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I AM NOT A SERIAL KILLER crítica: Escuela de psychos

Aprenda a controlar su psicopatía en diez lecciones viendo I Am Not a Serial Killer

RAY ZETA

Hay películas que provocan una soberana pereza verlas. Como esas que antaño reposaban cubiertas de polvo en la estantería de nuestro videoclub habitual, pero que nunca alquilábamos porque siempre teníamos opciones prioritarias. “Otro día la pillo”, nos decíamos mientras pasábamos de largo… Trasladado a los tiempos de ahora, el símil sería decir que ya la veremos cuando salga editada… Aunque no salga nunca, pues lo triste de estas películas es que como no hay ninguna prisa por verlas, al final nos la acaba trayendo al pairo si se editan o no, y ese es el caso de I Am Not a Serial Killer, de Billy O’Brien, que vuelve a intentarlo tras las fallidas Experimento mortal (2005) y Scintilla (2014).

Y es que sólo viendo el tráiler a uno ya le entran ganas de bostezar al comprobar que se trata de una peli indie tranquilita que ocurre en su totalidad en una aburrida ciudaducha del medio oeste americano (como Fargo o Cut Bank), de ínfimo presupuesto y personajes desangelados, por mucho que vaya de psychos y de serial killers, y por mucho que sea Christopher Lloyd uno de sus protagonistas, que no nos engañemos, por mucho que le tengamos en los altares de Venusville por haber sido Doc en Regreso al futuro y Fétido en La familia Addams, a sus casi 80 años, el hombre sobrevive a base de trabajos televisivos alimenticios y algún papelín testimonial en películas comerciales como la reciente Un golpe con estilo.

 

I Am Not a Serial Killer: terror

"Si quieres viajar en el tiempo conmigo, deberás a aprender a decir 'qué fuerte'"

 

Y eso que la premisa de I Am Not a Serial Killer es más que interesante, con un adolescente con tendencias psicopáticas que lucha contra ellas con la ayuda de su psicoanalista para mantenerse normal. Sólo este argumento ya podría haber dado una peli de psychos cojonuda al ser su protagonista un Michael Myers en potencia que lucha contra su naturaleza, pero dicha premisa no es más que el punto de partida, y desafortunadamente esta trama se combina con la aparición en el pueblo de un asesino en serie que encadena extraños asesinatos, amenazando la estabilidad del joven debido a la fascinación que siente por ellos, y más aún cuando descubre la identidad del asesino y se dedica a espiarlo.

“El final de I Am Not a Serial Killer es como si al final de Batman Begins se revelara que Batman es en realidad el teletubbie Tinky Winky disfrazado de monja”

A partir de ahí la peli se convierte en una mala copia de Verano de corrupción, pero pareciéndose a ésta como un huevo a una castaña por no poseer nada de la garra de la película de Bryan Singer, pese a ser una obra menor en su filmografía. Porque ni el personaje del asesino en serie es creíble (el tipo asesina pese a sus limitaciones físicas con la misma facilidad que compra una barra de pan), ni lo es su relación con el joven, y porque ni el ritmo de la película ayuda a ello, siendo como he mencionado extremadamente pausado. ¿Recuerdan ustedes Mr.Brooks? ¿Con Kevin Costner ejerciendo también de serial killer de manera poco creíble? Pues I Am Not a Serial Killer también tiene más de un punto en común con ella, aunque sólo sea de refilón.

 

I Am Not a Serial Killer: terror

"Y no te olvides tampoco de aprender a montar en monopatín"

 

A excepción del final, claro, pues en sus últimos cinco minutos, I Am Not a Serial Killer introduce un giro argumental sorpresa a modo de justificación de las motivaciones del asesino, tan patillero, forzado y mal explicado, que lo único que consigue es que nos levantemos a aplaudir y a hacer la ola, pero por las razones contrarias a las que busca su director y guionista. Si hubiera introducido dicho giro a media película y lo hubiera desarrollado, I Am Not a Serial Killer se hubiera beneficiado al menos en cuanto a originalidad, pero puesto tal como está, es como si al final de Batman Begins se revelara que Batman es en realidad el teletubbie Tinky Winky disfrazado de monja.

Porque un giro argumental tan potente como una bomba de relojería, merece un tratamiento especial o se corre el riesgo de que la bomba te explote en los morros, como aquí ocurre. Nueva muestra de las carencias de Billy O'Brien como creador de terror, pues, que si en Experimento mortal y en Scintilla aún le perdonamos por lo disparatado de sus propuestas (en el primero cruzaba Alien con una vaca, y en el segundo mercenarios con experimentos bio-tecnológicos), en este I Am Not a Serial Killer se diría que ha querido cruzar Verano de corrupción con ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, ya que no es casualidad que en la peli del conejo animado, el juez Doom esté interpretado por Christopher Lloyd y esconda el secreto que esconde.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: Michael Myers en potencia que no sepan socializar en las fiestas del instituto.

No recomendada por Kuato a: quien con el Michael Myers real ya tiene suficiciente.

Ego-Tour de luxe por: pese a estar ya mayorcete, ver a Christopher Lloyd protagonizar una película. Sólo le ha faltado exclamar “Great Scott!” alguna vez.

Atmósfera turbínea por: colar una explicación final tan patillera como cuando se inventaron que los inmortales de los ídem, en realidad no eran inmortales sino habitantes del planeta Zeist desterrados en la Tierra.

 

I AM NOT A SERIAL KILLER. “I Am Not a Serial Killer” (2016). Dirección: Billy O’Brien. Guión: Billy O’Brien y Christopher Hyde. Reparto: Max Records, Laura Fraser, Christopher Lloyd, Christina Baldwin, Karl Geary y Dee Noah. Estreno en Venusville: 16/06/2017.

 

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