ASESINOS INOCENTES crítica: El aprobado tenía un precio

La oferta de Asesinos inocentes, aprobar y asesinar al profe por el mismo precio

■ RAY ZETA

En mis tiempos de estudiante universitario, los aprobados de las asignaturas más difíciles se vendían muy caros. La opción más fiable para aprobarlas consistía en hincar codos y dejarse las pestañas estudiando, aunque no faltaban los rumores acerca de que más de uno había aprobado hincando otra cosa. Ya saben, esas historias sobre un profesor o profesora ofreciéndole la oportunidad al alumno o la alumna de llegar al cinco a cambio de una visita fortuita al despacho al punto de la hora del cierre... Lo que explicaría por qué tanto Monica Lewinsky como el Pequeño Nicolás sacaran sus respectivas carreras con matrícula de honor.

Aunque jamás había oído que para aprobar una asignatura, un alumno deba asesinar a su profesor, y menos aún que sea el mismo profesor quien lo exija. Esa es la premisa de Asesinos inocentes, un thriller de suspense con toques de comedia negra que en más de una ocasión pone a prueba la credibilidad del espectador, y que lo primero que nos enseña es que con amigos como los que salen en la peli, ya no hace falta tener enemigos. Porque uno podría aceptar o no el encargo del profesor, ¿pero compartirlo con los colegas, que éstos acepten, y luego la líen parda hasta joderla? Más bien parece que estemos ante una novatada de Porky’s en vez de ante un asesinato...

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Aprendemos también que los secretos macabros compartidos por un grupo de jóvenes amigos, referente del género fantástico visto tanto en el cine americano (Sé lo que hicisteis el último verano) como en el español (Fin) nunca se respetan, y que matar a un hombre sin un arma, sea de fuego o blanca, es más difícil de lo que parece, como bien nos mostraron Alfred Hitchcock en Cortina rasgada y Charles Crichton en Un pez llamado Wanda, aunque se trate de una ancianita como en el segundo caso. Y hasta aquí puedo leer, como decía Mayra Gómez Kemp en el “Un, dos, tres”, que luego me acusan de espoileador.

"Asesinos inocentes es un thriller de suspense con toques de comedia negra que en más de una ocasión pone a prueba la credibilidad del espectador"

Asesinos inocentes es así un thriller que parte de una premisa atractiva pero que va perdiendo fuelle y credibilidad a medida que avanza su metraje por lo disparatado de sus acciones (las decisiones que toman los personajes) y la poca justificación de éstas (¿alguien se traga por ejemplo la trama criminal del taller de coches?). Y eso que los dos actores protagonistas, Maxi Iglesias como el alumno aprendiz de asesino y Miguel Ángel Solá como el profesor asesinable, ponen todo su empeño en hacer creíbles sus interpretaciones, a diferencia del resto de personajes, especialmente los amigos, que parecen salidos de descartes de Fuga de cerebros.

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Y es que otro punto en contra de Asesinos inocentes es el haberse nutrido de un joven reparto eminentemente televisivo: Maxi Iglesias (Los protegidos, Física o química, Velvet), Luis Fernández (Los protegidos, Fenómenos, Los nuestros), Javier Hernández (Física o química, El barco, Amar es para siempre), Aura Garrido (Física o química, Crematorio, Ángel o demonio)... lo que por la interpretación de los actores y el estilo de dirección de las secuencias en las que salen, provoca la sensación de estar viendo un episodio de cualquiera de las series citadas, especialmente un especial de Física o química titulado "Cinco años después".

Lástima, porque tras los quince-veinte años transcurridos de títulos insignes del cine fantástico español como Tesis o Los sin nombre, liderando toda una generación de directores bellos como Alejandro Amenábar, Jaume Balagueró o Paco Plaza, ya va tocando que llegue la siguiente generación empujando, y parece que aún se hace esperar. Ni Asesinos inocentes, ni Sweet Home, ni El cuerpo, por citar tres ejemplos de la última generación, son óperas primas a la altura de los títulos citados de Amenábar, Balagueró y Plaza, así que deberemos seguir esperando. A saber cómo estos nuevos directores obtuvieron el aprobado en la escuela de cine.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: fans de la serie Física o química. Esto es lo más parecido a una continuación que van a encontrar.

No recomendada por Kuato a: todos aquellos que durante la carrera tenían un profe por el que sentían especial manía y les hubiera encantado tener la proposición de la película.

Ego-Tour de luxe por: Miguel Ángel Solá y Maxi Iglesias, firmes candidatos a interpretar el remake español de La soga, retomando los papels de James Stewart y Farley Granger.

Atmósfera turbínea por: el personaje de Vicente Romero como gangster local. Que me digan dónde está su taller que le pido que me construya un Ferrari por piezas.

■ ASESINOS INOCENTES. Estreno en Venusville: 03/07/2015