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LA CASA DEL RELOJ EN LA PARED crítica: The final countdown

Adaptación del libro juvenil "La casa del reloj en la pared" a cargo de Eli Roth". Sí, ¡de Eli Roth!

ROBERT THORNHILL

Nada más ver los títulos de crédito iniciales de esta película, nuestra mente empieza a tener conflictos irracionales al ver ligado uno de los exponentes del gore contemporáneo con obras de culto como Cabin Fever, Hostel o El infierno verde, con la productora fantástica familiar por antonomasia como es la Amblin del dios todopoderoso Spielberg. A priori, la relación resulta antinatural, y sólo una intencionada apuesta por el no-encasillamiento de Roth, que este año ya nos ha cambiado de registro con la prescindible El justiciero, y por una confianza ciega de los productores de E.T. por darle un toque más terrorífico a una historia para niños, explica tal inverosímil unión de intereses. Es como si a James Wan le propusieran dirigir un musical. No pegaría mucho, ¿no?

Porque La casa del reloj en la pared (título desagradable a la memoria donde los haya) es la adaptación del primero de los quince libros centrados en el jovenzuelo aprendiz de mago de nombre Lewis Barnabelt, escrito por John Bellairs en 1973 orientado a un target adulto por ser un manual Iker Jiménez de magia negra, pero que por motivos comerciales ha sido infantilizado para un público teenager con ansias de aventuras mágicas a lo Harry Potter. Precisamente la comparación con el universo Potter es lo que más perjudica a La casa del reloj en la pared, porque si la empatización con el gafitas Daniel Radcliffe era inmediata con aquella pinta de espabilado lumbreras con aires de genio de la magia, no ocurre lo mismo con Owen Vaccaro, estrafalario personaje que por momentos parece el cenizo amiguete de Bart Simpson, Milhouse, cuya bisoñez más bien resulta repelente para el espectador.

 

La casa del reloj en la pared

"O le ponemos gafitas a este niño, o nadie le tomará en serio como mago"

 

En esencia, La casa del reloj en la pared gira en torno a la eterna lucha entre el Bien y el Mal, con un mago bueno, Jack Black, y un mago malo, Kyle MacLachlan, pero claro, en este caso prescindiendo de esa lucha de poderes como ocurría entre Harry Potter y Voldemort, o entre Hugh Jackman y Christian Bale en El truco final, preocupándose más por el elemento cómico, familiar y sensiblero de un thriller donde la magia sólo es el trasfondo de una historia edulcorada y carente de elementos oscuros y peligrosos. Eli Roth, temeroso de introducir componentes no aptos para todos los públicos, infantiliza en exceso la trama, y en lugar de optar por una dirección al estilo de Betteljuice o Monster House, propone algo más parecido a Casper o Matilda, sin mucha presencia de elementos góticos sobrenaturales ni escenas que provoquen pesadillas.

"La casa del reloj en la pared es un gracioso aperitivo sin grandes pretensiones para toda la familia que pasará a engrosar con más pena que gloria la lista de adaptaciones de literatura juvenil"

Y lo peor de todo es que para ser una película de grandes hechiceros y aprendices de magos, los trucos de salón que nos enseñan nada tienen que ver con los que hacía Gandalf en El señor de los Anillos, los que vimos en Ahora me ves, y ni mucho menos los que veíamos en Hogwarts. Jack Black y Cate Blanchett en sus roles de expertos brujos, de lo cual se vanaglorian mutuamente, no muestran nada de sus artes ocultas que llegue mínimamente a sorprender, siendo curiosos que el pequeño Lewis, leyéndose por su cuenta unos cuantos libros, se convierta en un experto prestidigitador superando a sus mentores, que aún se dedican a hacer vulgares juegos de cartas y sacar pañuelos de la chistera. En su lugar, la curiosa pareja Jack Black–Cate Blanchett intenta emular a los clásicos Cary Grant-Katharine Hepburn o Rock Hudson–Doris Day, tirándose chinitas constantemente de amor-odio con arrebatos de humor tontaina, que a estas alturas ya no hacen mucha gracia.

 

La casa del reloj en la pared

"Le he propuesto a Eli Roth que aprovechemos este set para Pesadillas 2"

Si por algo se sostiene La casa del reloj en la pared es por la molona mansión encantada made in Disney donde se desarrolla la trama diseñada por la factoría mágica de Spielberg, donde los detalles están cuidados al milímetro. Una casa con vida como la de La bella y la bestia, donde un cariñoso sofá tiene vida propia, los cuadros se van adaptando a las circunstancias, y hay una colección de terroríficos muñecos digna del museo de los Warren, con un león-seto muy escatológico decorando el jardín.

A falta de un mes de la esperada Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald, La casa del reloj en la pared  no deja de ser un gracioso aperitivo sin grandes pretensiones para toda la familia, quizás demasiado infantil, que pasará a engrosar con más pena que gloria la lista de adaptaciones de literatura juvenil como Los seis signos de la luz o El séptimo hijo, con poca trascendencia para el género. El universo Harry Potter ha dejado el listón muy alto.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: los que cuentan los días para ver El grinch, que tampoco se perderán por nada del mundo El regreso de Mary Poppins.

No recomendada por Kuato a: aquellos cuyo personaje de Marvel preferido es Dr. Strange.

Ego-Tour de luxe por: Cate Blanchett, una actriz que dignifica todo lo que toca y que pasea su señorío por esta película.

Atmósfera turbínea por: el personaje mal dibujado de Jack Black, una especie de Robin Williams bonachón que nada tiene que ver con su presunto papel de hechicero.

 

LA CASA DEL RELOJ EN LA PARED. "The House with a Clock In Its Walls" (2018). Director: Eli Roth. Guión: Eric Kripke. Reparto: Cate Blanchett, Kyle MacLachlan, Jack Black, Colleen Camp, Owen Vaccaro, Renée Elise Goldsberry, Sunny Suljic y Vanessa Anne Williams. Estreno en Venusville: 11/10/2018.

 

 

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