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PADDINGTON crítica: Stuart Bear

Stuart Little ya no es un ratoncito sino un osito con sombrero y abrigo llamado Paddington

RAY ZETA

Siempre que veo una película infantil hago el ejercicio de imaginarme viéndola de niño para discernir si me gustaría. El problema con algunas películas de esta índole, como es el caso de Paddington, radica en saber cuál es el target de edad al que va dirigido. Veamos, está claro que 12 años es demasiado. ¿10 entonces? Hummm, a mí con diez años me gustaban las pelis del oeste, de guerra y de Bud Spencer y Terence Hill, que se quedaban solos repartiendo sopapos... Bajamos la edad a 8 pues, pero a los ocho me gustaban las pelis de Tarzán, así que llegamos a los 6. Pero a los 6 me gustaban las pelis de Walt Disney, así que debe ser de 5 para abajo... ¿4 años? ¿3? ¿2? Por ahí deberá andar, puesto que la única manera que veo de que a alguien pueda gustarle esta peli es que aún no tenga pleno uso de razón y se distraiga viendo animalitos como quien ve muñequitos de peluche.

Porque lo primero que llama la atención en Paddington es la bárbara suspensión de credibilidad a la que intenta someter al espectador. Un explorador viaja a la selva del Perú y encuentra una pareja de osos tan inteligentes que aprenden conductas civilizadas como vivir en una cabaña como la familia Robinsón, cocinar como Jane y hasta hablar como aprendía a hablar Greistoke, señor de los monos. Bueno, lo compro porque Spirou y Fantasio también encuentran al Marsupilami en la selva de Palombia y también es tan inteligente que con el tiempo también aprende a hablar. Pero el contacto que tienen los osos con el explorador es muy corto, por eso no explica ni justifica que lo sepan todo, como ir a Londres en barco, o una vez allí tengan conocimiento de conceptos como “finanzas”, “astronauta” o el funcionamiento de un ordenador, por citar tres ejemplos (obviaremos que en Londres nadie se sorprenda de ver a un oso inteligente que habla).

 

"Stuart Paddington Little para servirles"

 

A partir de ahí, pura excusa para continuar la historia de la manera más burda: el oso busca una familia, la familia busca al explorador, y la villana de la función busca al oso. Villana encarnada por cierto por Nicole Kidman, que por lo que se ve no quedó del todo satisfecha con el ridículo que hizo en La brújula dorada y por eso ha aceptado este papel de Cruella de Vil de pacotilla (la Cruella de Vil de Glenn Close en 101 dálmatas sí que era una buena villana) en esta película aún peor para clavar otro clavo en el ataúd de su moribunda carrera. ¿Cuánto hace exactamente que no tiene un éxito? Al menos poco más de diez años, ya que desde que consiguiera el Oscar por Las horas, sólo le han funcionado en taquilla Cold Mountain, Las mujeres perfectas y poco más, así que debemos remontarnos al 2004… Digamos pues mejor que su carrera no está moribunda sino muerta del todo.

"Más que basarse en los relatos escritos por Michael Bond a finales de los 50, parece que este Paddington se base en las películas de Stuart Little"

El resto, ver al osito Paddington haciendo monerías (o en este caso digamos mejor “oserías”) de cara a la galería infantil, de la misma manera que en Stuart Little y en Los Piufos se explotaba también este recurso. Así, si el ratoncito Stuart Little provocaba carcajadas en el público con pañales al montarse en un patín o caer en una lavadora, y los Pitufos hacían lo propio en una tienda de chuches o en unos grandes almacenes, Paddington hace lo mismo en todo un manual de situaciones domésticas con las que crea un mini-caos que ni Mr. Bean y Frank Spencer juntos: comiendo en una cafetería, usando el baño, tomando el metro, subiendo por unas escaleras mecánicas, con cinta adhesiva, con aspiradoras, con un monopatín… (y eso que recuerden que sabe manejar un ordenador). Lo que hace las delicias de los niños y de los adultos border-lines que los acompañan.

 

"Con este ordenador central puedo eliminar mi filmografía de los últimos diez años"

 

Y es que más que basarse en los relatos escritos por Michael Bond a finales de los 50, parece que este Paddington se base en las películas de Stuart Little. Ambos son dos animales inteligentes fuera de su hábitat natural, ambos han sido humanizados al cien por cien hasta en la forma de vestir, ambos son adoptados por una familia, y ambos parece que tienen como única finalidad en la vida divertir al público que babea chupetes con sus monerías. Y otro tanto podría decirse de su parentesco con Los Pitufos y si me apuran hasta con Los Muppets, pues en estos dos casos también son adoptados en sus respectivas películas por familias clónicas a la de Paddington con el mismo objetivo. Sólo nos faltaría uncross over de Paddington con Stuart Little, tal como ahora quieren combinar Men In Black con Jump Street, con pitufos y teleñecos como artistas invitados, y ya tendríamos el show completo.

Y en cuanto a los efectos especiales que permiten que Paddington comparta pantalla con personajes de carne y hueso, éstos están a medio camino entre la digitalización y la animación. No está tan digitalizado por captura de imagen como el Gollum o el simio César, ni tampoco tan animado como el oso Yogui. Tal como digo está en un entremedio aunque la sensación sea más de dibujito que de personaje real. En 1988, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? nos dejó a todos con la boca abierta por la técnica que utilizó para combinar personajes reales con animados. 25 años después, Paddington nos dejará indiferentes. El osito es muy mono, pero no tanto como para hacernos olvidar la adaptación de cualquier cartoon de la Warner Bros. o de Hanna-Barbera. Eso sin contar que para ositos tiernos, dulces y melosos, ya tenemos a Winnie the Pooh.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

Recomendada por Kuato a: público de 5 años de edad. No, esperen, de 4... O mejor de 3... O casi mejor de 2...

No recomendada por Kuato a: quien sepa construir una frase con "oso", "juega" y "pelota". "El oso juega con la pelota", por ejemplo.

Ego-Tour de luxe por: el prólogo del explorador. Habría preferido que toda la película hubiera ido sobre él, más que sobre el osito protagonista.

Atmósfera turbínea por: Nicole Kidman, que ya ni me acuerdo de la última buena película suya. Mmmmm... Nada, que no me viene a la cabeza ninguna.

 

PADDINGTON. Estreno en Venusville: 09/01/2015

 

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