TERELE PÁVEZ noticia: Adiós a Terele Pávez a los 78 años

Terele Pávez muere de un derrame cerebral

Se la recuerda por Los santos inocentes, La celestina, Requiem por un campesino español, o los cientos de trabajos realizados en teatro y televisión, pero para nosotros Terele Pávez siempre será la actriz secundaria de honor de Álex de la Iglesia. Seis han sido las colaboraciones entre director y actriz desde que se conocieron hace algo más de veinte años: El día de la bestia (1995), La comunidad (2000), 800 balas (2002), Balada triste de trompeta (2010), Las brujas de Zugarramurdi (2013), Mi gran noche (2015), y la reciente El bar (2017). De la Iglesia encontró en ella a la actriz idónea para interpretar a sus personajes que representan mujeres de fuerte carácter, temperamentales y arrolladoras, y, digámoslo también, un punto de ordinariez, pues Pávez siempre interpretó a la mujer de la calle libre de finuras, que tanto podía ser la patrona de una pensión como una vecina cotilla.

Terele Pávez ha muerto este fin de semana a los 78 años víctima de un derrame cerebral, y Álex de la Iglesia se ha erigido en el portavoz oficial de la noticia, tal es la admiración y el respeto que sentía por ella. El director bilbaíno relanzó la carrera de la actriz con sus películas, brindándole incluso el Goya a Mejor Actriz de Reparto por Las brujas de Zugarramurdi, pero señor y agradecido como es, ha declarado que fue al revés: “Yo no relancé la carrera de Terele sino todo lo contrario, ya que cuando la conocí ella ya era una de las actrices más importantes del país. El trabajo de Terele supera muchísimo mis películas”. Y no se queda aquí la cosa, ya que en una columna en El país, Álex De la Iglesia se ha despedido de Terele Pávez con una auténtica carta de amor:

“Terele era un prestidigitador sin trucos. Un mago que hace magia de verdad. Su expresión era el producto de su manera de entender la vida: sin concesiones. Accedía sin esfuerzo al más profundo de los sentimientos porque ella ya había estado allí anteriormente. Terele vivió más de mil vidas, todas de una intensidad inimaginable. Es normal que fuese la mejor actriz que he visto jamás. Nosotros no éramos más que muñecos en su presencia, tristes títeres manipulables. Terele es el espíritu de la grandeza, de la verdad, del temperamento. Es la fuerza, es la valentía de ser incorregible. Es la dulzura del que lo sabe todo y no pretende nada. Es la ternura del que siente lástima por los que sufren, porque nadie ha amado tanto como ella. Y digo que es porque no ha muerto, no puede morir, nadie puede con ella. Ni la misma muerte”.