Categorías

SITGES 2018 crónica 8: Para presumir hay que sufrir

Kasane -Beauty and Fate-; Anon; In Fabric; Halloween

CHEMA PAMUNDI

John Carpenter en vivo en el Auditori. No hay mejor manera posible de acabar un festival de Sitges. Lleno hasta la bandera para asistir no a un concierto musical, sino más bien a una misa oficiada por el que acaso sea el mayor demiurgo del cine fantástico del último medio siglo; y lo es porque ningún otro director que arrancase su carrera en los 70 y que siga vivo mezcla una combinación de componentes igual que la suya: pionero que revolucionó y modernizó el lenguaje del cine de género aplicándole todo lo que había aprendido mamando cine clásico (no en vano en sus inicios le llamaban el “John Ford de la serie B”); director de títulos malditos que fueron machacados en su estreno y que décadas después se consideran obras maestras inimitables (nadie fue a ver en su día La Cosa o Golpe en la pequeña China, pero actualmente se siguen publicando juegos de tablero sobre dichos filmes); y, encima, compositor de la mayoría de bandas sonoras de sus propias obras, una colección de melodías minimalistas, repetitivas y llenas de atmósfera que han influido a artistas tan diversos como Ennio Morricone (que copió directamente su estilo en el score de La Cosa) o Daft Punk. Bueno, pues Carpenter nos ha dado una clase magistral de mojo sobre un escenario, más intensa si cabe que la que ofreció hace dos años en el Primavera Sound, porque el Auditori es un mejor marco para su música y porque el público asistente era 100 x100 su público natural. Una platea llena de nudos en la garganta.

 

SITGES 2018

John Carpenter, el puto amo

 

Carpenter ha repasado los temas principales de su avasalladora filmografía (1997... Rescate en Nueva York, La noche de Halloween, Asalto a la comisaría del distrito 13, La niebla, El príncipe de las tinieblas...) así como varios cortes de "Lost Themes" y "Lost Themes II", los dos notables trabajos de estudio que ha publicado en los últimos años (a una edad en la que muchos realizadores han abandonado ya toda actividad, la música ha dado a Carpenter un vehículo creativo que puede explorar a sus anchas y a su ritmo, sin presiones ni dolores de cabeza), y que conectan con sus composiciones anteriores hasta el punto de que parecen pertenecer a largometrajes que simplemente están esperando a que alguien los filme. Durante hora y cuarto, flanqueado por una banda excelente (la traslación de los temas al directo, a un concepto estándar de guitarra, bajo, batería y teclados, es perfecta), y una pantalla que iba ilustrando la música con imágenes de cada película, resumida de manera tan milimétrica que incluso se evitaban los spoilers, Carpenter ha hecho que la definición coloquial de “puto amo” cobrase una nueva dimensión. Sitges 2018 será ya para siempre “el año del concierto de Carpenter”.

Pero bueno, aparte de eso hoy he visto cuatro películas más. Mis cuatro últimas del festival:

 

KASANE -BEAUTY AND FATE- (Yuichi Satoh, Japón, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Una de las particularidades que más me alucinan de la cinematografía japonesa es su capacidad para tejer tramas que, cuando las cuentas en una sinopsis parecen ridículas, pero que luego vistas en pantalla no sólo funcionan a un nivel básico de narrativa, sino que hilvanan un discurso metafórico impecable. Hagamos la prueba con esta Kasane -Beauty and Fate-, resumiendo mucho: tenemos a dos chicas jóvenes y de físico muy similar. Una de ellas, Kasane, sueña con hacerse actriz pero tiene una enorme cicatriz en la cara por un corte que sufrió siendo niña; la otra, Nina, ya es una actriz de cierto recorrido pero padece una rara enfermedad que la hace tener súbitos desmayos de los que puede tardar semanas enteras en recuperarse. La primera tiene un pintalabios mágico (sí, LOL), herencia de su madre, que le permite intercambiar la cara con otra mujer a la que bese en la boca justo después de habérsela pintado con él. Los efectos duran doce horas y luego se revierten. Las dos chicas se conocen y llegan al acuerdo de usar el pintalabios para intercambiarse las caras. De ese modo, Kasane se hará pasar por Nina y podrá interpretar su obra de teatro sin que nadie sospeche, mientras la auténtica Nina descansa para no sufrir más desmayos.

 

SITGES 2018

"No te preocupes por la cicatriz que peor está el jeto de Deadpool"

 

Como decía, ridículo, ¿no? Pues el resultado es un drama tremebundo sobre el precio del éxito, la hipocresía y el equilibrio entre ser uno mismo y ser lo que los demás esperan de ti. Porque claro, resulta que Kasane tiene más talento que Nina sobre el escenario, y que a Nina empieza a no bastarle con el reconocimiento público por persona interpuesta. Ahí estallan los celos y se desata el drama. Kasane -Beauty and Fate- es un thriller psicológico en la onda de Cisne negro o The Neon Demon pero más contenido, de considerable carga emocional y con unas interpretaciones sobresalientes de su pareja de protagonistas, cada una de las cuales encarna de manera perfecta dos papeles simultáneos (las dos son a ratos Nina, y a ratos Kasane), con personalidades muy distintas pero que acaban siendo absolutamente reconocibles para el espectador con una simple sonrisa o una caída de ojos. El operístico clímax final, situado como no podía ser de otro modo durante una noche de estreno y que aprovecha la obra representada, "Salomé", como metáfora del conflicto que están viviendo Nina y Kasane, es la guinda del pastel para una película que marqué en mi parrilla simplemente para rellenar el último día de festival, y que me ha dejado del revés.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

ANON (Andrew Niccol, Reino Unido, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Anon parte de una idea interesantísima: en un futuro cercano, la tecnología de visión aumentada, con grabación automática de cualquier cosa que vemos, se ha convertido en la norma. Todo el mundo la lleva instalada de serie. Lo cual significa que, por ejemplo, puedes buscar en tu memoria visual un recuerdo concreto que quieras volver a ver, o que la policía puede “conectarse” a la mente de cualquier ciudadano para resolver un crimen basándose en lo que sus ojos han visto. Por desgracia, esa ideaza de partida se desperdicia en una insípida trama techno-noir, con un Clive Owen adormilado haciendo de detective estilo Humprey Bogart del futuro, y Amanda Seifried haciendo de mujer fatal de rebajas, ataviada como si hubiera tenido que improvisar un cosplay de Lisbeth Salander con una peluca y un abrigo negro que tenía por casa. La cosa está rodada casi por entero en espacios urbanos semivacíos y de tonos apagados, que quieren transmitir (supongo) angustia distópica estilo Black Mirror, pero que sólo consiguen amplificar el aburrimiento del espectador.

 

SITGES 2018

"Mi intención era repetir el éxito de Hijos de los hombres, pero ya veo que no"

 

Y bueno, parece que alguien está matando a alguien, previo hackeo del sistema de visión de las víctimas para no dejar rastro, y hay que investigarlo y tal. De aquí podría haber salido una película potente de verdad, porque hay algo muy escalofriante en el asunto de que la rutina del protagonista consista, básicamente, en estar horas y horas sentado en un despacho videando recuerdos ajenos para encontrar en ellos pistas criminales (o sea, renunciando a su propia vida para ejercer de espectador de la de los demás). Por desgracia la dirección de Andrew Niccol es desganadísima, gélida en el mal sentido (parece mentira que sea el mismo director que nos puso el corazón en un puño con Gattaca; pero claro, de eso hace ya 20 años). Hay un momento de Anon en que Clive Owen se tiene que poner a disparar con los ojos cerrados para evitar que le hackeen la vista, y de repente resulta que tiene más puntería que Daredevil. Mira, con eso me he reído. Con lo demás no. Lo demás es un tostón recalentado de Minority Report al microondas.

 

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

 

IN FABRIC (Peter Strickland, Reino Unido, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

In Fabric está formada por dos episodios entremezclados, con el nexo de unión de un vestido de color rojo que parece estar maldito o poseído por alguna entidad maligna, pues deja una estela de muerte y horror allí por donde pasa, ya sea causando terribles llagas y sarpullidos a quien se lo pone o dando lugar a accidentes domésticos potencialmente letales. Esta es una película dominada por mujeres peculiares, de presencia física y personalidad rotundas, como ya lo era la sensacional The Duke of Burgundy. También está trufada de simbolismos tirando a opacos, en los márgenes del terror psicológico, como Berberian Sound Studio. De las tres cintas dirigidas por Peter Strickland hasta la fecha es la mayor en cuanto a ambición experimental, pero la menor en cuanto a resultados.

 

SITGES 2018

"Un vestido mágico y sin necesitad de conjurar el 'treguna mecoides trecorum satis dee'"

 

Visualmente In Fabric es un hervidero de imaginería vintage en todos los apartados, desde la fotografía hasta el vestuario y los decorados; un acercamiento al esteticismo europeo de directores como Dario Argento mucho más sugerente que, por ejemplo, el estomagante remake de Suspiria que vimos en la primera jornada del festival. Tomada como una sucesión de momentos locos, surrealistas, es una puñetera pasada, además de ser la única película de Strickland en la que te puedes reir a carcajada limpia. Por ejemplo, todas las escenas que tienen lugar en los grandes almacenes donde se vende el vestido son crema pura, con esa dependienta/encargada que habla utilizando frases de lo más rebuscadas (rollo “las tallas no son más que una percepción relativa”) y una puesta en escena más cercana a una mansión vampírica de los Cárpatos que a una boutique de moda.

Sin embargo, el conjunto podría estar un pelín mejor cosido: la trama es poco más que un episodio de The Twilight Zone estirado, y las puyitas de fondo al consumo de ropa como placebo femenino para disimular inseguridades no dejan ninguna reflexión demasiado reveladora. Aún así, In Fabric se disfruta aunque no te lo propongas porque es bonita de ver, tiene ratos muy divertidos y utiliza con inteligencia lúdica los resortes típicos del cine de terror barato. Seguimos estando ante un realizador con una propuesta única en el panorama actual. Tenemos que cuidar mucho a Peter Strickland, porque no hay dos como él.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

HALLOWEEN (David Gordon Green, EUA, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Tras habernos tragado diez películas de la saga Halloween, ¿qué le podemos pedir a la número 11? ¿Que no apeste? Porque, de verdad, salvando la original, ninguna de las otras fue nunca demasiado defendible, con la posible excepción de Halloween III, que tomaba un desvío para contar una historia de brujería sin nada que ver con el psycho-killer Michael Myers (el fracaso de taquilla fue tal que en Halloween IV volvieron a lo de siempre). Por tanto, no podemos crearnos expectativas demasiado elevadas. Nos damos por contentos con que tenga el habitual muestrario de lugares comunes (si acaso, con una vuelta de tuerca que les dé frescura), algo de meta-narrativa (esos guiños a las otras películas que tanto disfrutan los fans), muertes contundentes y un Michael Myers que haga gala de su inefable don para aparecer por sorpresa donde menos te lo esperas y acuchillarte la giba (hay que ver lo que le gusta un armario a este hombre).

 

SITGES 2018

"Lo bueno de llevar careta es que rejuvenece más que la crema Oils of Life"

 

Halloween empieza perezosa, imitando demasiado (y sin demasiada gracia) los patrones del título original, pero va cogiendo velocidad a medida que avanza y termina con una última media hora muy molona, con buenos asesinatos, un ritmo trepidante, giros sorpresa bastante majos y la “versión al revés” de algunas escenas míticas del filme de Carpenter (esta vez es Laurie quien parece tener más vidas que un gato, para la sorpresa del propio Michael Myers). Queda un poco rara la decisión de que la peli sea un “semi-reboot” de toda la saga, una secuela directa del filme de 1978 como si los Halloween del 2 al 10 (incluidos los dos que perpetró Rob Zombie) no hubiesen sucedido nunca. Especialmente porque la mayoría de personajes que la protagonizan sí que se comportan como si toda esa mitología existiese, como si el antagonista fuese una fuerza de mal absoluto cuasi-sobrenatural y no un simple psicópata que 40 años atrás se cargó a cinco personas (en esta cinta diría que triplica dicha cifra). Además, los últimos planos son un tanto atropellados y equívocos, hasta el punto de que casi todo el público se ha mantenido en sus butacas esperando una escena post-créditos que les aclarase si aquello era el final-final de la serie (yo diría que no) o el comienzo de una línea alternativa de secuelas (yo diría que sí).

Pero todo eso no debe desviarnos de lo importante; y lo importante es que estamos ante la primera continuación digna que ha tenido la obra maestra de John Carpenter en cuatro décadas. Un “back to basics” que se deja de experimentos y va por faena con un guión sencillo pero bien escrito, una dirección firme y elegante, y una Jamie Lee Curtis mega-jefa. Volviendo a la pregunta inicial, ¿qué le pido a la película número 11 de la saga Halloween? Pues exactamente lo que me ha dado esta.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

SITGES 2018

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario