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SITGES 2018 crónica 2: La violencia no arregla nada

La sombra de la ley; Prospect; American Animals; The Night Comes For Us

CHEMA PAMUNDI

Pocos días antes del inicio del festival leía una entrevista de La Vanguardia a Ángel Sala, en la que el director de Sitges volvía a soltar una vez más ese meme que todos hemos repetido alguna vez, y que reza que el fantástico es el más transgresor de todos los géneros cinematográficos. Aun estando de acuerdo con la idea básica (tan obvia que ya incluso aburre decirla, como la de “los videojuegos son cultura”; que sí hombre, que sí), he de confesar que cada vez me parece menos una cualidad destacable, y más un simple adjetivo definitorio (debe de ser porque me hago yayo). El cine fantástico es más transgresor que otros géneros por la sencilla razón de que toca temas más extremos, pero en la mayoría de casos esa transgresión no busca abrir las mentes y estimular la reflexión sino simplemente atraer al público bajo la promesa de diversión gamberra. Hoy he visto The Night Comes For Us (que reseño al final de esta crónica), una cinta de artes marciales que seguramente es lo más borrico que se proyecte en Sitges 2018, y dudo que la orgía de desmembramientos y decapitaciones que propone tengan la menor intención filosófica. Por lo tanto, sacar demasiado pecho diciendo que el fantástico transgrede es, hasta cierto punto, hacerse trampas al solitario. La noticia sería que un musical, una comedia o un western fueran transgresores.

De hecho (y acabo ya con el rollo), el género fantástico en conjunto es un túrmix tan heterogéneo, en el que caben obras de pelajes tan variados, que a menudo el mensaje de cualquier película que se tome en serio su propio espíritu tocacojones acaba diluido y banalizado. El público de Sitges, lo podemos comprobar en cualquier sesión, aplaude y grita con igual júbilo las muertes espectáculo de The Night Comes For Us que las pretendidamente significativas de Climax. En este contexto, ver cine fantástico es más una terapia liberadora que otra cosa (puedes aplaudir ante la visión de un asesinato sin que te detenga la policía), y ello hace difícil diferenciar lo que es genuino espíritu transgresor de aquello que una vez Jordi Sánchez me definió (muy certeramente) como “la cultura de la crueldad”. Está de coña que se hagan películas de lo más cafres, claro que sí, pero tampoco nos pasemos de cursis sobredimensionando la importancia de un zombi comiéndose unos sesos o de un psicópata liquidando a alguien con una motosierra.

Mis cuatro pelis de hoy:

 

LA SOMBRA DE LA LEY (Dani De la Torre, España-Francia, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Me suena el despertador a las ocho menos cuarto de la mañana y abro los ojos susurrando “¿pero qué puta broma es ésta?”, porque me he acostado a las quinientas de la madrugada escribiendo crónicas de Sitges. Tengo diez minutos para decidir si me voy al Auditori a ver el pase matinal de La sombra de la ley, o me quedo en la cama clapando como un bendito. Con lo poco que he dormido, me apetece clavarme una españolada de cartón piedra (y en ayunas) más o menos lo mismo que ir al dentista; pero por otra parte, esto tiene pinta de ser una peli de gánsteres de las de toda la vida: Tommy Guns, sombreros de ala ancha, hostias finas en callejones lluviosos y tipos duros soltando frases lapidarias mientras se encienden un cigarrín. Es decir, justo el tipo de cine que siempre me estoy quejando de que no se hace en España. Me pongo el tráiler: Luis Tosar, Michelle Jenner, Ernesto Alterio, Paco Tous... y oye, parece que se han gastado buenos dineros en los decorados. Venga, voy. Todo será que, si la cosa apesta, me ponga a planchar la oreja a media proyección.

 

SITGES 2018

"Quien diga que copiamos a Los intocables es un envidioso"

 

Pues no, no apesta. Ambientada a principios de los convulsos años 20 del siglo pasado, La sombra de la ley cuenta las aventuras de Aníbal Uriarte, poli vasco duro como el mármol que es destinado a la Brigada de Información de la policía barcelonesa, con la misión de investigar el robo de un tren cargado de armas del ejército que, se sospecha, pueden acabar en manos de grupos de anarquistas violentos dispuestos a liar un pifostio en las calles de la ciudad y abocar al país a una guerra civil (quince años antes de lo que toca). Como decía antes, esto no tiene nada del típico drama-tostón con trasfondo de fresco histórico tan querido por el cine español. Aquí los referentes más claros son el Sergio Leone de Érase una vez en América y el Brian De Palma de Los intocables de Eliot Ness.

La película hace bastantes cosas bien, y algunas de aquella manera. Entre las que molan, unas ensaladas de hostias estupendamente planificadas y llenas de dinamismo (mi favorita: una pelea a puñetazos dentro de un coche, con la cámara girando sin parar a su alrededor; cojonuda), una puesta en escena rechula (que tiene la habilidad de parecer más de lo que es), y una galería de personajes molones y muy bien definidos. Respecto a lo mejorable, un guion al que cabría recortarle escenas de transición y diálogos expositivos, un Luis Tosar quizás demasiado estirado como para que empaticemos con él y, poniéndonos ya muy pejigueros, una Barcelona de opereta en la que absolutamente nadie (y mira que salen gentes de todos los estratos sociales) habla catalán ni para decir “bon dia” (¿tanto cuesta cuidar estas cosas?). Pero vamos, que sí, que guay. Madrugón amortizado.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

PROSPECT (ZeekEarl y Chris Caldwell, EUA, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Da gusto ver una peli de ciencia-ficción de serie B que ha invertido de manera inteligente su exiguo presupuesto. Los autores de Prospect se han gastado los cuatro duros con los que está hecha en dar forma a un entorno creíble, evocador, sugerente: trajes de astronauta tronados, filtros de luz y efectillos digitales de pólenes flotantes para que los bosques en los que ha sido rodada cuelen como paisajes alienígenas, paneles de control llenos de botones, palancas, lucecitas... y arreando. Sólo con eso ya tenemos una obra de ci-fi dura impregnada de una textura que, sin hacer nada demasiado complicado, te atrapa. Que, ojo, a ver, más que ciencia-ficción, Prospect es un “western fronterizo futurista”. La esquemática historia de un padre y una hija que viajan con su lanzadera a una luna de atmósfera venenosa para extraer minerales preciosos, y se tienen que enfrentar a mercenarios, colonos y demás gentuza peligrosa que puebla el lugar podría ser, en esencia, la misma peripecia si estuviese ambientada en Montana a mediados del siglo XIX y lo que buscasen los protagonistas fueran pepitas de oro.

 

SITGES 2018

"No oía lo de western futurista desde Atmósfera cero"

 

Prospect no sólo es un largometraje de factura sencilla, sino que plantea una aventura de estar por casa protagonizada por tipos del montón, esos “currantes espaciales” a los que ya rara vez vemos en el cine de ciencia-ficción moderno, dominado por héroes que cuando se suben a una nave siempre es para iniciar grandes misiones de exploración o resolver conflictos intergalácticos. Su narrativa renuncia a cualquier tic grandilocuente, prefiriendo centrar la atención en detalles pequeños pero fascinantes, desde los protocolos de aterrizaje de una lanzadera hasta el funcionamiento de un kit de primeros auxilios, la técnica necesaria para extraer un mineral precioso del interior de una planta sin estropearlo, o incluso ese rifle de energía que se recarga manualmente haciendo girar una dinamo. Prospect recupera esa ciencia-ficción setentera (sí, incluidaLa guerra de las galaxias original) en la que todo estaba hecho a mano; y yo cuando veo estas cosas, me enamoro.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

AMERICAN ANIMALS (Bart Layton, EUA, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Las películas de atracos (im)perfectos siempre apetecen, y si tienen un punto estrambótico, mejor. El golpe de American Animals no estará desde luego entre los más espectaculares que hayamos visto (de hecho, es bastante chapucero), pero quizás sí entre los más originalmente narrados. Lo perpetran un grupo de universitarios norteamericanos, y el objeto de deseo en este caso son un par de librazos incunables (los dos tomos de ilustraciones naturalistas "Birds of America", editados en el siglo XIX y valorados en una millonada), que se guardan en la zona restringida de la biblioteca de su universidad. La particularidad de American Animals no es que esté basada en una historia real sino que, tal como indica su texto de arranque, “ES real”: la dramatización protagonizada por los actores Evan Peters y Barry Keoghan se entremezcla con entrevistas a los auténticos ladrones que cometieron el delito, y algunas escenas llegan a repetirse varias veces (o cambiar súbitamente de ambientación) para mostrar las versiones ligeramente distintas que recuerda cada uno de ellos.

 

SITGES 2018

"Si todos vamos de Brad Pitt, ¿quién hace de George Clooney?"

 

Es decir, que no sólo estamos ante una obra sobre veinteañeros imbéciles, a los que nunca les ha faltado de nada y que buscan emociones fuertes glorificadas por una sobredosis de cultura pop (los muy patanes prepararon el robo viendo películas como Ocean's 11 o Atraco perfecto), sino también ante una afilada reflexión sobre los vericuetos de la memoria, sobre cómo nuestra mente deforma los recuerdos chungos para devolvernos una imagen de nosotros mismos que nos resulte soportable; y todo ello, con un envoltorio rabiosamente divertido. Quizás American Animals sería aún mejor si justificase menos a los delincuentes y se preocupase un poco más por empatizar con sus víctimas (sobre todo con la pobre bibliotecaria...), pero lo cierto es que mientras la ves te lo estás pasando demasiado bien como para darte cuenta de que su mensaje de fondo es de un cinismo que tumba de espaldas. Porque, al fin y al cabo, probablemente su director y guionista Bart Layton también se haya educado glorificando en exceso las historias de atracadores molones. Igual que nosotros. Nosotros podríamos haber sido esos veinteañeros imbéciles.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

THE NIGHT COMES FOR US (Timo Tjahjanto, Indonesia, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Ok, se confirma que hay una cinematografía de artes marciales más salvaje que la china, la japonesa y la coreana juntas: la indonesia. Si algo demuestra The Night Comes For Us es que los puñeteros indonesios están LOCOS. La cosa va de unos agentes de élite de las Tríadas de Yakarta a los que llaman los Seis Mares, y bueno... no sé qué de unas traiciones, y un jefe mafioso que fuma mucho y que lleva gafas de sol en interiores (que eso es malísimo para la vista), y se ve que hay que proteger a toda costa a una niña que debe de ser hija de alguien, y... en fin, que como puede verse he tardado bien poco en perderme con la trama, pero doy por hecho que no es culpa de la película sino mía, porque todas estas historias de luchadores asiáticos hiperactivos me acaban pareciendo iguales. Por suerte la película son básicamente dos macro-combates de tres cuartos de hora con una pausa de 15 minutos en medio para tomar aire, recuperar la barra de energía y hacer recuento de bajas, de modo que mientras tengas claro quién va con los buenos y quién con los malos (que, no te creas, a mí me ha costado incluso eso), pues ya tiras.

 

SITGES 2018

"Esto por decir que en Milla 22 está mejor Mark Wahlberg que Iko Uwais"

 

Los personajes de The Night Comes For Us reparten amor a sus enemigos usando machetes, cuchillos, navajas, ganchos para carne, bates de baseball, mazas, barras de acero, pistolas, metralletas, fusiles de asalto, granadas... así como cualquier objeto de uso cotidiano que se venda en El Corte Inglés. A uno de los malos le dejan la cabeza igual que un cráter a golpes de bola de billar; a otro lo decapitan con una cuerda de piano; a otro le atraviesan la quijada con un cúter... A veces se simultanean varios combates en lugares distintos (a los buenos se les acumula mucha faena) y la cámara va saltando de uno a otro, siempre a tiempo de mostrarnos una cabeza estallando por el disparo a bocajarro de una escopeta corredera o un brazo multiquebrado a base de hostiones de pencaksilat, hasta dejarlo con la misma forma que el rabo de un cochinillo.

Los muertos se apilan a una velocidad que hace imposible contarlos, en parte por esa tradición que siempre suelen observar los esbirros de estas películas, y que consiste en rodear entre veinte al protagonista y entonces atacarle de uno en uno, casi pidiendo tanda para que los mate. The Night Comes For Us es una salvajada visual que hace que por ejemplo The Raid (por citar otro título indonesio de espíritu similar e igualmente protagonizado por Ivo Uwais) parezca una comedia romántica. Las coreografías de lucha son alucinantes (en cierto modo esto es también una película de baile, como Suspiria o Climax). Un tebeo ridículo, inverosímil, excesivo, aberrante, amoral, que ensalza la ultraviolencia hasta casi lo pornográfico. Estoy bastante seguro de que no voy a ver nada más divertido en todo el festival.

 

Venusentencia: Venus Hall of Fame

INF VNV 5

 

SITGES 2018

 

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