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THE LORDS OF SALEM crítica: Rob no se "Salem" de ésta

   

Rob no se “Salem” de ésta

Libre versión de La semilla del Diablo que
podría titularse “La semilla del petardo”

Por Beto

 

<Rob Zombie es un especialista en el rodaje de películas slasher, tal y como demostró con su notable La casa de los 1.000 cadáveres y su secuela, Los renegados del Diablo, aunque esta última pueda considerarse también una road movie salvaje. Zombie siguió creciendo en este subgénero y dirigió con moderado acierto dos nuevas versiones basadas en el personaje de Michael Myers creado por John Carpenter, Halloween y Halloween II, teniendo un notable éxito de taquilla la primera de ambas, lo que le consagró como un director a seguir teniendo en cuenta. Bueno, también es un director especialista en enchufar a su mujer, Sheri Moon, en todos sus proyectos, incluido el corto que rodó como falso tráiler para el proyecto Grindhouse de Tarantino, “Werewolf Women of the S.S.” (ya sabemos de quién ha aprendido eso, ¿no, Tim?).

   En esta ocasión, Zombie ha querido encaminar sus pasos a una temática menos agresiva que ahonda en la adoración al Diablo y las consecuencias que comporta. Según sus propias palabras, le venía de gusto dirigir una película de este estilo, sin injerencias... Pues tal vez sea mejor que te dejes aconsejar, Robbie.

 

"La diferencia con Tim Burton es que éste no saca nunca a Helena Bonham con el culo al aire"

 

   El inicio de The Lords of Salem engancha, ya que el aquelarre de las brujas mola (por cierto, se ve que los conceptos de bruja y jabón son incompatibles, porque vaya pintas más guarras lucen las protagonistas del aquelarre comentado…). Tras este inicio contundente nos centramos en el personaje de Sheri Moon Zombie, una locutora de radio que se pasa las noches emitiendo un programa junto a dos colegas, cuyo objetivo final parece ser el de acabar pedo al final del mismo. La audición de un disco que recibe de un grupo de nombre “The Lords” la va transformando, bueno, más bien agotando, porque lo único que hace la muchacha es tener cuatro sueños donde salen figuras enmascaradas (y es que Zombie hace aquí un uso excesivo de las máscaras a lo largo de la cinta, ni que estuviésemos en Eyes Wide Shut) y cada vez encontrarse más hecha polvo. La verdad es que la música del disco da mal rollito, pero es tan repetitiva que acaba cansando.

 

  "Rob Zombie nos quiere ofrecer una versión muy particular de La semilla del Diablo, pero sin llegarle ni tan siquiera a la suela del zapato a Polanski"  

 

   ¿Y aparte de ver la degradación de Sheri qué nos ofrece The Lords of Salem? Pues poco más, porque Zombie nos quiere ofrecer una versión muy particular de La semilla del Diablo, pero sin llegarle ni tan siquiera a la suela del zapato a Polanski. La casera del edificio y sus dos amigas no inquietan ni una milésima parte de lo que lo hacían los vecinos que tenía Mia Farrow. De hecho, diríamos que están más cerca de Las brujas de Eastwick pero con unos cuantos añitos más y sin la momia de Cher de por medio. El estilo desenfadado (sin dejar de ser terrorífico) de Rob Zombie que nos entusiasmó en las películas del Capitán Spaulding (por cierto, Sid Haig también aparece en esta película) ha dado paso a un proyecto más ambicioso que contrariamente a lo esperado da la apariencia de barato.

 

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"Escondámosla antes de que se case con Woody Allen y empiecen a adoptar niños"

 

   La habitación del fondo del pasillo, con un crucifijo rojo fluorescente sería digna de un puticlub de carretera. Una reflexión en voz alta: ¿desde cuándo Satán o sus adoradores tienen colgados crucifijos que no están invertidos? La escena de la posesión, cuando Sheri estira unas protuberancias que parecen sacadas de un alienígena de Men in Black, es de risa, dejando para el final la irrupción grotesca del enano satánico en su cama. Todo ello aderezado con una serie de apariciones en su casa que no tienen ningún sentido. Si al menos hubiese algún baño de sangre que recordase al Rob Zombie que conocemos, pero con la excepción de la escena final nos tenemos que conformar con un solo fiambre. Poco bagaje para un currículum tan sanguinoliento.

   Y este refrito de escenas dignas de película de videoclub barato tiene un colofón final a la altura de tal desaguisado. Los últimos diez minutos son un montaje de escenas surrealistas que tiene como objetivo final mostrar el nacimiento de la criatura engendrada por Satán y que recuerdan a las peores aberraciones perpetradas por David Lynch en sus últimos trabajos (si alguien tuvo las narices de tragarse Inland Empire ya sabrá a lo que me refiero). Si al menos en lugar de montar a una cabra, Zombie hubiese puesto a Sheri Moon ligerita de ropa encima de un toro mecánico hubiese alegrado la vista al público masculino. De hecho, toda la película está dirigida al lucimiento personal de su mujer, pero lamentablemente Sheri Moon no es Mia Farrow./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Congelada en carbonita
     
     
 

Recomendada por Kuato a: David Lynch. Por si fuera poco, Zombie también se inspira en la escena del teatro de Mulholland Drive. ¡Copión!.

     
 

No recomendada por Kuato a: locutores de radio nocturnos borrachuzos. Cuidadito con los paquetes anónimos que os dejen en recepción.

     
 

Ego-Tour de luxe por: el jersey a rayas de Sheri Moon. Parece el uniforme de una prisión de mala muerte y que esté diseñado por Agata Ruiz de la Prada. ¡Juas!.

     
 

Atmósfera turbínea por: el poco juego que dan el resto de personajes de la película, meros muñequitos de acompañamiento de Sheri Moon.

 

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