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NOCHE EN EL MUSEO: EL SECRETO DEL FARAÓN crítica: La noche de los museos rotos

Ben Stiller regresa al museo quizás por última vez en Noche en el museo: El secreto del faraón

RAY ZETA

Que Ben Stiller no está pasando por su mejor momento profesional no es ningún secreto. El hombre no tiene un éxito desde hace seis años (Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra!, que escrita, producida, dirigida y protagonizada por él, consiguió destronar al mismísimo El Caballero Oscuro de la taquilla norteamericana). Seis años en los que ha ido encadenando fracasos con películas tan poco afortunadas como Ahora los padres son ellos, Un golpe de altura o Los amos del barrio, entrando en una dinámica negativa que no consiguió romper con La vida secreta de Walter Mitty (también producida, dirigida y protagonizada por él) por no satisfacer las expectativas creadas, hasta llegar a la fallida Noche en el museo: El secreto del faraón. ¿Y saben con qué peli empezó la debacle? Pues precisamente con Noche en el museo 2.

O sea, que las dos secuelas de Noche en el museo forman un bucle asesino en el que más le habría valido la pena no entrar jamás, y no me extraña, visto lo malas que son ambas pelis. Y eso que la primera Noche en el museo fue una comedia fantástica divertidísima, simpática, original y bien dirigida por Shawn Levy (parece mentira que sea el mismo director de la 2 y la 3) con un ojo puesto en el cine fantástico de los 80 producido por Steven Spielberg. Pero claro, una cosa es presentar y desarrollar una premisa (en este caso que los personajes históricos de un museo cobran vida durante la noche gracias a la magia de una tabla egipcia), y otra muy diferente continuarla con cualquier excusa barata sin gracia que no sirva tampoco para introducir nuevos buenos personajes, como ocurrió en las siguientes entregas.

 

"Estoy tan gafado con las secuelas que me replantearé hacer Zoolander 2"

 

Porque tanto la 2 como 3 pecan de estos mismos errores: justificar su continuidad con el mismo burdo pretexto de trasladar a los personajes de escenario (en la 2 al Smithsonian de Washington porque han de ser substituidos por hologramas, en la 3 al Museo Británico de Londres porque la tabla de Ahkmenrah está perdiendo poder), e introducir nuevos personajes que por mal construidos y peor integrados en la trama (el faraón Kahmunrah, la aviadora Amelia Earhart y el general Custer en la 2; el nuevo faraón Merenkahre, Sir Lancelot, el nuevo troglodita y la guardia nocturna gordita interpretada por Rebel Wilson en la 3), no les llegan ni a las suelas de los zapatos al elenco de personajes originales formado por el presidente Teddy Roosevelt, el cowboy en miniatura Jedediah, el romano también en miniatura Octavius, la india Sacajawea, el faraón Ahkmenrah, Atila, Rex y Dexter el monito cabroncete.

"Se infantiliza el producto aún más que la segunda parte hasta convertirlo en algo más parecido a una continuación de Los Muppets que de la primera Noche en el museo"

El único que se salva en esta tercera parte es Ben Kingsley como nuevo faraón (será que quería rentabilizar su caracterización de Exodus: Dioses y reyes). Sir Lancelot, interpretado por Dan Stevens, queda tan anacrónico y fuera de lugar como el Sir Lancelot interpretado por Richard Gere en El primer caballero; la gordita Rebel Wilson como guardia inglesa, tan gratuita e innecesaria como Jonah Hill en la 2; y el nuevo troglodita (no les doy ningún dato acerca de él para no cometer spoilers) tan poco gracioso como los que salen en las recreaciones sobre la prehistoria de La2, lo que tiene delito si se tiene en cuenta su cometido cómico, que descubrirán en cuanto le vean. ¿Saben quiénes se revelan como los mejores, entonces? Pues una vez más Owen Wilson y Steve Coogan como Jedediah y Octavius, haciendo cada vez más evidente su relación gay, y el monito Dexter, tan buen roba-planos como roba-llaves.

 

"Si tu modelo de Lancelot es Richard Gere en El primer caballero, vamos mal"

 

El resto, elementos cómicos sin gracia (como el robotijo del Tíbet) y tramas de relleno (como la del hijo ya adolescente), que no hacen más que infantilizar el producto aún más que la segunda parte (que ya es decir), hasta convertirlo en algo más parecido a una continuación de Los Muppets que de la primeraNoche en el museo, y episodios que se suceden estrictamente por la cara (como la justificación de que los personajes históricos acompañen a Ben Stiller o la manera como se cuelan en el Museo Británico). Ni siquiera el prólogo se salva por ser una mala copia de la saga The Mummy: las excavaciones en Egipto a principios de siglo XX en la que se encontró la tabla de Ahkmenrah en una secuencia tan exageradamente de cartón piedra en la que parece vaya a salir Brendan Fraser (y su flequillo) en cualquier momento. Lo único bueno de esta secuencia es que propiciará que más adelante vuelvan a salir en un cameo los tres yayos guardias nocturnos de la primera parte, estupendamente interpretados por Dick Van Dyke, Mickey Rooney y Bill Cobbs.

Ben Stiller ha perdido su mojo, en definitiva, y con él también Shawn Levy y el Museo de Historia Natural de Nueva York, lo que demuestra que el equipo de responsables de la saga Noche en el museo sabe realizar secuelas tanto como los putis de Venusville prostis con más de tres tetas. Si en Pixar han sido capaces, por ejemplo, de saber continuar con éxito la saga de Toy Story pese a tratarse sus protagonistas de muñequitos de juguete, los de Noche en el museo no debían haber sido menos teniendo unos personajes con tanto gancho como los que tienen. Bastaba con exprimirse un poco más la sesera para idear un pretexto mejor para continuar las aventuras de sus personajes históricos vivientes que un simple cambio de museo, e introducir nuevos personajes con gracia mejores que el faraón Kahmunrah de la 2 y el Lancelot de la 3. Si esto es todo lo que nos puede deparar el Museo de Historia Natural de Nueva York, más vale que cierre definitivamente sus puertas... al menos de noche.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

Recomendada por Kuato a: quien toda la Historia que sepa pueda resumirse en que Colón descubrió América y Steven Spielberg dirigió E.T., el extraterrestre.

No recomendada por Kuato a: fans de Ben Stiller, fans de la primera Noche en el museo, y fans del cine fantástico de los 80. Noche en el museo 3 hará que quemen su carnet de simpatizante de estas tres categorías.

Ego-Tour de luxe por: el gag de Hugh Jackman interpretándose a sí mismo parodiando su interpretación de Lobezno. Aún no sé qué pinta, pero es lo que tiene más gracia.

Atmósfera turbínea por: que no se produzca un spin off con el monito cabroncete Dexter de protagonista, y el vaquero Jedediah y el romano Octavius de pareja gay secundaria.

 

NOCHE EN EL MUSEO: EL SECRETO DEL FARAÓN. Estreno en Venusville: 26/12/2014

 

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