SITGES 2023 crónica 1: El festival de los líos

Hermana Muerte; The Childe; Suitable Flesh; En attendant la Nuit + We Are Animals

Hola y bienvenidos a las crónicas sitgeras de Diario de Venusville, que de nuevo tratarán de cubrir el mejor festival de cine fantástico y de terror del mundo, en todas sus luces y sus sombras. Tanto las cinematográficas (que es donde suelen brillar la mayoría de las luces) como las de organización (que a menudo es donde se extienden las sombras).

En este 2023 venimos a Sitges con la misma ilusión de siempre, pero con las pilas ya medio gastadas, debido a la carga mental que ha supuesto todo el proceso de acreditarnos. Este es un asunto con el que cada año suele haber cierto lío, pero hay que decir que en la presente edición los responsables del evento han puesto el listón a un nivel de descoordinación, caos, errores informáticos y mala comunicación que parece difícil de superar. La buena noticia es justamente esa: que a partir de aquí solo podemos ir a mejor (supongo, vamos).

Las claves del problema han sido la renovación completa del equipo de prensa del festival, con recorte de plazas incluido, y una política más restrictiva a la hora de conceder acreditaciones. Esto segundo no me parece mal, porque siempre he dicho que venir acreditado a Sitges debería justificarse mínimamente (escríbete aunque sea un artículo en tu blog, colega, que te estás zumbando 40 pelis por la cara), pero el empeño del departamento de prensa en estudiar caso por caso el aluvión de peticiones llevó al colapso de todo el sistema en pocos días. Resultado: algunos recibimos nuestras acreditaciones tardísimo, a solo 24 horas de que se cerrara el plazo para pagarlas (que tuvo que ser prorrogado, aunque de esto solo te informaban si les llamabas preguntándolo explícitamente) y a 48 horas de que empezase el proceso de selección de tickets para las sesiones.

Eso sin mencionar que también tuvimos que reclamar porque nos entregaron tipos de acreditación equivocados, o que la web para conseguir los tickets se colgó masivamente y hubo gente que no pudo entrar (sí, hubo bastantes acreditados que en un principio se quedaron sin tickets, o sea que solo podían ver las sesiones despertador de las 8 de la mañana, para las que la prensa tiene entrada libre). Ah, ¿y lo de la letra “L” no os lo he contado? Hostia, esto es muy bueno: por lo visto resulta que, debido a OTRO error informático, se borraron del sistema todos los acreditados cuyo apellido empezaba por “L”. Supongo que en el departamento de prensa se dieron cuenta del desastre cuando vieron que les escribían todos los López reclamando su acreditación.

Sitges 2023 al rojo vivo

Una vez ya en Sitges, el vía crucis ha seguido desarrollándose, con algunas acreditaciones (como por ejemplo la mía) a las que les ha fallado el QR al tratar de entrar a las sesiones del primer día, lo cual ha implicado tener que ir corriendo a la sala de prensa a que te solucionasen el problema antes del inicio de la película (eso, claro, si estabas en el Auditori o la sala Tramuntana, que tienen la zona de prensa al lado; en cambio, si el marrón te sucedía en el Retiro o el Prado, que están a un cuarto de hora andando del hotel Melià, dependías de que los de la puerta del cine demostrasen caridad cristiana y te dejaran pasar).

Yo, la verdad, me resisto a darle cera por todo esto a Victor Esquirol, el nuevo jefe de prensa del Festival, que ha tenido que escuchar bastantes exabruptos estos días y que debe de haber vivido un estrés que no se lo deseo a nadie. Creo que ha sido víctima de un sistema que sencillamente requería más medios, y que hay que apuntar más arriba de él para señalar responsables. Precisamente alguien de prensa nos comentaba “Mira, esto sale adelante porque todos le ponemos muchas ganas, porque si no…”

Pues eso. Un certamen como Sitges debería salir adelante porque dispone de los recursos necesarios para ello, no porque quienes trabajan en él se sobreesfuerzan hasta acabar tarumbas tratando de tapar carencias; y pondré un ejemplo muy tonto de dichas carencias, con el que me he topado hoy: ¿qué sentido tiene que la sala de prensa abra a las 10 de la mañana, si las sesiones de prensa empiezan a las 8:15? O sea, que si en la sesión de las 8:15 tienes algún pollo con tu acreditación, estás bien jodido, porque te vas tener que esperar casi dos horas a que llegue alguien para atenderte, y es más que probable que te acabes perdiendo también la sesión de las 10. Eso sí, las taquillas de público las abren a las 9, no sea que dejemos de vender una entrada a algún madrugador loco…

Oye, pues qué a gusto me he quedado. Ahora que he hecho limpio, ya sí que podemos empezar con Sitges 2023:

HERMANA MUERTE (Paco Plaza, España, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Tenía más expectativas con Hermana Muerte por el hecho de que fuera la nueva película de Paco Plaza tras la fabulosa La abuela, que por el hecho de que fuera precuela de Verónica, cosa que a priori me parecía bastante innecesaria. Pues jackpot: decepción porque no le llega a La abuela ni a la suela de las alpargatas, y confirmación de que una precuela de Verónica no hacía puñetera falta. La acción se sitúa en los años posteriores al fin de la Guerra Civil Española, en un convento transformado en escuela para niñas al que llega a dar clases una novicia que, según cuentan, una vez vio a la virgen (aunque ella no está tan segura de si era la virgen… u otro personaje). Ya desde la primera noche la muchacha experimenta diversos poltergeists, teleplastias y otras mierdas fantasmales, que le hacen deducir que en ese lugar pasan cosas con las que se podría llenar una temporada entera de “Cuarto Milenio”.

Hermana Muerte es una obra de estupenda puesta en escena e inspirada dirección setentera, pero también de interpretaciones algo sobreactuadas, guion sobredialogado y ritmo errático en su primera mitad. En cuanto al elemento terrorífico, lamentablemente se deja llevar por ese cine de espíritus/demonios rebuscados que directores como James Wan han acabado convirtiendo en una auténtica turra, en el que todo son puzzles sobrenaturales que hay que ir resolviendo, como en una gimcana, para descubrir la solución a la maldición de turno.

"Hoy aprenderemos cómo acreditarnos en el Festival de Sitges sin infartos"

Que si la silla que se cae sola es porque tal, que si el dibujo del ahorcado en la pared significa cuál, que si los mazapanes que prepara la monja cocinera simbolizan no sé qué, que si cuando aparece tu nombre escrito en la pizarra es que te va a caer encima un piano de cola… El problema de este tipo de terror, en mi opinión, es que se ha vuelto tan formulaico que apenas asusta mientras se está desarrollando, y deja de asustar ya del todo en cuanto se atisba la explicación de su misterio.

Eso por no mencionar los momentos de sobresaltos efectistas y gratuitos que afean la coherencia de la historia (hay uno en un confesionario que, o yo no lo he entendido, o es que realmente está puesto por la cara y no tiene pies ni cabeza). Al guion de Hermana Muerte solo lo salva su potentísimo clímax (único momento en el que se nos propone algo ocurrente, que no parece sacado de una plantilla estándar) y el epílogo que la conecta con Verónica. Pero lo primero no redime los 90 minutos de tenue aburrimiento que lo preceden, y lo segundo… pues vuelvo a lo dicho al principio: ¿para qué?

Venusentencia: Dos Caras Harvey

THE CHILDE (Park Hoon-jung, República de Corea, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Marco es un joven boxeador “kopino” (mestizo entre coreano y filipino, una etnia al parecer bastante denostada por las élites coreanas), que está desesperado por lograr la pasta necesaria para pagar la operación a vida o muerte de su madre. Una de las principales bazas que tiene es encontrar a su padre, un coreano rico al que nunca llegó a conocer porque abandonó a su madre antes de que Marco naciera. Sin embargo, cuando por fin da con él y se dispone a conocerlo, empiezan a aparecer por todas partes asesinos que intentan matarlo. ¿Qué hostias está pasando aquí?

El cine negro de acción surcoreano tiene un índice de acierto altísimo, y The Childe es la enésima muestra de que esta gente ha dado con algún tipo de fórmula magistral. La película arranca lenta, porque debe plantear cierto trasfondo dramático para que nos alineemos con el desdichado protagonista, y porque parte de la gracia está en jugar al despiste, sin explicarnos durante bastante rato de qué va exactamente la trama (Marco no entiende por qué le persiguen, y nosotros aún menos). Sin embargo, cuando por fin descubres la sorpresa que se oculta tras las bambalinas, es como una descarga de electricidad a la que siguen 40 minutos finales que son un absoluto locurón.

"Esto, por no confirmar la acreditación hasta el último día"

The Childe tiene carisma, personajazos secundarios (el “hitman” de modales impecables y cinismo ultracool que persigue a Marco es tan cojonudo que merecería secuela propia), persecuciones que no quieres que terminen pese a su duración absurda, tiroteos múltiples en habitaciones demasiado pequeñas y un equilibrio ideal entre thriller y comedia. Lo que no tiene es quizás un protagonista excesivamente carismático, porque Marco y sus circunstancias acaban diluyéndose como un mero engranaje necesario para que la trama avance a un ritmo cada vez más frenético.

Marco es el macguffin que permite al director Park Hoon-jung dejarnos patitiesos con lo que realmente le interesa: montar un torbellino de caos, mamporros y giros sorpresa hasta desembocar en un climático “duelo a la mexicana” que parece una alucinada mezcla entre Succession y Kill Bill, si es que tal cosa es posible. Total, que esto es un peliculón y ya está.

Venusentencia: Copas de yate

SUITABLE FLESH (Joe Lynch, EUA, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Suitable Flesh narra las desventuras de Elizabeth Derby (Heather Graham), una psiquiatra que acepta tratar fuera de horario a un nuevo paciente con síntomas de desdoblamiento de personalidad. Nunca debió hacerlo, pues en realidad lo que le ocurre al tipo es que está poseído por el espíritu de un hechicero, que conoce un ritual mágico para ir saltando de cuerpo en cuerpo y, de ese modo, vivir eternamente. Pronto, Elizabeth será otra más de sus víctimas, viéndose metida en una ensalada de asesinatos y cambios corporales que deberá resolver antes de volverse loca, perder su cuerpo definitivamente… o las dos cosas.

La película, que empezó a gestarse hace bastantes años como un proyecto de Stuart Gordon (Re-animator, From Beyond…) y que tras su fallecimiento ha sido completada por Joe Lynch, adapta el relato de H.P. Lovecraft “La cosa en el umbral”. Se trata de una adaptación muy libre, ojo, en la que se han respetado elementos canónicos como la ambientación en la ficticia ciudad de Arkham y en el hospital Miskatonic o la vinculación con el horror cósmico de los mitos de Cthulhu, pero se ha modificado casi todo lo demás, llevando la historia a la actualidad y añadiéndole un mejunje de reflexiones de género fluido, sexo kinky, virutas de gore y comedia y en general muy poca vergüenza.

"La próxima vez que tengas un problema, llama al jefe de prensa directamente"

El resultado es “bueno”, y con las comillas en “bueno” me refiero a que Suitable Flesh está filmada con el mismo mal gusto de puesta en escena e iluminación que un telefilm romántico alemán de sobremesa, y que el guion cambia las reglas de funcionamiento del hechizo de transposición corporal según le viene en gana, pero que en conjunto es divertida y gamberra (incluso cuando no lo pretende), y que tiran de ella dos REINAS como Heather Graham y Barbara Crampton en sendos papelones. Es la monda ver, sobre todo, los disparatados cambios interpretativos de Graham según si su cuerpo está ocupado por la Dra. Derby o por el villano. La expresión “placer culpable” se inventó para definir obras como Suitable Flesh. Te ríes con ella y también de ella, y las dos cosas están guay.

Venusentencia: Dos Caras Harvey

EN ATTENDANT LA NUIT (Céline Route, Francia y Bélgica, 2023) + WE ARE ANIMALS (Thijs Bouman, Países Bajos, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Renovar con éxito el cine de vampiros se ha vuelto una tarea casi imposible, y esta sesión doble ha sido una buena muestra de ello. La película francesa En attendant la Nuit y, como complemento, el mediometraje de Países Bajos We Are Animals, lo intentan desde parámetros diferentes, pero es curioso que acaben coincidiendo en el concepto clave que hace avanzar sus respectivos conflictos: en ambas películas hay un personaje de importancia fundamental que roba bolsas de sangre del hospital donde trabaja, para que el vampiro de turno pueda llevar una existencia medio normal (o sea, sin asesinatos); y no solo eso, en otro título que veremos más adelante en esta edición del festival (Blood, de Brad Anderson) se da la misma circunstancia exacta. Parece, realmente, que todo ha sido ya dicho en el cine de chupasangres, hasta el punto de que, cuando a algún guionista se le ocurre una idea nueva al respecto… resulta que es la misma idea que han tenido a la vez otros dos o tres colegas.

El vampiro de En Attendant la Nuit es un adolescente que nació con esa condición de manera natural e inexplicable y que, desde entonces, ha recibido los cuidados necesarios por parte de sus padres y su hermana pequeña, a fin de que el núcleo familiar no se desmorone y puedan mantener algo que se parezca a un hogar estándar. Lo cual, claro, se demostrará como imposible a medida que avance la acción. La película destila un agradable aroma de cine indie noventero en el desarrollo de personajes, la fotografía, la puesta en escena y la angustia teenager del protagonista, pero a la postre emociona menos de lo que debería y uno no puede dejar de pensar que esto, por muchas pretensiones que tenga de drama compungido, es como si un aprendiz del Gus Van Sant de Elephant hubiese intentado hacer una fan fiction de Crepúsculo.

"Si Brad Pitt no mataba en Entrevista con el vampiro, yo tampoco"

Mejores sensaciones deja We Are Animals, que en solo 51 minutos explora con carisma, personalidad y una buena comprensión de los puntos fuertes del terror como motor melodramático la relación sentimental entre un vampiro serial killer que caza en discotecas de ambiente gay de Amsterdam, y el enfermero que trata de apartarlo del camino del mal. Sin contar tampoco nada nuevo, We Are Animals tiene todo lo que le falta a En Attendant la Nuit: poso emocional, tensión, dilemas morales, amor trágico de tono arrebatado y capacidad para reírse de su propia premisa.

Venusentencia: Dos Caras Harvey

■ SITGES 2023