BONE TOMAHAWK crítica: Indiocausto caníbal

Western con Kurt Russell luciendo el mismo mostacho de Tombstone y Los odiosos ocho

■ BETO

El western ha vuelto, vuelve a estar de moda. Bueno, de hecho nunca llegó a irse, y aunque sus años de gloria pertenecen al pasado, las películas del oeste que llegan a nuestras pantallas, aunque son minoría, dejan el listón bastante alto. En poco tiempo hemos visto los estrenos de Slow West, The Salvation, Los odiosos ocho y ahora Bone Tomahawk, de S. Craig Zahler, director, guionista y hasta compositor de su ópera prima, en la que invirtió tres años para confeccionar el guión de la misma al mismo tiempo que buscaba financiación para llevarla a cabo.

De todas las cintas comentadas, ésta es el western más atípico, porque combina la esencia del puro oeste de John Ford, Howard Hawks y otros célebres directores del género, con el terror, una mezcla nada habitual pero que puede funcionar, como ya se vio en su día con Ravenous.

"Y yo que no sabía si esto era la secuela de Tombstone o de Los odiosos ocho"

No es que el argumento sea nada del otro mundo: un tipo extraño llegado a Bright Hope, junto a una mujer blanca y el ayudante del sheriff, son secuestrados por una tribu de indios, que más bien son trogloditas (como dice el explorador indio a las fuerzas vivas del pueblo) y para acabar de liarla parda son caníbales... Como sucede en estos casos se organiza un grupo de rescate que se atreverá a ir al territorio de los salvajes en busca de los rehenes.

La cosa pinta bien de entrada, ya que en la escena inicial, donde aparece en un cameo el inconfundible Sid Haig, ya se da una muestra de cómo se las gasta la tribu de salvajes. A partir de aquí, se nos presentan los diversos personajes que componen la historia y que están muy bien definidos, gracias sobre todo a los excelentes diálogos (que en ocasiones recuerdan al Django desencadenado de Tarantino por su humor negro, como cuando el guía indio comenta que los salvajes no comen negros y el ayudante viejuno de Russell le pregunta si es porque creen que están envenenados), que permiten obtener un retrato muy completo de cada uno de los personajes.

“Bone Tomahawk combina la esencia del puro oeste de John Ford, Howard Hawks y otros célebres directores del género, con el terror”

Sin duda ayuda a enriquecer la película el estupendo grupo de actores elegidos para Bone Tomahawk. Kurt Russell, que parece estar viviendo una segunda juventud gracias a los estupendos papeles interpretados tanto en Los odiosos ocho como aquí, interpreta al sheriff del pueblo, que tiene un gran soporte en Richard Jenkins, su viejo ayudante. Una pareja tan potente como lo eran John Wayne y Walter Brennan en Río Bravo, y a los que recuerdan en muchos momentos. Sin duda, las barbas y mostachos poblados le sientan bien a nuestro amigo, así que por nosotros que se las deje si el resultado obtenido es éste.

También luce Matthew Fox, como el dandy del grupo, un tipo sin aparentemente muchos escrúpulos (tremendo el encuentro nocturno con los dos mexicanos), y al que teníamos perdido (risas) en películas de poca monta que han pasado sin pena ni gloria. Patrick Wilson, el marido accidentado de la mujer secuestrada, que es tal vez el más flojo de los cuatro personajes, complementa este estupendo grupo. Un viaje que resultará revelador y que ayuda a descubrir los claros y oscuros de cada uno de los miembros del grupo, aunque para ser sinceros, el viaje podría haber sido un poco más cortito, porque uno acaba un poco cansado de tanto polvo y de noches saboreando café con sabor a calcetines sucios (al menos suele tener esa pinta el café del lejano oeste).

"El próximo western lo haré sin mostacho y así no lo confundiré con ningún otro"

Pero claro, una aventura de tal calibre no puede resumirse en hora y media, debió pensar el señor Zahler, y con lo que le costó financiar la película se ha permitido darse el gustazo de alargarla un pelín. Pero el final del trayecto tiene premio, ya que la última media hora la película da un giro brutal pero no por ello inesperado. Se pasa con naturalidad del típico western a una carnicería con sus buenas dosis de casquería, sin que se nos antoje extraño tal cambio.

En esta última media hora Zahler da rienda suelta a su imaginación y nos deleita con una serie de detalles dignos de una mente ciertamente retorcida (el tratamiento que se da a las indígenas embarazadas o el descuartizamiento, que hace que la matanza del cerdo sea un juego de niños). Mucha violencia, pero totalmente integrada en la historia. Interesante el desenlace de la cinta, del cual no desvelaremos nada pero que deja en el aire una serie de preguntas que cada uno interpretará como le parezca. Un western que atrapará al mismo tiempo a los seguidores del género y a los profanos del mismo y que con el tiempo se convertirá en una pieza de culto.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: el gremio de veterinarios. Que revisen los procedimientos sanitarios de los caníbales cuando descuartizan a alguien, no sea que infrinjan la ley...

No recomendada por Kuato a: el Serpiente. No le gustaría ver la interpretación de Kurt como un sheriff de los buenos que puede  rivalizar con él como personaje molón.

Ego-Tour de luxe por: el enfrentamiento con los mexicanos supuestamente armados y la defensa de Matthew Fox de su actuación. ¡Ole tus huevos, chaval!

Atmósfera turbínea por: que los indios arrancaban cabelleras como trofeos de caza, no para tapar la boca de sus víctimas como un cochinillo al horno.

■ BONE TOMAHAWK. Estreno en Venusville: 11/03/2016