LA HERENCIA VALDEMAR crítica: Cthulhu y las montañas del ridículo

Cthulhu y las montañas del ridículo 12 millones de euros de presupuesto y la firme convicción de que Lovecraft es una marca de mayonesa Por Cornelius

<Me divierte de sobremanera la proliferación de escuelas de cine en nuestro país (sólo en mi barrio hay tres) y la gran ilusión que albergan los estudiantes enganchados al horizonte de convertirse en cineastas que copulan con presupuestos alucinantes, cuando todo el mundo sabe que el cine español es una autentica birria.

   Pues no, estaba equivocado, ahora resulta que si eres un estudiante con un mínimo de habilidad técnica y con el esfuerzo suficiente de garabatear cien páginas con una historieta sacada de tus lecturas adolescentes, dispondrás de algún inversor que se tire de cabeza a soltar la pasta gansa para rodar la ya tipificada película española de la casa encantada.

   Jose Luís Alemán, el director novel de este film, se ha atrevido a rodar dos partes del tirón. En esta primera embute todo el origen decimonónico del Mal que acecha en la casa, junto con los cuarenta minutos de planteamiento… ¡de la segunda entrega! Total, que el tío se ha metido en un embolado de 12 millones de euros que, aunque me sepa fatal porque parece buen chico, sólo le ha servido para filmar el mayor pastel de la historia del cine español. 

   Pasé tal vergüenza ajena al imaginarme las caras de absoluto ridículo de los productores y de pasmo de la platea el día del estreno, que voy a ir a ver la segunda parte sólo por la profunda pena que siento hacia el pobre muchacho. Que Dios se apiade, no solo de su carrera, sino también de su alma.

"¡Je! Parecemos salidos del vídeo clip de Radio Futura `Annabel Lee`"

   El director no duda en presumir de que la película está basada en las historias de H.P. Lovecraft (en la segunda entrega parece ser que aparecerá Cthulhu, un famosísimo primigenio de cincuenta metros) y, como el mismo director afirma, la historia no se parece a ninguna de las obras de Lovecraft sino que bebe de todas ellas.

   Sin embargo, es fácilmente comparable con “El extraño caso de Carles Dexter Ward”. En la estructura de la historia de Lovecraft hay tres capítulos retrospectivos que narran el origen maligno del antepasado del prota, y en la película también hacen hincapié en la importancia que tiene el trasfondo para el resto de la historia. Por ello, Alemán decide rodar un flashback con la misma intención narrativa que consigue la novela. Pero, tanto le moló la idea al director, que una tarde de cielo rojizo balbuceó mirando al océano: “coño, haré otra peli antes de la peli para contar el flashback” (¿?¿?¿?). Es como si en Alien, en la escena donde encuentran los huevos, te calzaran un flashback de dos horas contándote los problemas de la reina madre preparando el nido, terminaran la peli, y dejarán la historia de verdad tan colgada como un kilo de caracoles.

   Además de este inapreciable traspié en el guión, J.L. Alemán incurre en otro pequeño descuido: los diálogos dinamitan implacable y explícitamente el despliegue interpretativo de todo el reparto. Literalmente tira por la borda todo lo que la interpretación puede aportar al conjunto de una película. Si cogiéramos la redacción de un chaval de quince años que intenta incluir los cien cultismos que conoce, desglosáramos cada frase para convertirla en una línea de diálogo, y las repartiéramos entre los actores, tendríamos los diálogos de esta peli. Todo suena al mismo runrún, sin matices, sin personalidades, con frases superlativamente inverosímiles, apostadas, y con un poder lacerante y definitivo de joder cualquier intento de interpretación.

   Pero el guión tiene otro problemilla: la historia de los orígenes tiene tanto interés como un pelo de mi polla sometido a una temperatura de cero absoluto. La literatura de Lovecraft está plagada de historias de hechiceros que sufren lo indecible para invocar el Mal a escondidas de su entorno afectivo, en cambio, Alemán nos cuenta la historia del regente de un orfanato que monta sesiones de espiritismo trucadas y que al final de la historia acaba metido de rebote en un grupo de magos malignos, entre ellos Bram Stoker, que invocan a un humo negro asesino. ¡Es que no se me ocurre ningún formato donde esta historia tenga cabida! ¿Por qué se habrá emperrado en querer escribir el guión? ¡Si hasta Hitchcock contrataba guionistas aunque ya tuviera la historia en la cabeza! ¡Por Dios, José Luís! ¡Vaya truñaco! Sin duda uno de los mayores descalabros técnicos y estilísticos que he visto.

Paul Naschy, 35 años de carrera para acabar así...

   Definitivamente ya dudo de que alguien en su sano juicio tenga huevos de rodar una peli cuthulhiana después de semejantes desaguisado. Con lo que hubiera molado ver la historia de Charles Dexter y Joseph Cruwen…

   En fin voy a seguir ultimando los detalles de la figurita de cera de Jose Luís Alemán que me he currado. ¡¡¡Adonai Eloim, Adonai Sabaoth, Metratón on Agla, antra gnomorum, demonia almonsin, Gimor, Evan, veni, veni, veni!!!/>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Condenada a alforfones
		Recomendada por Kuato a: todos los espectadores que tengan absoluta fobia a las películas de miedo y quieran iniciar una terapia inofensiva de reinserción al género.
		No recomendada por Kuato a: los padres de J.L. Alemán si no quieren pasar por el mal rato de ser incapaces de mirar a la cara de su hijo.
		Ego-Tour de luxe por: Paul Naschy y a todo el plantel de buenos actores que aparecen en la película como muestra de apoyo para que salgan de sus casas y recuperen la profesión (perdón, Naschy, tú no).
		Atmósfera turbínea por: los productores por su completa incompetencia. Si hubieran tenido un poco de ojo se hubieran ahorrado bochorno, millones y un alma condenada para la eternidad: José Luís Alemán.

¿Desea saber más? > LA HERENCIA VALDEMAR ficha > PAUL NASCHY valhalla: La herencia Valdemar... Daninsky