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OBJETIVO: LONDRES crítica: Leónidas, el killer de Londres

Tras la Casa Blanca, el nuevo objetivo es Londres a no ser que Gerard Butler pueda evitarlo

ROBERT THORNHILL

Estaba cantado que después del clamoroso éxito en taquilla de Objetivo: La Casa Blanca, no tardaríamos mucho en volver a ver a Gerard Butler poniéndose otra vez el mono de guardaespaldas del presi de los USA dando leña a "quienquieraquesea" que intente turbar la paz de la humanidad. Y como tantas y tantas veces ha ocurrido en la historia del cine, Objetivo: Londres es una segunda parte innecesaria y repetitiva, con una ausencia de originalidad aplastante, en la que los guionistas tampoco se han exprimido mucho los sesos, ya que habrán pensado que al fin y al cabo los que irán a verla con sus gominolas y sus palomitas lo que quieren son tiros, explosiones, malos que amenacen destruir el mundo, y un final feliz para congratularse con la vida.

Así, con mucha fe y tapándonos la nariz para no ahogarnos en las absurdeces argumentales de un inconsistente guion, nos ponemos a ver esta secuela de aquel sorprendente divertimento que supuso Olimpus Has Fallen del gran Antoine Fuqua, que nos retrotrajo a los gloriosos momentos del cine de acción de los 80’s y los 90’s con un Gerard Butler que intentaba ponerse a la altura de Bruce Willis, Stallone y demás héroes que están clavados en nuestra memoria nostálgica. Resumiendo y en pocas palabras, si se ha visto la primera, esta segunda parte se la puede uno ahorrar tranquilamente a no ser que se tenga una de esas tardes donde apetece ponerse delante de una pantalla a no-pensar: como ya sucedió con las secuelas de Speed, Instinto básico, Tiburón y tantas otras, con el tiempo nadie recordará esta segunda y se recordará Objetivo: La Casa Blanca como la “buena”.

 

Objetivo: Londres: cine de acción

"Si Clint Eastwood conseguía salvar al presidente en En la línea de fuego, yo no voy a ser menos"

 

A la hora de buscar “culpables” de no conseguir dejar de ser una simple copia de la anterior, hay que empezar mirando hacia arriba y ver el currículum de un semidesconocido y novatillo director sueco-iraní con el antiéstetico nombre de Babak Najafi, cuyo mayor mérito es haber dirigido otra humilde secuela sueca como Easy Money II: Duro de matar, que suponemos habrá sido elegido para este insigne cargo por la productora de Gerard Butler por prestarse servilmente a los pies de su mandamás espartano e intentar crear una franquicia alrededor de un Butler que intenta crear su propia Mision imposible o Jungla de cristal, con el guardaespaldas Mike Banning como protagonista absoluto y héroe redentor que ama a la patria y a su bandera casi más que Donald Trump o Michael Bay.

"Objetivo: Londres es una segunda parte innecesaria y repetitiva con una ausencia de originalidad aplastante en la que los guionistas no se han exprimido mucho los sesos"

A este director de paja hay que unirle unos guionistas con escasas luces que vete a saber por qué nos van llenando de texto la pantalla abusivamente con los nombres y categorías de los personajes, así como los lugares y tiempos de la acción, como si de un JFK o Homeland se tratara, cuando en el fondo la trama la sustentan tres personajes… y Morgan Freeman de insigne florero que de tanto en tanto suelta un lacónico discurso para la galería. De un tecnificado y moderno grupo terrorista coreano hemos pasado a una legión de mercenarios comandados por un traficante de armas con el nombre resultón de Aamir Barkawi, que quiere acabar con todo lo que se menee después de que los yanquis hayan matado a su hija el día de su boda, dejando a Londres desierto de gente como si estuviéramos en 28 días después, destrozando el Chelsea bridge y tomando el Buckingham Palace con el objetivo de sacrificar al presi del país del Whopper emitiéndolo vía online.

 

Objetivo: Londres: cine de acción

"Así me saco la espina de no interpretar el remake de 1997: Rescate en Nueva York"

 

Después de estos preámbulos con alguna escena digna de recordar (como ver a la aristócrata Guardia Real Británica ametrallando a diestro y siniestro, o esa minimalista caracterización como buen latino del primer ministro italiano echándole los tejos a una señorita de muy buen ver en las orillas del Támesis), llegamos al sprint final de la obra con un subidito y varonil Gerard Butler protegiendo al todopoderoso presi de los states como Richard Gere protegía a Kim Basinger en Atrapado sin salida, o William Baldwin a Cindy Crawford en Caza legal, resultando por momentos una especie de buddy movie entre dos coleguillas en apuros que se van explicando sus intimidades. Es en esta segunda parte de la peli donde el alma espartana de Leónidas se destapa y un Butler trajeado y desbocado a caballo entre Jungla de cristal y Rambo, con una verborrea digna de John McClane con frases como “pueden asesinarme o pueden venir conmigo” o “estoy hecho de nada más que bourbon y malas decisiones”, se muestra como una máquina de matar que se permite el lujo de sermonear inmisericordemente al villano mientras le está soltando hostias sin parar.

Pese a todos sus agujeros argumentales que hacen menos creíble ésta segunda parte que la anterior (¡sic!) y que sea la típica película de mirar y olvidar, no deja de ser un entretenimiento para todo aquel que no quiera comerse mucho la mollera en el cine y se conforme con echarse unas risas con sus amigos. Para finalizar, decir una cosa buena y otra mala: la buena es que la peli dura apenas 90 minutos… la mala es ese final amenazador que invita a una tercera parte. ¿Dónde sería? ¿El Vaticano quizás? ¿O mejor el Kremlin? Por el bien de la salud de los espectadores espero que nunca lo sepamos.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: todos los que aun están dándole vueltas a los sueños de la película Origen para comprender el final, o los que tengan a Michael Bay como su director de cabecera

No recomendada por Kuato a: quien le pareció absurda Objetivo: La Casa Blanca o no se creían a Harrison Ford luchando contra unos rusos en Air Force One.

Ego-Tour de luxe por: esa (esperemos) jocosa estereotipación de los países, con un líder italiano seduciendo a una ragazza y uno francés que se da una vuelta en barco por el Tamésis antes de un entierro. Si sale el español lo ponen a comer tapitas

Atmósfera turbínea por: un Aaron Eckhart que sigue sin dar la talla como presidente de los USA. Es un blandengue.

 

OBJETIVO: LONDRES. Estreno en Venusville: 08/04/2016

 

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