INFILTRADO EN EL KKKLAN crítica: Moreno y su muñeco contra el clan del capirote

Spike Lee usa el thriller policíaco Infiltrado en el KKKlan como denuncia racista (como siempre)

■ SAPO

Spike Lee es sobre todo un activista por los derechos de la minoría negra en los Estados Unidos que utiliza el cine como medio para difundir sus opiniones y reivindicaciones. Ello ha delimitado su trayectoria cinematográfica a historias de marcado carácter racial. Otro aspecto que también ha definido a este estrafalario director es su estilo sobrio, tirando a plúmbeo, que combina bien con el juego de su equipo favorito en la NBA, los Knicks de Nueva York. Sin embargo, en su última producción, Infiltrado en el KKKlan, parece que Lee hubiera querido hacer una incursión en el género de la comedia. Ignoro si en el futuro insistirá en esta nueva línea, aunque está claro que es un terreno en el que no se encuentra demasiado cómodo.

La historia que nos cuenta Lee en Infiltrado en el KKKlan es la de un agente negro y novato de policía de la ciudad de Colorado Springs, en la década de los años 70, que logra infiltrarse en la estructura local del Ku Klux Klan mediante una interlocución telefónica. Entonces, para avanzar en la infiltración, requerirá de la colaboración de un compañero blanco y judío de su comisaría para que afronte el contacto físico con la organización. Sorprendentemente, lo que había empezado como un operativo bastante chapucero, prosigue hasta llegar a la dirección nacional del Klan y acaba por detectar un plan criminal que se estaba cociendo. Aunque parezca mentira, esta historia está basada en hechos reales protagonizados por un tal Ron Stallworth que fue el primer negro que entró en el cuerpo de policía de esa localidad del oeste americano.

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Y el resultado tras ver la película es una sensación que oscila entre la incredulidad y la ridiculez. Aun siendo una comedia, en ningún caso se trata de una comedia disparatada y ello hace que una trama seria no sea demasiado creíble. Por otra parte, una comedia disparatada no encajaría en una película de denuncia. Lo cual ha conducido al director a un callejón discursivo sin salida. En contraposición, la ridiculez de los personajes del Klan sí que resulta totalmente creíble, pero, por muy ridículos que parezcan esos individuos, no cuela que pudieran tragarse la infiltración dual negro – judía que se nos propone. O sea que la ridiculización del Klan que pretende el director queda así diluida.

"El resultado tras ver la Infiltrado en el KKKlan es una sensación que oscila entre la incredulidad y la ridiculez"

Tratándose de una película sobre el Klan, el factor de la segregación racial estaba descontado.Por ello sorprende la relevancia que le da Spike Lee al factor judío. El alter ego del agente negro es judío, un activista negro usa una comparación con el holocausto de los nazis en su discurso, y hay momentos en la película que los miembros del Klan ponen más a caldo a los judíos que a los negros. Todo ello tiene una evidente intencionalidad política por parte del director. Se trataba de poner en evidencia el apoyo del lobby judío al presidente Donald Trump a pesar de que buena parte de la base social que apoya al presidente comulga con el ideario del Klan. Ya puestos a jugar fuerte con el factor judío, yo habría puesto a Sacha Baron Cohen como ese alter ego del agente negro.

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Porque, en general, la interpretación de los actores no resulta convincente. Reina la falta de expresividad por doquier, tanto en la pareja protagonista de policías como en la comunidad del activismo Black Power o incluso entre los miembros del Klan. Hay más sentimiento en el relato recitado por el veterano Harry Belafonte sobre el linchamiento de un joven negro que en el resto de escenas juntas. Hasta la figura de David Duke, carismático líder de la organización, parece un chiste.

En definitiva, la nueva propuesta de Spike Lee en su cruzada por los derechos civiles, hoy en día más necesaria que nunca frente a la avalancha de líderes neofascistas que crecen como setas a favor de la corriente de populismo barato que nos asola, ha resultado una película de poca contundencia y menor sensibilización. Con resaltar que lo más efectivo de la misma son las imágenes reales que contraponen el discurso del presidente Trump con las acciones violentas de las huestes supremacistas blancas que campan por su territorio, no hace falta decir nada más.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: los defensores de los derechos civiles que priorizarán el mensaje antifascista y antirracista a las consideraciones artísticas.

No recomendada por Kuato a: los que se tronchan con la pareja Wilder – Pryor en No me chilles que no te veo, pues bostezarán durante toda la película.

Ego-Tour de luxe por: el vestuario y la ambientación disco de los 70s.

Atmósferaturbínea por: el patetismo del personaje de la mujer de uno de los miembros del Klan, servilismo y estupidez elevados a la máxima expresión.

■ INFILTRADO EN EL KKKLAN. "BlacKkKlansman" (EUA, 2018). Director: Spike Lee. Guión: Charlie Wachtel, David Rabinowitz, Kevin Willmott y Spike Lee. Reparto: John David Washington, Adam Driver, Topher Grace, Corey Hawkins, Laura Harrier, Ryan Eggold, Jasper Pääkkönen, Ashlie Atkinson, Alec Baldwin, Robert John Burke, Paul Walter Hauser, Michael Buscemi, Harry Belafonte, Craig MuMs Grant y Elise Hudson. Estreno en Venusville: 02/11/2018.