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SITGES 2021 crónica 8: Destino final

El páramo; Prisoners of the Ghostland; Sound of Violence; The Green Knight

CHEMA PAMUNDI

El último sábado de festival es un día raro, porque Sitges no se acaba de manera paulatina sino de sopetón. El viernes aún estás viendo películas que compiten en las diversas secciones oficiales, y de pronto el sábado a media mañana se hace público el palmarés, dedicas el resto del día a ver los tres o cuatro títulos fuera de concurso que te han quedado pendientes, te despides de todo el mundo y para casa.

El sábado está bañado en una cierta melancolía, porque querrías pasar una semana más haciendo lo mismo, aunque eres consciente de que posiblemente no aguantarías el ritmo. Ayer de camino al Auditori me encontré con dos colegas, uno que iba al Retiro y otro que iba al Prado. Nos paramos a hablar, y los tres fuimos incapaces de recordar qué íbamos a ver, mezclando los títulos de Here Before, She Will y After Blue sin saber muy bien cuál era cuál. Estamos ya todos que se nos sale el cine por las orejas.

Además, no hay motivos para lamentarse sino todo lo contrario: este sábado en concreto deja un buen sabor de boca, porque se han levantado las restricciones pandémicas y se ha podido poner a la venta el resto del aforo para las sesiones que aún quedaban. Incluso, se ha programado una maratón de madrugada. Las salas de cine vuelven a estar llenas y Sitges, de una vez por todas, vuelve a ser el festival que todos recordábamos. No se me ocurre un final más feliz a esta historia.

A continuación, mis cuatro últimas reseñas de Sitges 2021. Mañana, artículo de cierre y palmarés.

 

EL PÁRAMO (David Casademunt, España, 2021)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

En la España del siglo XIX, una familia formada por una mujer, un hombre y un niño viven en una cabaña perdida en medio de la nada, a la que se mudaron para aislarse de la guerra. Allí han logrado encontrar la tranquilidad que buscaban, pero dicha tranquilidad se esfumará por completo cuando empiecen a verse acechados por una bestia que ronda la casa por las noches y parece alimentarse de sus miedos.

En realidad vi El páramo en los primeros días de festival, y hasta el último momento he estado dudando de si reseñarla o no; en parte por si acababa viendo algo mejor, y en parte porque sabe mal darle caña a una obra que claramente está hecha con mimo. El director y coguionista David Casademunt afirma que esta película, con la que debuta tras la cámara, tiene un poso autobiográfico, ya que habla sobre sus propios miedos de infancia. Me parece la mar de bien, en cualquier disciplina artística es un ejercicio recomendable intentar crear a partir de lo que uno conoce. Ahora bien, eso no significa que la obra en cuestión reciba un aura automática de protección que la blinde ante cualquier reproche; y a El páramo, autobiográfica o no, hay bastantes defectos que reprocharle.

 

"Me ofrezco para el remake español de Rápida y mortal"

 

Para empezar, más que un ensayo sobre el miedo parece una tesis sobre el aburrimiento. Durante la hora central su trama no avanza, perdida en repetir la misma situación una y otra vez, siempre con idénticos elementos solo que ligeramente cambiados de orden: bronca a gritos entre el niño y la madre, un ruido amenazador o una sombra misteriosa, carreras por la casa, el niño que mira por la ventana y no ve nada raro, la madre que pega cuatro tiros de escopeta y no le acierta a nadie, etc. En segundo lugar, la evolución del personaje de la madre, que es quizás el principal peso dramático de la función, es tan brusca que no se entiende del todo.

También se echa en falta que no se le saque más partido a la casa, el escenario donde sucede mayoritariamente la acción (no tienes “sensación espacial” de conocértela, ni es todo lo claustrofóbica que podría ser). Pero el principal pecado de El páramo es que no da ningún miedo. Una cosa es mantener el factor terrorífico como algo misterioso y otra es hacerlo tan difuso que no asusta, porque ni siquiera sabes de qué se supone que te tienes que asustar; y cuando por fin aparece el bicho en pantalla, durante el tramo final, es un muñeco de lo más evidente, sin apenas otra movilidad que avanzar y retroceder como si fuera sobre ruedas (que, de hecho, posiblemente sea así).

No todo es negativo en El páramo, cuidado. La fotografía es excelente, la puesta en escena es sencilla pero efectiva y las interpretaciones de Inma Cuesta y Roberto Álamo están bastante bien (la del niño, Asier Flores, ya es más justita). Pero se queda a muchísima distancia del peliculón de terror psicológico estilo M. Night Shyamalan que su autor está convencido de haber hecho.

 

Venusentencia: Dos Caras Harvey

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PRISONERS OF THE GHOSTLAND (Sion Sono, EUA, 2021)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

En un futuro distópico con tal mezcla de elementos que parece Port Aventura en temporada alta, un ladrón de bancos es capturado por un cacique de traje blanco y sombrero tejano que se hace llamar “El Gobernador”, para que le traiga de vuelta a su hija Bernice, que se ha escapado de casa y está oculta en algún rincón de Ghostland, un lugar lleno de espíritus malignos o yo qué sé. Para convencer al protagonista de que cumpla su misión, le obligan a ponerse un mono de cuero cargado de explosivos que detonarán y le volarán los huevos (literalmente) si intenta escapar o propasarse con Bernice.

Es de locos que una película de acción postapocalíptica que mezcla sin rubor alguno pistoleros de western, samurais, venganzas, ciberpunk, fantasmas, mutantes radiactivos, geishas disparando una ametralladora Gatling, Nicolas Cage y la explosión de un testículo, acabe siendo uno de los mayores ejercicios de aburrimiento de todo el festival. Pero eso es lo que ocurre cuando un director como Sion Sono, en su primera película rodada específicamente para el público anglosajón, se piensa que ha creado una mitología tan flipante que da igual lo que haga con ella, se coloca de espaldas al público y se enreda en una mala imitación del estilo de Quentin Tarantino, con una sucesión de larguísimas escenas de supuesto crescendo, saturadas de mediocres diálogos, explicaciones interminables (en una de esas escenas, nos muestran literalmente una serie de dibujos para que lo entendamos todo mejor) e interpretaciones ridículas; y no, no en el sentido jocoso del término “ridículo”.

 

"Duelo final con katanas, y yo con mi chándal amarillo en la lavadora"

 

Prisoners of the Ghostland pedía a gritos un ritmo alto, escenas de acción inverosímiles, un festival de muecas de Nicolas Cage y mucha autoparodia (que solo está presente en la escena en la que el héroe decide aparcar su cochazo para irse a cumplir la misión en bicicleta). En lugar de eso, sus pretensiones de cine autoral y masturbación épica a ritmo de taca-taca, dejan al desnudo todas sus carencias, sus ridiculeces de guion y sus saqueos a películas mucho mejores que ella, desde Mad Max hasta 1997: Rescate en Nueva York. Qué manera de tirar el dinero; el de los espectadores y el que costó la película, que viendo su diseño de producción no debió de ser poco (ocho productoras se han tenido que juntar para hacerla; ocho). Vamos a intentar hacer ver que no la hemos visto y que Sion Sono aún no ha debutado en Hollywood, porque madre mía…

 

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

 

 

SOUND OF VIOLENCE (Alex Noyer, EUA, 2021)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

En Sitges 2021 todo está siendo giallo. Yo no sé qué ha pasado (quizás es influencia del remake de Suspiria, aunque tampoco me pareció en su momento que hiciese tanto ruido), pero de repente parece ser la corriente estética y narrativa de moda en el cine de terror; y de todo el giallo que hemos visto en estos diez días de festival, quizás la muestra más pura sea esta Sound of Violence, película que triunfa en algunos aspectos, tropieza en otros, y en conjunto deja una sensación agradable sin llegar a ser una obra que se nos vaya a grabar en la memoria.

Alexis es una profesora asistente de música en la facultad, que en sus ratos libres ejerce de DJ y crea música experimental, lo cual tiene mérito teniendo en cuenta que, cuando era niña, padecía una sordera que le remitió al hacerse mayor, aunque le vuelve de cuando en cuando. Lo que también le ocurrió cuando era niña fue que vio cómo su padre asesinaba a su madre y, al golpearle en la cabeza con una maza de cocina, descubrió la loquísima idea que da a Sound of Violence su centro de gravedad dramático: Alexis puede “ver” ciertos sonidos relacionados con la violencia y el dolor ajenos. Los percibe como unas nubes de luces psicodélicas que la hacen entrar en un estado de éxtasis cuasi orgásmico. Ya de adulta, Alexis se ha enganchado por completo a esta sensación, y se dedica a torturar y matar gente para fliparlo con los sonidos resultantes, y ya de paso tratar de crear con ellos la obra de arte sonora definitiva.

 

"Mis sonidos favoritos son los del Hombre Ruido de Loca academia de policía "

 

Las partes más locas de Sound of Violence, como sus crímenes ultracafres (en uno de ellos, Alexis ata a un vagabundo a un dispositivo lleno de martillos y cuchillas, que se activan y lo van machacando a medida que ella toca música en un teclado), los raptos de trance lumínico o su final absolutamente ido de la olla, la redimen de un desarrollo algo convencional, llevado por una investigación policial tan postiza que se podría haber eliminado por completo del guion y la película incluso mejoraría. También se echa en falta una exploración más en profundidad de la obsesión creativa de la protagonista y su racionalización de la chifladura, pero esto no es El fotógrafo del pánico sino una obra bastante más ligera, y como tal hay que tomarla porque lo cierto es que resulta la mar de divertida. A Dario Argento no solo le gustaría, sino que posiblemente incluso le produciría cierta envidia.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

THE GREEN KNIGHT (David Lowery, EUA, 2021)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Sir Gawain (Dev Patel, en un papel que debería marcar un antes y un después en su carrera) es el sobrino del Rey Arturo y la Reina Ginebra, e hijo de la bruja Morgana (supongo, porque no se la menciona por ese nombre en ningún momento de la película). A los postres de un banquete navideño de la Mesa Redonda, aparece por la puerta una especie de hombre árbol enfundado en armadura de caballero, y lanza el desafío de que cualquiera de los presentes le golpee. Quien lo haga se podrá quedar con su hacha, que tiene pinta de ser bastante poderosa, pero a cambio deberá aceptar que, justo un año más tarde, el Caballero Verde le propine exactamente el mismo golpe que haya recibido. Sir Gawain, buscando impresionar al rey, se viene arriba y decapita al Caballero Verde de un golpe limpio. Ups. Ay Gawain, la que te espera de aquí a un año…

Tras la cotidianeidad intimista de la maravillosa A Ghost Story, David Lowery se ha ido al otro extremo del espectro con una adaptación semilibre del romance medieval "Sir Gawain y el caballero verde", es decir una historia sobre personajes mitológicos “más grandes que la vida”. Sin embargo, en realidad sigue hablando de los mismos temas que en su anterior cinta: el destino, los estragos del tiempo y el autoengaño. Quien espere aventuras artúricas, que se vaya calzando, porque The Green Knight no podría estar más alejada de la épica. Tanto visualmente como en lo tonal, está mucho más cerca de Campanadas a medianoche o El manantial de la doncella que de Excalibur. Densa, excesiva, compleja, surrealista, alucinada y preciosa.

 

"Espero que al verme de esta guisa, nadie piense que estamos en Airbender 2"

 

Con los niveles de cansancio físico que uno arrastra tras 10 días y 50 películas a las espaldas, es difícil dar una opinión honesta acerca de una obra tan exigente y “rica en fibra” como esta, que no tiene héroes, no tiene acción, no tiene explicaciones diáfanas para todo. Lo que sí puedo asegurar es que su ritmo pausado, su fotografía orgánica (con una utilización flipante de recursos como los giros de 360º), su narrativa episódica (el grueso de la película son los encuentros que va teniendo Gawain de camino a reencontrarse con el Caballero Verde para cumplir lo pactado) y sus interpretaciones te hipnotizan. Algunos de sus pasajes, y en especial sus últimos diez minutos, contienen de largo el cine más despampanante que se ha visto en Sitges 2021. Es un drama que The Green Knight no se vaya a estrenar en cines en España, pero el 28 de octubre llega a Amazon Prime y ahí voy a estar para pedir un segundo plato.

 

Venusentencia: Venus Hall of Fame

INF VNV 5

 

SITGES 2021

 

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