sino para espectadores un poco más realistas. En todo caso las referencias no son para buscarlas sino para huir de ellas.

 

 

-¿Y qué tal ha sido trabajar con Tom Sizemore? Dijiste en Sitges que había sido una apuesta personal tuya, que te fuiste a Los Angeles a proponérselo y que te dijo que sí sin siquiera ver el guión…

-Sí, como todo en esta película, que no se ha hecho a golpe de talonario sino con mucho corazón. Yo he recuperado una cosa que hacía cuando tenía 20 años y empezaba con el cine, que es creerme que todo es posible, que es algo que pierdes con el tiempo porque te vuelves más realista. Yo pensé: “¿quién es el mejor Pickett (nombre del personaje) que puede haber en el mundo?” Y me dije Tom Sizemore, que es mi secundario favorito. Hacía falta un gran actor americano, sobre todo en cine bélico, para contar esa parte de la Guerra Civil que nadie ha contado, que es la presencia de norteamericanos y primeros anti-fascistas verdaderos que fueron los de la Brigada Lincoln.

Así que contacté con alguien que conocía a su representante, fui a verlo a un rodaje que estaba en San Diego, pedí una entrevista con él y le dije que quería hacer una película en España. Él de España había oído hablar de Almodóvar y de Hemingway que estuvo allí en corridas de toros, y poco más. Me preguntó: “¿has venido de tan lejos para verme?” Yo le respondí que sí y dijo: “Entonces tendré que devolverte la visita”. Y eso sin ver siquiera el guión. Fue la primera vez que viajó además sin asistente, porque los actores de Hollywood van con al menos tres, pero como no podíamos pagarlo dijo incluso que era la primera vez que se hacía la maleta. Está tan acostumbrado que le hagan la maleta, que le abran la puerta del coche, y que le saquen los billetes de avión, que se perdió en el aeropuerto de Londres porque no sabía cómo se canjeaba un billete (risas). Esa ha sido su adaptación al cine low-cost, una experiencia para él, y para nosotros, muy curiosa…

-¿Y qué tal es en las distancias cortas?

-Él es puro Rock’n’Roll, puro hard core, vive una vida muy extrema… Es un pequeño problema que tengo, que siempre me he enamorado de actores muy especiales, por eso he aprendido a trabajar con ellos. No es un rodaje convencional. En el momento que entra el Rock’n’Roll en una película es una cosa más complicada de llevar, pero como tengo mucha mano izquierda que me han dado los años, he conseguido sacarle unas interpretaciones yo creo que extraordinarias. Me he dado cuenta de que él ha rodado siempre así. Como todos los grandes animales de cine cuando oye el motor de la cámara, se coloca en posición, dice todo de puta madre, y cuando dices “corten” se derrumba. Te das cuenta que ha pasado más parte de su vida en platós que no teniendo una vida normal.

-¿A Iggy Pop lo pillaste de la misma manera para Atolladero?

-Sí, es el mismo rollo de que todo es posible en una película y que no todo es dinero. Muchas veces es la pasión de un ser humano que convence a otro, eso es el cine al final. Iba por las Ramblas paseando y pensé: “¿quién puede ser el malo?”. Vi la portada de un disco suyo y me dije: “Pues vamos a llamar a éste mismo…”.

 

 

Óscar Aibar, guardabosques de Venusville

 

EL BOSC (EL BOSQUE). Estreno en Venusville: 14/12/2012

 

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