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PARANORMAL ACTIVITY 4 crítica: Para-normal y corriente

La actividad más paranormal es que sigan haciendo entregas de Paranormal Activity

CHEMA PAMUNDI

Escribir una crítica sobre Paranormal Activity 4 me parecía a priori un ejercicio de futilidad, así que pensé en convertir el proceso en una especie de experimento lúdico para darle algo de gracia (un poco como echarle zumo de naranja a una medicina que sabe a rayos): antes de entrar en la sala solo había visto la Paranormal Activity original (en su día no me impresionó mucho, así que decidí saltarme la 2 y la 3), de modo que no tenía demasiadas ideas preconcebidas sobre esta cuarta parte y podía intentar verla como si fuera una película de terror autocontenida, a ver si se sostenía por sí misma. Por otro lado, una vez ya vista y de cara a redactar este escrito, me he cascado del tirón las dos entregas que me faltaba ver (qué remedio…), a fin de intentar ser ecuánime y juzgar Paranormal Activity 4 en el contexto del resto de la serie. ¿Conclusión? Que no sé para qué coño me he tomado tantas molestias, porque la mires como la mires (por sí sola, como parte de la saga, del derecho o del revés), cinematográficamente hablando Paranormal Activity 4 es un mierdón como la copa de un pino. Ahora bien, los fans de las otras tres se lo volverán a pasar de narices. Y ambas cosas son, además, compatibles. Pestiño, pero pestiño entretenido.

A ver, recapitulemos. Paranormal Activity contaba la historia de una joven pareja a la que se les metía una especie de espectro raro en casa. El bicho se centraba sobre todo en marear a la chica, y avanzada la película descubríamos que no era un fantasma sino un demonio, cuyo comportamiento estaba relacionado de algún modo con la infancia de la protagonista. Tampoco se nos explicaba mucho más. Paranormal Activity 2 seguía la trama trasladando la acción a casa de la hermana de la prota, y allí el demonio de turno centraba su atención en Hunter, el bebé de la casa. Nos enterábamos de que efectivamente, el marrón era una especie de maldición familiar que había empezado cuando ambas hermanas eran crías, y se ligaban cabos con los sucesos de la primera película. Sin embargo, los mayores interrogantes se mantenían abiertos (principalmente: cuál era el motivo de todo aquello). Paranormal Activity 3 era una precuela ambientada en el año 1988, que explicaba qué les había pasado a las dos hermanas durante su niñez. Por primera vez en toda la saga se ofrecían respuestas y cierta sensación de epílogo (con un interesante giro de guión). Ahora, Paranormal Activity 4vuelve al presente y reabre el grifo justo donde lo cerraba la segunda parte, contándonos la historia de otra familia distinta (de hecho, los mismos productores han dicho que la película debe entenderse como un prólogo para lo que vendrá en Paranormal Activity 5, que ya está en pre-producción). Es una vía nueva que se puede seguir explotando hasta la náusea, acumulando secuelas con la única diferencia del cambio de número al final del título. La pregunta es, ¿merece la pena?

 

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"Si Scarlett Johansson se forra por enseñar el culo en el baño, yo no voy a ser menos"

 

Pues desde un enfoque de puro márqueting, ya lo creo que sí. “Paranormal Activity” se ha convertido en un sabor adquirido: los creadores de la franquicia saben a la perfección lo que quiere su público, y se lo ofrecen sin titubeos (desde el 2007, van casi a película por año). Con el correr de las secuelas esto se ha ido convirtiendo en un asunto solo para fieles, pero esos fieles han demostrado ser muchísimos, pues cada nueva entrega ha superado el taquillaje de la anterior, estableciendo récords inverosímiles dentro del género de terror.

"Vía nueva que se puede seguir explotando hasta la náusea, acumulando secuelas con la única diferencia del cambio de número al final del título"

Paranormal Activity 4 sigue el patrón habitual de las tres anteriores sin apenas desviarse: cámaras caseras que captan toda suerte de momentos cotidianos (y bastante inanes), más escenas de gente durmiendo que en el canal 24 horas de Gran Hermano, y una sucesión de sobresaltos de efectividad creciente, empezando por los “sustos falsos” (aquí sale un gato que da bastante juego), para ir pasando progresivamente a los “sustos verdaderos” estilo poltergeist (puertas que se cierran de golpe, objetos que se caen, cuchillos que se clavan solos al techo…), y acabar en un festival de agresiones ectoplásmicas contra los diversos miembros de la familia. La cosa la completan algunas soluciones visuales creativas (en este caso es el sistema Kinect de la X-Box instalada en el salón de la casa, que baña toda la habitación con puntos de luz infrarroja y nos deja ver al aparecido de turno, conviviendo tan pancho con la familia sin que ésta se entere), los homenajes cinéfilos de rigor (ahora toca el “niño corriendo en triciclo”, en plan El resplandor), y un clímax que sigue abundando en lo apuntado al final de Paranormal Activity 3. Como en las anteriores, los protagonistas no saben cuándo es momento de mandar la cámara a tomar por culo, salir de la casa y largarse cagando melodías a dormir a un hotel. Por supuesto lo pagan caro, por idiotas.

 

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"Nada de una teta, esta vez quiero que me enseñes el fantasma que tienes en casa"

 

Comparada con el resto de la serie, Paranormal Activity 4 supone una pérdida de fuelle considerable, tras una tercera entrega que elevaba un tanto el nivel general (al menos tenía un buen trabajo de puesta en escena y un par de ideas frescas). Realmente, parece que ahora sí que ya no queda nada que contar sobre el tema, ya hemos visto todas las variantes imaginables de ruiditos nocturnos, muebles volando, utensilios de cocina yéndose al suelo con estrépito, y tipas gritando mientras una fuerza invisible las arrastra fuera de la cama. Se nota a los guionistas bastante secos, y los sustos (o más bien las anticipaciones de los sustos) han perdido su capacidad de sorpresa para convertirse en un hábito. No es que la película original fuese gran cosa, pero hay que reconocer que su fórmula revestía cierta novedad, que su márqueting viral fue hábil y que se estrenó en el momento justo.

Ahora, uno se mira la secuela de turno con el mismo espíritu que quien se sube varias veces seguidas a una misma montaña rusa: ya no te sorprende, pero quieres rememorar la sensación de la primera vez. Por eso no cabe analizar Paranormal Activity 4 desde un punto de vista cinematográfico, pues esto ya no es una franquicia de películas sino una atracción de parque temático. Los fans irán a verla para asustarse durante hora y media. Y se asustarán. Y luego volverán para casa tan contentos. Y a la mañana siguiente se habrán olvidado de ella. Y ya está. No hay más reflexión posible. El que pague la entrada, que luego no diga que le han engañado.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien disfrute subiendo al tren de la bruja para dejar que le peguen con la escoba. O sea, fans que sepan lo que se van a encontrar.

No recomendada por Kuato a: quien ya no se crea el formato found footage o quiera ver una película de terror con cara y ojos (y un guión), que siga buscando.

Ego-Tour de luxe por: que pese a todo la serie no haya caído en el recurso fácil de la casquería gore. En cuatro películas aún no hemos visto una gota de sangre, y los fans siguen cagándose por la pata abajo. Tiene mérito.

Atmósfera turbínea por: la escena post-créditos finales, en la que aparece un personaje diciendo “Esto no es más que el principio”. Pues estamos apañados.

 

PARANORMAL ACTIVITY 4. Estreno en Venusville: 19/10/2012

 

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