LA IGNORANCIA DE LA SANGRE crítica

La ignorancia de la sangre adapta al literario inspector Falcón en un cine negro clarucho

■ RAY ZETA

Mi primer contacto con el detective Javier Falcón creado por el novelista Robert Wilson fue a partir de la serie televisiva Falcón de cuatro capítulos, emitida por Canal Plus hace un par de años. Marton Csokas interpretaba al inspector Falcón basándose en las dos primeras de las cuatro novelas escritas sobre el personaje: “El ciego de Sevilla” y “Condenados al silencio”, en una atípica Sevilla con tan poca luz y sombras tan oscuras como los asesinatos que tenían lugar en ella. Ahora llega La ignorancia de la sangre, basada en la cuarta novela del mismo título, así que en cierta manera podría decirse que continúa la serie (habrá que convencer a alguien para que adapte la tercera novela, “Los asesinos ocultos”)

Inspector Javier Falcón, jefe del grupo de homicidios de la policía de Sevilla. Un poli investigador brillante pero ambiguo que siempre vive con un pie en la ley y otro en una piel de plátano, debido a las relaciones que entabla con los criminales a los que persigue. Un tipo duro pero vulnerable por un pasado que le atormenta, separado, con una novia llamada Consuelo, y un antihéroe que nos remite a los más puros personajes del cine negro clásico. Una especie de Pepe Carvalho en versión poli y más guapo, que ahora nos llega interpretado por Juan Diego Botto y Paz Vega (por lo que salimos ganando), y dirigido por Manuel Gómez Pereira (por lo que salimos perdiendo, y mucho).

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Porque será por el alto número de elementos de peso que se barajan en la trama (mafiosos rusos y yihadistas fanáticos los más importantes), por el alto grado de ambición de la propuesta, resuelta con tan poco presupuesto (la peli luce como si hubiera costado lo mismo que la charanga de una fiesta mayor de pueblo), o que el director Gómez Pereira aún tiene en la cabeza marcado a hierro el género de la comedia pese a haberse estrenado en el thriller ya con Entre las piernas y El juego del ahorcado, pero lo cierto es que La ignorancia de la sangre es un batiburrillo sin pies ni cabeza que no consigue mantener el interés del espectador en ningún momento.

"La ignorancia de la sangre es un batiburrillo sin pies ni cabeza que no consigue mantener el interés del espectador en ningún momento"

Y eso que Juan Diego Botto y Paz Vega están que se salen en sus respectivos papeles: él, como un Javier Falcón más tranquilo y pausado de lo que cabía suponer; ella, como una Consuelo madre coraje tan sufridora como los sufridores en casa del “Un, dos, tres”. Alberto San Juan por el contrario está ridículo. Interpreta a un árabe que habla en árabe… sin tener ni puta idea de árabe, no les digo más. Recita sus diálogos de memoria aprendidos fonéticamente, lo que canta a la legua. Como cuando Santiago Segura se aprendió el Gangnam Style para imitarlo en “Tu cara me suena”, y su profesora de coreano confesó al final de la actuación que no había entendido absolutamente nada de lo que había cantado.

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Al lado de los personajes principales, mafiosos rusos de tebeo de lo más chungo en puticlubs con showgirls como el Bada Bing de los Soprano (aunque con una sola streaper siempre, recuerden que hay poco presupuesto), islamistas de la Yihad de tebeo muy fanáticos, agentes del CNI y femmes fatales cubanas (sí, cubanas) que entran y salen sin gracia ni desgracia, y sin ton ni son, hasta coincidir en un guión que por arte de birlibirloque los relaciona, y desembocar en un clímax en Marruecos, diríase que con un ojo puesto en Homeland, en la que el inspector Falcón parece estar jugando a un juego de rol en vivo de espías en el que interpreta a un agente secreto con licencia doble cero (no digan que la carta que recibe de Alberto San Juan no parecen las instrucciones del juego).

Propuesta absolutamente fallida pues, y miren que nos gusta el cine negro clásico, especialmente el español. Desde las series televisivas del antes citado Pepe Carvalho con Constantino Romero o Juanjo Puigcorbé, hasta las pelis de El crack con Alfredo Landa, y no digamos ya No habrá paz para malvados… Por eso teníamos tantas ganas de ver esta adaptación del inspector Falcón y por eso nos hemos llevado una desilusión que ni con la calabaza Ruperta del “Un, dos, tres”. Lástima. Lo único que podría hacerse ahora para enmendar tan estrepitoso desastre es convencer a Juan Diego Botto y Paz Vega para que interpreten sus personajes de Falcón y Consuelo en nuevos episodios de la serie antes citada Falcón, y convencer a Manuel Gómez Pereira para que regrese a la comedia.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

Recomendada por Kuato a: fans de Juan Diego Botto y Paz Vega. A la peli no hay quien la salve, pero al menos ellos salen con el guapo subido.

No recomendada por Kuato a: amantes del cine negro. Esto también es muy negro, pero no del negro que piensan…

Ego-Tour de luxe por: que al menos no se achican mostrando guarrerías españolas en fotos, vídeos, y hasta esculturas con todo lujo de detalles. Todo como pruebas policiales, no sean malpensados.

Atmósfera turbínea por: que la escultora cubana que va de femme fatale no tenga más minutos en pantalla. Un personaje secundario bueno que tenemos y nos lo marginan.

■ LA IGNORANCIA DE LA SANGRE. Estreno en Venusville: 21/11/2014