SITGES 2012: SINISTER rueda: El director del pánico

Scott Derrickson explora el miedo con Ethan Hawke como conejillo de indias

■ RAY ZETA

Hay ruedas de prensa que parecen más una entrevista compartida que una rueda de prensa. Son aquellas en las que hay tan pocos periodistas presentes, que se establece un turno de preguntas entre los que están dispuestos a preguntar y estos se van pasando la palabra hasta chupar micro como un loca. Este ha sido el caso de Sinister, seguramente por haberse programado a las 14:30 (hora del bocata, no digo de la comida porque durante los diez días que dura el festival, la comida más opípara que se tiene oportunidad de catar es un bocata engullido a salto de mata), pese a haber pasado por Sitges como la película con más entradas vendidas después de Lo imposible, lo que no es moco de pavo, y estar presentada por su director Scott Derrickson, quien ya triunfó en este festival hace siete años con El exorcismo de Emily Rose.

Más joven de lo que podía esperarse, con un aire a lo Gerard Butler, y tranquilo, tan tranquilo como para parecer un invitado de piedra si no fuera el director de la película presentada a los medios, Scott Derrickson ha entomado el envite periodístico con la más fría de las templanzas ya desde la primera pregunta que se le ha formulado yendo al grano, por no decir a la yugular de su film, directamente sin adornos ni tapujos de cortesía: ¿por qué la primera mitad de Sinister es de terror clásico y la segunda una historia de fantasmas convencional? ¿Hacía falta sacar esos fantasmas y ese espectro siniestro de figuras tan comerciales?

Scott Derrickson bien flanqueado por la Organización por si le da un ataque de nervios

A lo que Scott Derrickson responde como si le hubieran preguntado la marca de su pasta de dientes: “en principio quería que fuese una producción de terror de principio a fin, pero también es una película que desarrolla un proceso de investigación. Lo que encuentro interesante de esta película es precisamente que es una combinación de géneros que incluye el terror y la investigación. Todo lo que le va pasando al personaje de Ethan Hawke es un camino para llegar a los elementos sobrenaturales, que es lo que da más miedo, de hecho con ellos es cuando llega el verdadero terror, que coincide con el encuentro de las cintas en súper 8”.

"Tranquilo, tan tranquilo como para parecer un invitado de piedra si no fuera el director de la película presentada a los medios"

Otra pregunta, a ver si así conseguimos cambiarle el semblante del rostro: ¿cuál ha sido la diferencia entre trabajar con las imágenes normales y las cintas de súper 8 found footage? Pero nada, como si le preguntaran si prefiere dirigir en días pares o en impares: “eso me pareció interesante desde el primer momento, que una película de terror actual de formato digital incluyera dentro de ella filmaciones en súper 8. Lo encontré muy curioso para los tiempos que corren, por eso fue interesante combinar las imágenes filmadas en súper 8 y las rodadas en alta definición. Sería visualmente muy interesante, y también nostálgico, pues yo crecí con las películas de súper 8. Filmamos las seis películas que salen en súper 8 antes del resto de la película en solo dos días. Cuando Ethan Hawke las ve en la película, su reacción es real porque era la primera vez que las veía”.

Scott Derrickson, un Iron Man sin armadura

Y ahora que mencionas a Ethan Hawke, ¿cómo fue el trabajo con él para crear esta evolución de su personaje en la que pasa de escéptico a ir asustándose cada vez más? (igual al recordar el trabajo de su amigo exclama ni que sea una expresión de emoción…). “Lo rodamos todo en solo 23 días, en diferentes sitios y en diferentes días, por eso fue un trabajo difícil para el actor, porque no fue cronológico. Fue interesante explorar los diferentes niveles de miedo, ya que el personaje pasa por diferentes niveles. También es interesante el aumento de interés por lo sobrenatural del protagonista y ve cómo experimenta ese miedo. Antes de rodar cada escena, Ethan y yo hablábamos sobre cuál era la naturaleza del miedo que tenía que sentir en esa escena. Cuando monté la película me di cuenta de lo bien que había salido todo y del buen trabajo interpretativo de Ethan Hawke”, responde tan fríamente como si recordara cómo acostumbra a plegar sus calcetines…

Ya la última, pues nos damos por vencidos: ¿y qué nos dices del final? Siendo tan duro y contundente, ¿lo tuviste claro desde el principio? ¿Tuviste algún problema para poderlo incluir? “Es el que yo quería desde el principio. Diversos estudios se interesaron por la película pero querían un final más feliz, y yo no lo quería así. En las últimas décadas desde los 60, el cine de terror ha cogido la tendencia de tener finales oscuros y trágicos, como El exorcista, en el que muere el padre Karras, La semilla del Diablo, La profecía, que muere el padre de Demian, o La cosa, la mejor película reciente de terror. Esa era mi idea”.

Pues me parece una idea cojonuda. Tanto que hasta me ha parecido ver cómo Scott Derrickson movía una ceja…