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SKYFALL rueda: James Bond en el museo de cera

Asistimos a la rueda de Madrid con Mendes, Craig y Bardem dando y puliendo cera como Karate Kid

ROSENDO CHAS

HOTEL VILLAMAGNA, MADRID, 29/10/2012. Las luces de la sala se apagan y la cancioncilla de Skyfall que había estado sonando en bucle una y otra vez (hasta el punto de que si me preguntan ahora mi nombre creo que respondería "me llamo Adele") avanza finalmente más allá del estribillo y unas sugerentes imágenes aparecen en las pantallas tras la mesa en la que sentarán los invitados. ¡A lo Hollywood! El teatrillo termina con la presentación de la alineación de la película: los productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli (lo que habrá sufrido esta mujer cuado iba al colegio), el director Sam Mendes, y los actores Daniel Craig, Javier Bardem y Naomie Harris. Interrumpo aquí mi narración para rendir el debido crédito a la mujer que llevaba el evento cual animadora socio-cultural. No sé su nombre, no sé si era parte de Sony Pictures o encargada de eventos en el Hotel Villamagna, pero el caso es que, donde normalmente los organizadores de las ruedas de prensa son como fantasmas que uno apenas advierte, esta persona estuvo soltando perlas de principio a fin de la rueda de prensa. Nos tenía en el bote. Aún con la legaña puesta, como solemos acudir a estos eventos, esta mujer nos pedía que aplaudiésemos, y desconcertados nos arrancábamos en una ovación, e incluso se dirigía con familiaridad a los invitados que en algún caso también parecían atónitos. Impagable.

Ante nosotros las rutilantes estrellas con las que todos soñamos: cachas violentos aunque sensibles e inteligentes modelos de pasarela. Y Sam Mendes. Porque Skyfall no es la típica película de Bond, no es en esta ocasión cine de serie B hipertrofiado, es un drama de acción, y en esto radica buena parte de la publicidad que está dejando caer inadvertidamente Sony Pictures. Skyfall es una película de Bond dirigida por Sam Mendes, un cineasta serio, de un cine con sus constantes autorales y tal pero con seis Oscar, cuatro Globos de Oro y ocho BAFTA, dramaturgo de probada eficiencia, que hasta hace poco estaba casado con Kate Winslet y ahora parece que está saliendo con Rebecca Hall (el muy jodío). Porque Martin Campbell, aparte de dirigir a Banderas en las pelis del Zorro, había dado el bombazo con GoldenEye (1995) y, se dice, reinventado a Bond en Casino Royale (2006), hasta tiene un par de BAFTAS el tío, pero no es un director tan presentable como Mendes. Marc Forster, el del anterior Bond, Quantum of Solace (2008), sí que tenía su tufillo de autor, su rollito sundancenero, su feeling a lo Independent Spirits... eso sí, lo que no tenía eran premios. Forster es el típico que la gente dice "¡qué interesante! hay que seguir a este director, seguro que en cualquier momento hace algo interesante" (yo llevo doce años esperando).

 

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"Dedicamos esta rueda de prensa al Sr. Miyagi y a Daniel Larusso"

 

El caso es que la primera pregunta se la hizo nuestra animadora socio-cultural a Sam Mendes, pidiéndole que explicase su supuesta relación con el personaje de Bond desde la infancia. ¡Mendes se descojonaba! Básicamente Bond le gustaba de niño como a cualquier chaval y su relación con el personaje ha sido diferente a cada película como la de cualquier espectador. "Ahora me siento muy orgulloso de formar parte de este legado, de este negocio familiar, tan redondo". Lo de redondo seguramente lo decía en plan "bien acabado", resaltando el cuidado por los detalles de la franquicia, pero yo es que prefiero pensar mal. ¡Negociaco! Y ya con la primera pregunta da comienzo un leit motiv que hacía tiempo que no veía tan claro como en esta rueda de prensa: dar cera, pulir cera. Mendes había mencionado muy brevemente lo apasionado de la interpretación de Craig, un comentario discreto comparado con el exhaustivo encerado que realiza Bardem cuando le preguntan cómo se siente ante la afirmación de la prensa de que ha logrado la mejor interpretación de un malo en toda la saga: como de costumbre tal proeza no hubiera sido posible sin la ayuda del magnífico equipo. Sobre el guión dice Bardem que era un "material extraordinario", con "escenas muy bien construidas" y "diálogos llenos de matices". Sobre Sam Mendes dice que ha sabido dirigir una superproducción como si se tratase de "una película independiente de bajo presupuesto".

Terminada su respuesta, Bardem dice "es muy difícil veros las caras, lo sabéis, ¿no?". Desde luego con todas las luces apuntándoles, para ellos debía de ser como estar en una rueda de reconocimiento. Pero ahí es cuando entra en juego nuestra animadora socio-cultural que le quita hierro al asunto diciendo "misterioso, como tu personaje, Javier". Estupefacción en la mesa de invitados, Bardem descojonado de risa y también nosotros: una crack, ya les digo. Le preguntan a Daniel Craig que cuál es su color favorito... no, perdón, su Bond favorito. Es una de estas preguntas que parece que ha pensado un niño pequeño, aunque hay que decir que propicia un momento gracioso: Craig dice que su película favorita es Goldfinger y que su Bond favorito es Javier Bardem (más cera y risas cómplices).

"Y ya con la primera pregunta da comienzo un leit motiv que hacía tiempo que no veía tan claro como en esta rueda de prensa: dar cera, pulir cera"

Y la cera continúa. Según la persona que hizo la siguiente pregunta había una química especial entre los personajes de Craig y Bardem y lo que quería saber era cómo había sido para los actores. Bardem pone una sonrisita y mira a Craig en plan picarón, que con los ojos muy abiertos parece la viva imagen del terror: "Fue muy difícil... muy, muy difícil... no nos hemos visto desde el rodaje, ya no me llama... he hablado con su madre pero ella no sabe dónde anda... es la primera vez que le veo en meses...", tanto en la mesa como entre la prensa, jolgorio generalizado. Pero claro, esta juerga es solo una simpática cortinilla para el festival de la cera: que si Javier es el mejor, todo un gentil hombre, que ha sido una suerte encontrarle, que si la película no hubiera sido lo mismo sin él... lo típico. Y aunque Bardem también comienza con un chascarrillo, "mucho jamón me ha costado esto", el grueso de su intervención es para elogiar de nuevo al equipo y en particular a Craig que fue lo más parecido a un padre, en fin, la calidad humana de todo ellos, que en definitiva es al parecer lo principal para un actor, más allá de aspiraciones artísticas o monetarias. Vamos, ese tipo de respuesta que podríamos haber puesto en nuestras crónicas incluso sin haber asistido a la rueda de prensa.

Le toca el turno a la chica Bond de turno, Naomie Harris. Nuestra maestra de ceremonias que ya supondría que la gente había venido a ver a Craig, a Bardem y en todo caso a Mendes, tiene preparada una preguntita: "¿cómo fue tu entrenamiento para este personaje? ¿Cómo se consigue mantener el ritmo al lado de James Bond?". Al parecer la chica estuvo entrenando cinco horas diarias durante dos meses, con lecciones de combate cuerpo a cuerpo incluidas, e incluso la enseñaron cómo debía afeitar a Bond con una navaja (uno de los momentos retro erótico festivos de la cinta): en fin, "requirió mucho trabajo", dice entre risas.

 

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Michael-san, Barbara-san, Sam-san, Daniel-san, Javier-san y Naomie-san

 

También fue bastante interesante la siguiente pregunta, dirigida a Mendes: "esta película retrata un mundo en el que hay un conflicto entre lo nuevo y lo viejo, la ética y la tecnología, y su héroe es un alcohólico... ¿por qué?". Nuestra animadora apuntilla "¡difícil pregunta!", pero en inglés, para apoyar a los pobres famosos. Mendes nos explica que cuando hicieron las primeras películas de Bond no se podían explorar muchos de los temas que en realidad estaban en las novelas de Fleming desde el principio: "Bond es un personaje torturado, con gran conocimiento de sí mismo, es cínico y le deprime la vida que lleva", y añade, "es un antihéroe, un héroe capaz de hacer cosas terribles, y esto es algo que él sabe bien, es un asesino, no conoce otra vida, pero a cierto nivel odia la vida a la que se ha visto llevado". Mendes viene a decir que en realidad siempre hemos visto a Bond empinando el codo en exceso, pero quizás en esta película cobra sentido. "Describirlo sólo como un alcohólico es demasiado simplista".

El daño es irremediable, se suceden las preguntas idiotas. La siguiente es también para Bardem, que cómo es eso de trabajar en inglés, si supone un doble trabajo: "hasta la fecha he aguantado sin que me doblen, lo cual no es fácil", dice. Entonces un friqui que hay le pide a Daniel Craig que, ya que su personaje falla tantas veces al disparar en la película, si le importaría dispararle con el dedo para grabarlo en vídeo (después de unos momentos de estupefacción, nuestra animadora sale en defensa de Craig indicando que el friqui se tendrá que conformar con los tiros que hay en la peli). Entonces otro lumbreras le pregunta a Bardem que si no le hubiera gustado más que le llamasen para ser James Bond y Craig se apresura a decir, entre risas, "no sabes ni la mitad, si yo no hubiese estado allí seguro que hubiera convencido a los productores". Pero desafortunadamente los elegantes giros de cadera de Craig no son suficientes y alguien vuelve a pedirle que haga otra monería, esta vez que recite algún diálogo: "estoy fuera de mi jornada laboral", ya un poquito hasta las pelotas, aunque sin perder la sonrisa.

"La primera película que vi de James Bond fue Moonraker y a mí el que me gustó era Jaws, el tiburón, porque me parecía un señor encantador como muy cariñoso"

Es precisamente en ese momento que Bardem nos da un respiro, retomando lo de que si le hubiera gustado más ser el prota, con una anécdota de su infancia: "yo recuerdo que la primera película que vi de James Bond fue, a los once o doce años, Moonraker, con mi padre, y recuerdo que aluciné, que me encantó, y estaba flipado con el espacio y con Río de Janeiro... pero a mí el que me gustó era Jaws, el tiburón, porque me parecía un señor encantador, con unos ojos y una cosa así como muy... como cariñoso... y yo no entendía por qué hacía de malo... o sea que me imagino que mi destino ya estaba escrito" (risas de propios y extraños). Y otra pregunta para Bardem: que cómo fue eso de ponerse pelos de loco y tal. Al parecer Mendes dejó a Bardem bastante libertad para crear la caracterización del personaje. "Sam me dijo que se trataba de crear un personaje cuya presencia provocase cierta incomodidad, más que ser amenazador", sigue explicando Bardem. Según la productora, Broccoli, "queda así probado que no importa las pintas que le pongas a Javier que sigue siendo el hombre más atractivo y delicioso" (a lo que Bardem añade "hoy juego en casa").

También preguntan a los productores que si han pensado en Danny Boyle para la siguiente (por su gran trabajo en la ceremonia de los Juegos Olímpicos de Londres), de lo que Broccoli sale rápidamente diciendo que para qué si tienen al mejor director posible allí mismo. Repentinamente el medidor de estupidez revienta ante la ocurrencia de un iluminado que pregunta a Naomie Harris si le parece que su personaje redefine a la típica chica Bond, por aquello de que ella no es una chica explosiva como las anteriores (las risas no dejan terminar al periodista). Harris responde que su personaje es una mujer moderna y que trató de darle su propia personalidad, aunque por supuesto tampoco ella se pudo resistir al encanto de Bond. "Tu eres igual de encantadora", añade nuestra moderadora dirigiéndose a Harris, "y a quien diga lo contrario le parto la cara" (entendí yo después, pero mi inglés quizás no sea de fiar). La rueda de prensa termina tan repentinamente como suelen terminar estos eventos, con una última pregunta que nuestra animadora socio-cultural no puede resistirse a hacer: ¿regresará Bond? ¿Qué nos podéis decir? A lo que Broccoli contesta riendo "sólo podemos deciros que volverá". En Venusville estaremos atentos.

 

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"La próxima vez saldré en bikini del agua marcando para que me pregunten más" 

 

SKYFALL. Estreno en Venusville: 31/10/2012

 

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