GRAN TURISMO crítica: Karate Kid Racer

Neill Blomkamp se conecta a la consola y adapta el videojuego automovilístico Gran Turismo

Hay dos maneras de castigar a un director autor que la caga en taquilla con su última película: ponerle cara a la pared con orejas de burro y hacerle escribir en la pizarra mil veces “No volveré a dirigir un fiasco”, o hacerle dirigir una película comercial para un gran estudio. Desde M. Night Shyamalan (de El incidente a Airbender: El último guerrero) a Ben Wheatley (de In the Earth a Megalodón 2: La fosa), la Historia reciente está llena de ejemplos, pasando por Guy Ritchie (de Rey Arturo: La leyenda de Excalibur a Aladdin) o David Lowery (de El caballero verde a Peter Pan y Wendy), hasta llegar a, como habrán adivinado, Neill Blomkamp.

¿De qué si no iba a dirigir un autor como Neill Blomkamp, una action movie de manual como Gran Turismo? A Neill Blomkamp lo que le pone es escribir y dirigir sus propias historias cifi sobre extraterrestres poligoneros, robots en pañales y planetas más superpoblados que una rave con barra libre, y experimentar con las nuevas tecnologías en pequeños vídeos sobre futuros distópicos colgados en YouTube. Pero un día le da por combinar la ciencia ficción con las posesiones demoníacas en una peli como Demonic, rodada por cuatro duros en el jardín de su casa para no aburrirse durante la pandemia, y ¡pam!, fiasco taquillero al canto pese a su irrisorio presupuesto.

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Solución para no ser defenestrado en la industria y volver a tener la oportunidad de seguir dirigiendo sus propias historias en el futuro: dirigir de encargo un drama deportivo de manual al uso como Gran Turismo, que sigue a pies juntillas todos los tópicos del género, y que para más inri está basado en un videojuego con 80 millones de ejemplares vendidos a lo largo de sus más de 25 años de Historia, con el objetivo de Sony y Playstation de convertir la peli en un macro spot gigante de promoción que consiga que todos los usuarios del juego pasen por taquilla. Si esto no es comercial, que baje Louis B. Mayer y lo vea.

“Neill Blomkamp cumple su cometido con el piloto automático puesto y factura un drama automovilístico facilón con todos los tópicos habidos y por haber en el cine deportivo”

Así pues, Neill Blomkamp cumple su cometido con el piloto automático puesto (piloto de carreras, claro está), y factura un drama automovilístico facilón con todos los tópicos habidos y por haber en el cine deportivo en general, vistos una y mil veces en títulos como Rocky, Karate Kid o Invictus. La clásica historia de superación personal del joven ingenuo talentoso de origen humilde, que tendrá la oportunidad de demostrar lo que vale y triunfar en su deporte, gracias a un veterano cascarrabias que ejercerá de su mentor, pasando por las obligadas fases de instrucción, aprendizaje, primeros éxitos, crisis y resarcimiento, hasta llegar a un final tan previsible como la boda en una comedia romántica sesentera de Concha Velasco.

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Neill Blomkamp se centra en las carreras automovilísticas con gran oficio, y ahí sí, hace pleno en todos los circuitos al facturar unas secuencias de acción trepidantes, cañeras e incluso emocionantes, más reales de lo que cabría esperar siendo la película una adaptación de un videojuego, demostrando que es lo único que le interesa de la película. Eso y la relación entre el joven prota (el sosainas Archie Madekwe) y su instructor (carismático David Harbour), y la relación de éste con el dire comercial (anodino Orlando Bloom), porque lo que son las subtramas personales, como la familiar, la sentimental o la rivalidad con el piloto villano, están contadas con tanta desgana que resultan ridículas.

Gran Turismo se revela así como una propuesta comercial de lo más competente (prueba superada). El público que vaya a verla, gamers o no, buscando ver buenas carreras automovilísticas, verá buenas carreras automovilísticas con el culo pegado a la butaca conteniendo la respiración. Pero sólo verá eso, ya que la peli descuida el resto de manera exagerada, empezando por un guión plagado de puntos de avance facilones, tan forzados como exagerados. Nada que ver pues, con otros títulos afines tan completos como Las 24 horas de Le Mans, Rush, Ford v Ferrari, e incluso la animada Rally Road Racers. Esperemos que para la próxima peli, a Neill Blomkamp ya le hayan levantado el castigo y le hayan retirado las orejas de burro.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

Recomendada por Kuato a: quien tras la cuarta temporada de Stranger Things, tenga mono de seguir viendo a David Harbour.

No recomendada por Kuato a: quien recientemente ya haya tenido suficiente automovilismo con Fast X y Rally Road Racers.

Ego-Tour de luxe por: como no podía ser de otra manera, las carreras. Neill Blomkamp, firme candidato a director de Fast & Furious XI.

Atmósfera turbínea por: obviar que el primer ganador de la iniciativa Gran Turismo-Nissan de convertir a un gamer en piloto profesional, no fue el inglés Jann Mardenborough, sino el español Lucas Ordóñez.

■ GRAN TURISMO. Estreno en Venusville: 11/08/2023.