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ASESINOS PROFESIONALES artículo: La muerte tenía un precio

Repaso a diez de los asesinos profesionales más anunciados en las páginas del Killer Google

Dr. BISHOP

¿Qué tienen en común un asesinato, un rollo de papel de culo y una noche de pasión con una prostituta somalí de 120 kilos? Pues que las tres cosas tienen un precio, aunque en el asesinato la tarifa a pagar es casi prohibitiva para el común de los mortales. Admiren los siguientes mercenarios que mentamos a continuación, diez de los mejores en su trabajo.

 

 

1. VINCENT, LA CLASE (Collateral)

 

 

Elegante, culto, cáustico, atractivo, educado, carismático, contenido... pero totalmente antisocial para algunos puretas, Vincent resume la ideología del buen sicario con una lógica aplastante: ¿qué importa un ser humano de más o de menos cuando hay 6.000 millones de personas en el planeta?

Lástima que en una noche, esta máquina de matar se extralimite y ejecute a la mitad de la población criminal de Los Angeles... Con su educación habitual, Vincent ruega a quien haya podido molestar que se limpie la cara manchada de sangre y no se altere, después de todo en Ruanda murieron más personas y nadie montó ningún pollo. Ni el mismísimo Kant discutiría las lúcidas e irrefutables argumentaciones de Vincent, más que nada por no cabrearle…

Puntos fuertes: rayar a taxistas sobre el sentido de la vida, y disparos precisos a cabeza y esternón (a diferencia de otros se le acaban las balas y cambia el cargador, un detalle).

 

 

2. JASON BOURNE, EL DON PERFECTO (El caso Bourne)

 

 

Ágil, cultivado, seductor, con nervios de acero, extremadamente inteligente, políglota, magnífico conductor, buen escapista y trepador... Uno de esos killers tan perfectos que llegan a dar asco por salirles todo tan bien.

Su presunta amnesia es más que sospechosa: habla idiomas que creía desconocer y pelea con artes marciales que no recuerda haber aprendido. Ahora bien, el muy listo no recuerda a todos los inocentes que ha asesinado y duerme como un tronco. Eso no es amnesia... ¡es memoria selectiva!

Puntos fuertes: tantos que llegan a aburrir. Su único punto débil podría ser su cara de repartidor de pizzas. Aún así, el muy mamón nos va de víctima consiguiendo ligar entre disparo y disparo

 

 

3. MIGUELITO BAIN, LA FURIA; ROBERT RATH, LA CALMA TOTAL (Asesinos)

 

 

Histérico, impulsivo, excesivo... Miguelito Bain es un desastre mental que quiere convertirse en el nº 1 aunque deba comerse un autobús y recibir balazos a mansalva. Uno de los peores francotiradores visto nunca en la pantalla por su flagrante falta de paciencia y profesionalidad: se empieza a cagar en todo porque su víctima no sale a la calle... ¡y acaba entrando en el edificio para decirle que salga de una puta vez, que él le esperará desde un balcón con un rifle de precisión!

Absurdo en sus acciones y especialmente en su verborrea, de sus atolondrados parloteos sólo puede salvarse una frase con sentido común: “Cuidado con las armas, que las carga el diablo”. Lamentablemente, Miguelito no toma nota de su propio consejo y va provocando bajas colaterales por doquier.

Puntos fuertes: disparar y luego preguntar, y ser prácticamente invulnerable gracias a unos guionistas desquiciados que posteriormente explotarían sus locuras en la funesta saga de Matrix.

En cambio Robert Rath es de gesto imperturbable y algo confuso, sereno, de pocas palabras (y generalmente monosilábicas) e inmutable ante cualquier estímulo, sea físico o sexual, sobre todo sexual. Con fama de ser el nº 1 pero con menos cintura que Ramón Sanpedro bailando salsa, Rath desea retirarse de su oficio para siempre. Él es la víctima a la que Miguelito Bain avisa que disparará desde un balcón: tras saberlo, saldrá a la calle para convertirse en un blanco perfecto y ser ejecutado (!?). Deduzcan con ello el nivel de inteligencia de este entrañable sicario.

Puntos fuertes: hablar menos que Conan el bárbaro, y no poder eliminar a uno de sus objetivos, Julianne Moore, porque la mirada de ésta se la pone morcillona. Patético.

 

 

4. LA NOVIA, EL FRAUDE (Kill Bill)

 

 

Experta en artes marciales y con una amplia gama de llaves letales gracias a sus maestros, Bill y Pai Mei. Rompe una de las reglas sagradas del buen asesino a sueldo, la de matar gratis, sin embargo tiene una buena razón para ello: vengar la muerte del palurdo de su marido y familia.

En el segundo nivel del videojuego, la pantalla de Japón, descuartiza a un porrón de inútiles enmascarados en un noche inspirada, pero un segurata de bar de carretera se la carga en un asalto y sin levantarse de la silla. Ya huele, chata.

Puntos fuertes: crear sifones de sangre con su katana, y trepar por paredes sin que se vean los cables (aunque por mucho que los borren digitalmente se sigan notando).

 

 

5. CHACAL, EL SERIO... y CHACAL DE CACHONDEO (Chacal; The Jackal: Chacal)

 

 

1973. Un gentleman al servicio del mejor postor, paciente y de amplios recursos, gran francotirador y peor persona. Su objetivo es su prioridad absoluta, aunque deba hacer el ridículo disfrazándose de vieja tullida para colocarse en buena posición de disparo.

Años después, en 1997, un fiel seguidor americano quiso emularlo como supremo ejecutor y maestro del disfraz, pero las barbas postizas y los gestos amanerados no podían ocultar ni de coña la faz de su imitador, Bruce Willis. Eso sí, en su camioneta disponía de una metralleta de disco teledirigida y cojonuda que servía para ametrallar a un cómico infumable, Jack Black.

Puntos fuertes de ambos: evitar que les atrapen las fuerzas de seguridad durante toda su misión... para cagarla justo al final.

 

 

6. LEÓN, EL PROFESIONAL (El profesional)

 

 

Tremendamente expeditivo como asesino pero con un corazón enorme. Feo como pocos, en el fondo es un tipo romántico y algo lerdo, y es que su idea de diversión es ver a una niña cambiándose de disfraces mientras él se llena el vaso de leche.

Y si a alguien le suena mal su hobby y acusa a León de pederasta (además de mongolo, por supuesto), que sepa que tiene cita con la morgue.

Puntos fuertes: aguantar cargas policiales masivas en pisos cutres y acabar saliendo por la puerta grande, aunque le espere en la retaguardia el malo de la película (Gary Oldman, cómo no).

 

 

7. TIBURÓN, EL MONSTRUO (La espía que me amó; Moonraker)

 

 

De gran parecido a Roberto Dueñas pero en guapo, este gigante con cerebro de niño debe su alias a su poderosa mordedura, con unos dientes metálicos cuya presa preferida es Bond, James Bond.

Al igual que Robert Rath, sus virtudes como mercenario se van al garete cuando conoce a su media naranja, en este caso una niña con coletas y gafas como lupas, creando una pareja de novios dolorosamente inolvidable. La extraña pareja se acaba aliando con su archienemigo James Bond (encarnado aquí por Roger Moore) para salvar el mundo del villano de turno. Un trío tremendo.

Puntos fuertes: fuerza descomunal, y no ir al dentista sino al carpintero metálico.

 

 

8. NIKITAS, LAS AMBIGUAS (Nikiya; La asesina)

 

 

Una francesa y otra americana, ambas son criminales reformadas a hostias para convertirse en las asesinas perfectas. Clases de glamour, de manejo de armas... todo sirve para que su trabajo sea impecable. Ambas tienen también su corazoncito, lo que las llevará a renegar de su organización y liarla tanto como puedan. Dios nos coja confesados.

Puntos fuertes de ambas: montar tiroteos innecesarios en cocinas; y unas tremendas ganas de ser ejecutados por ellas antes que morir agonizantes en un hospital por un ataque de diarrea imparable.

 

 

9. HARLEN MAGUIRE, EL PERSEVERANTE (Camino a la perdición)

 

 

Feo, con pinta de viciosillo, poco higiénico y con la malsana adicción de fotografiar cadáveres. Infatigable en la persecución de su objetivo, comete el error de irse a hablar con éste perdiendo la ocasión de matarlo. Sin embargo, su astucia y perseverancia le permitirán tener nuevas oportunidades de cumplir su misión en su particular camino a la perdición.

Puntos fuertes: montar grandes saraos con su escopeta, y evitar las duchas a toda costa como buen seguidor de la moda dirty.

 

 

10. CHARLY BALTIMORE, LA MAMAÍTA (Memoria letal)

 

 

Un ama de casa que empieza su jornada en su cocinita cortando zanahorias a la velocidad del rayo... ¡y la acaba colgada de un puente en llamas y armada hasta los dientes!

Atractiva ejecutora con las típicas virtudes exigibles en su trabajo: artes marciales, excelente dominio en todo tipo de armas... y amnésica como Jason Bourne. Ambos asesinos deberían ir a una sesión de hipnosis para que les removieran un rato el cerebro.

Puntos fuertes: hacernos pensar que la guapa vecinita del quinto podría ser una mercenaria  lobotomizada y programada para seducirnos en un complot gubernamental que quiere destruirnos, ya que nosotros también somos agentes encubiertos y lobotomizados a la espera de ser activados para salvar el planeta de dicho complot.

Si no recuerdan alguna noche en sus vidas no es debido a sus devaneos etílicos, borrachos ignorantes, sino a activaciones temporales de su chip cerebral para poder penetrar sigilosamente en una discoteca (en realidad una tapadera del gobierno), localizar a sus objetivos y... pues eso, acabar pasando de la misión por una inoportuna borrachera de quilo.

Por imaginación que no quede, tú.

 

ASESINOS PROFESIONALES

 

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