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SITGES 2023: MOSCAS rueda: Ventajas de viajar por Argentina

Aritz Moreno y Ernesto Alterio presentan Moscas a modo de promo para viajar a Buenos Aires

RAY ZETA

Ya lo cantaba el gran Carlos Gardel: “ Buenos Aires, la Reina del Plata, Buenos Aires, mi tierra querida”… Y menciono este tango ahora porque toda Moscas es un canto de amor a Buenos Aires, aunque sea un amor de los que matan. Así nos lo cuenta Aritz Moreno, a quien ya conocemos de haber venido hace cuatro años con Ventajas de viajar en tren, en esta ocasión acompañado solo de Ernesto Alterio, a diferencia de 2019 que se trajo a casi todo el reparto. “Rodar en Buenos Aires fue lo más duro de la película”, confiesa el director vasco, y nos lo creemos, ya que Buenos Aires es una megalópolis de más de 3 millones de habitantes, y encima como Dodge City, una ciudad sin ley.

“Nada que ver con cómo se rueda en España”, reconoce Aritz, y nos explica que ahí se rueda todo a la brava sin permisos ni licencias. ¿Que hay que rodar en una autopista? Pues se rueda en la autopista por la cara, aunque circulen medio millón de coches diarios. A raíz de esto nos cuenta la anécdota que un día tenían que rodar en un local que llevaba 40 años abandonado por peligro de derrumbamiento. “Si no se ha derrumbado en 40 años, no se va a derrumbar precisamente hoy”, decía el director, pero la productora española se empeñó en hacer venir a un Inspector de Riesgos Laborales por seguridad. El inspector llegó, miró y sentenció: “si no se ha derrumbado en 40 años, no se va a derrumbar precisamente hoy”.

 

"Y yo que pensaba que 'buenos aires' son los pedos que huelen bien"

 

Ernesto Alterio, por su parte, se enfrenta a uno de los personajes más complejos de toda su carrera: un tipejo despreciable que es el mayor hijoputa que ha parido madre, y de ahí su dificultad. “Es un personaje muy intenso con muchos aspectos a trabajar”, nos comenta, “porque es una historia que se desarrolla en un día, porque es argentino, y porque al ser tan desagradable, tenía el desafío de hacerlo atractivo”. Y sigue explicando que pese a tener mucha familia en Argentina, durante el rodaje no vio a nadie para no desconcentrarse, y que una de sus inspiraciones fue “Cuento de Navidad” de Charles Dickens, sintiéndose como un Mr. Scrooge que un día recibe una hostia que lo pone en su sitio.

“Rodar en Buenos Aires fue lo más duro de la película”

Aritz Moreno nos cuenta que el origen de la película es una novela argentina que le gustó porque tenía un detonante muy potente (para quien no la haya visto, encontrarse un cadáver desconocido en el maletero del coche), y que el proceso de adaptación fue muy laborioso, más incluso que el de Ventajas de viajar en tren. Y que encima el guión tuvo que reescribirse dos veces porque en la versión original, la acción se desarrollaba en España. La primera vez para adaptarla a Buenos Aires (“la ciudad reescribió totalmente la historia”, relata), y la segunda durante los ensayos para que los diálogos fueran en español argentino. Hasta Ernesto Alterio reescribió escenas enteras como la de la cena de cumpleaños.

 

"La próxima vez interpretaré a un psicólogo argentino, que es más fácil"

 

Moreno destaca también que le gusta retratar la violencia de una manera divertida y accidental, y cita como referencia el cine de los hermanos Coen. Y si hay alivio cómico en algún momento, y el público se ríe, “es porque estáis enfermos de la cabeza”, justifica irónicamente, “porque sois basura”, bromea, “y os reís de cosas que no deberíais reíros porque son cosas tremendas muy graves”. Y continúa añadiendo que eso le encanta, pues él mismo se  identifica con el “grupo basura”, y que si puede elegir entre hacer algo aburrido o divertido, siempre elegirá lo divertido, “porque se puede hacer algo serio y divertido sin que sea aburrido”.

Y poco más. Que su deseo es que Moscas parezca una película argentina realizada por un director argentino, y que parece que lo ha conseguido, a lo que ha ayudado enormemente tener actores argentinos de la talla de Claudio Rissi, con quien vio en su casa la final del Mundial (final que ganó Argentina, por cierto), y a quien Ernesto Alterio le regaló al finalizar el rodaje un vino denominado “El gran enemigo” porque había oído que le gustaba. Objetivo porteño cumplido pues, y encima con nota, tal como se lo hizo saber el productor argentino: “Me dijo que no veía Buenos Aires tan bien retratada desde Happy Together, de Wong Kar-wei”, nos confiesa Moreno, y al hacerlo no puede evitar reprimir una sonrisa de satisfacción.

 

Moscas venusvilleras

 

■ SITGES 2023

 

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