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LA POSESION DE MARY crítica: Fantasma a la deriva

Terror marino de título confuso con Gary Oldman aún más confuso en La posesión de Mary

BETO

A pesar de lo que pueda parecer por su título, La posesión de Mary no es una película de exorcismos con el nombre de la chica de turno que es poseída por el demonio (Grace, Altair, Emma Evans, Mercy Black, Piper Rose, Anna Ecklund... Si parece que estamos recitando la lista de estudiantes de un instituto de secundaria, ¡demonios! -nunca mejor dicho-). No amigos, en este caso estamos entrando en el subgénero de los barcos fantasma, que dicho así, de buenas a primeras, suena muy bien.

Lo primero que nos viene a la cabeza cuando hablamos de barcos fantasmas son cascarones de tamaño considerable a la deriva como los de Virus, Leviathan, Deep rising o Barco fantasma, por nombrar a las más conocidas. Luego, en la mayoría de casos, de fantasma tienen poca cosa porque su misterio está justificado por la presencia de monstruos marinos, virus informáticos o bichos tipo Alien. Pero aún así no deja de ser una temática interesante. Michael Goi, realizador especializado en la dirección en episodios variopintos de series como Nashville, Las escalofriantes aventuras de Sabrina, o American Horror History, se pasa a la gran pantalla con un género que no le es nada desconocido.

 

"La próxima vez hacemos una comedia como Boat Trip y listos"

 

De buenas a primeras ya recibimos el primer jarro de agua fría. Mary, que es el nombre del barco en cuestión, no es más que un velero pequeñito. No llega a ser el barco de Chanquete, pero no va muy sobrado de metros de eslora, así que ya nos podemos ir olvidando de persecuciones, con moto acuática incluida, como la de Treat Williams en Deep Rising. En todo caso, nuestros referentes serán los veleros de Calma total o El peso del agua, pero con fantasmita incluido. Con una buena puesta en escena y una fotografía atractiva, mérito de Flavio Martínez Labiano, que pasó de ser colaborador habitual de Alex de la Iglesia a serlo de Jaume Collet-Serra en USA (Non-stop, Sin identidad, Infierno azul, Jungle Cruise...), nos embarcamos en busca de emociones fuertes.

La posesión de Mary está tan vacía como lo deben estar los bolsillos de Gary Oldman para embarcarse en tan pobre proyecto”

Pero La posesión de Mary tiene el problema de otras muchas cintas de terror: que en el envoltorio es interesante pero interiormente está tan vacía de ideas como lo deben estar los bolsillos de Gary Oldman para embarcarse en tan pobre proyecto. Una embarcación maldita desde hace décadas pinta bien a priori, pero con los primeros incidentes en el barco ya vemos que el guión va a dar más bandazos que los que pueda sufrir el velero en medio de una tormenta. Situaciones inconexas, diálogos soporíferos, cuatro sustos baratos de telefilm de serie B, y sobre todo, un desarrollo muy, pero que muy aburrido. No hay nada peor que una cinta de terror en la que van sucediendo hechos anormales y que, francamente, importe un pito lo que está sucediendo porque aburre.

 

"Me había parecido ver una Bat-señal..."

 

A toda película se le supone un argumento como la inocencia se le presume a un detenido antes de ser juzgado, pero en este caso no se le ve por ningún lado. El guión de Anthony Jaswinski queda difuminado, como el título de otra película con guión suyo, Vanishing on 7th. Street, que también pecaba de tener un argumento inconsistente. De hecho, su trabajo más conocido como guionista lo tenemos en Infierno azul, lo cual nos da una idea de que tramas muy complejas no podemos esperar… La posesión de Mary ni tan siquiera nos espanta con su inserción de sustos del catálogo básico, poco inquietantes hasta el punto de llegar a molestar, porque no tienen ningún sentido dentro del sinsentido de las películas de terror. Vamos de puertas que se cierran a apariciones espectrales con poca gracia, pasando por episodios de posesión temporal de los tripulantes. Todo ello deslavazado y muy tedioso.

Lo peor que le puede suceder a una película es que no se la crean sus creadores, y en La posesión de Mary esta sensación es más que evidente. Está claro que algo sucede en el barco, pero la justificación es tan superficial y tan poco desarrollada que ofende sin que esa sea su intención. Ni siquiera podemos disfrutar de un final sorpresa porque es muy evidente lo que nos tiene deparado la película al poco de iniciarse los problemas en alta mar. Y eso que ante las cámaras tenemos a dos actorazos como Gary Oldman y Emiliy Mortimer, que intentan que sus papeles no hagan aguas como los hace el resto de la película.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: los amantes del terror en distancias cortas, aunque luego el terror se convierta en horror... cinematográfico.

No recomendada por Kuato a: todo el que busque una película de exorcismos. El padre Karras no está aquí, amigos.

Ego-Tour de luxe por: la fotografía. No es lo que uno espera leer en esta sección, pero me he quedado sin balas.

Atmósfera turbínea por: ¿por qué el 99% de los fantasmas coge como referente a Sadako o Kayako? Qué poca originalidad, por favor.

 

■ LA POSESIÓN DE MARY. "Mary" (2019). Dirección: Michael Goi. Guión: Anthony Jaswinski. Reparto: Gary Oldman, Emily Mortimer, Manuel Garcia-Rul, tephanie Scott, Chloe Perrin, Owen Teague, Jennifer Esposito, Douglas Urbanski, Michael Landes, Natalie Jean, Griffin Hood. Estreno en Venusville: 26/06/2020.

 

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1 Respuesta

  1. Película ideal para las tarde de fin de semana de A3 y echarse una buena siesta en el sofá con los chillidos del viejo Oldman de fondo.

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