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GHOST IN THE SHELL: EL ALMA DE LA MÁQUINA crítica: Robocopa

Adaptación palomitera de Ghost in the Shell dejando la filosofía del original en el trastero

RAY ZETA

Es lo que tienen la mayoría de remakes americanos, que cogen una obra de culto con un discurso que va más allá de sus valores estrictamente cinematográficos, y la convierten en un vehículo comercial del que del discurso original sólo queda el título. Se tome como material de partida una película española como Abre los ojos, una sueca como Déjame entrar, o una coreana como Old Boy, se les desprovee de su filosofía, de su mala leche, y del glamour general que puedan tener, y se fabrica un producto palomitero para todos los públicos, aséptico como un condón, suave como el culito de un bebé, y tan blanco como si estuviera lavado con Dixán. Mal endémico de los remakes que no sólo ocurre con material foráneo sino también con materiales originales nacionales. Tres ejemplos: La Cosa, Desafío total y Robocop. Tres títulos con los que si jugáramos a las ocho diferencias con sus originales, llegaríamos a las 258 diferencias.

Por eso el remake de Ghost in the Shell no iba a ser una excepción. Especialmente el remake de Ghost in the Shell. Porque “Ghost in the Shell” es un manga y un anime que parte de una premisa sesuda como la de explorar la Inteligencia Artificial y reflexionar sobre la identidad, la naturaleza y la consciencia del ser humano vs. las máquinas, dudando de cuándo se puede hablar de una de cosa o de otra, en los casos en los que un individuo sea una combinación de ambos, que es lo que le ocurre a la cyborg protagonista de la historia. No pido tampoco que el remake de Ghost in the Shell sea una sesusa obra de arte y ensayo que proyectar en cineclubs para espectadores intelectuales gafapastas, pero sí que hubieran conservado algo de su discurso filosófico. Joder, es que hay más existencialismo en el monólogo final de Blade Runner a cargo del replicante Roy Batty que en todo el remake de Ghost in the Shell.

 

"Mis dudas existencialistas se reducen a si marcaría más con un taje de látex"

 

Así las cosas, este remake de Ghost in the Shell es un producto ligero, un entretenimiento la mar de entretenido, valga la redundancia, pero también la mar de facilón, pues al habérsele desprovisto de todo discurso existencialista se ha quedado sólo con la acción al servicio de un guión simple y poco ambicioso que tira de fórmula de manual. Un guión que sigue a pies juntillas el esquema típico y tópico de presentación de personajes de manera molona, giro argumental con giro de tortilla incluido, y ataque a la base del malo con mucho ruido y casquería, narrado todo bien masticado a más no poder, no sea que alguien se pierda. El Ghost in the Shell original es denso y por momentos cuesta seguirlo, en cambio este lo pueden seguir tanto los niños de cinco años como los abuelos de 95, pasando por pacientes en coma que rocen el encefalograma plano.

“Este Ghost in the Shell es un producto ligero que al habérsele desprovisto de todo discurso existencialista se ha quedado sólo con la acción al servicio de un guión poco ambicioso”

Y encima copiando cositas de mil títulos de referencia para que los espacios sean comunes y por ello más identificables. Algunos pasajes de la conversión en cyborg recuerdan Robocop; el personaje femenino protagonista parece por momentos un calco de la Selene de Underworld; la gran urbe japonesa futurista parece haber sido recreada siguiendo los diseños de Blade Runner; y las acciones por las cuales se ejecuta la Inteligencia Artificial recuerdan Matrix como Zipi recuerda a Zape y viceversa. Conclusión: Ghost in the Shell: El alma de la máquina arriesga tan poco como jugar una partida de ruleta rusa con un revólver sin balas. La explicación es el deseo de facturar un producto lo más comercial posible para llegar al mayor número posible de espectadores, lo que sería un objetivo muy respetable si el material de partida no fuera Ghost in the Shell.

 

"Tranquila, si esta peli pincha resucitamos 'Humor amarillo' y nos forramos"

 

Y por esa misma razón se ha fichado también a Scarlett Johansson para interpretar a la cyborg que lidera la sección encargada de investigar delitos tecnológicos, a pesar de que en el original el personaje es japonés por provenir de un manga. Lógico. Si la intención es llegar al mayor número de público (o sea hacer caja), se necesita una estrella internacional en lugar de un actor o actriz oriental, como ya sucedió con Matt Damon en La gran muralla. Scarlett Johansson le aporta al personaje además un plus que cualquier actriz japonesa sería incapaz: sus curvas. Jamás antes de ahora habíamos visto a la Viuda Negra tan voluptuosa de formas, no es exageración. Si Scarlett Johansson no supiera nadar y cayera al agua, no se ahogaría porque flotaría. Por momentos parece el muñeco de los neumáticos Michelín, y más aún cuando está en modo combate pareciendo que vaya desnuda. Y aún así hay gente que se ha quejado porque la hayan fichado a pesar de no ser japonesa…

Sin contar que para representación japonesa ya está Takeshi Kitano, el único que parece haberse dado cuenta de que está en un producto tan poco exigente que le basta aparecer sin apenas interpretar, hablar exclusivamente japonés, y parar la mano al final del rodaje, que estos americanos tienen pasta. Una lástima, porque teniendo en cuenta el material del que se partía, la sensación al ver este Ghost in the Shell es que se ha desperdiciado la oportunidad de hacer algo grande con el tema de la Inteligencia Artificial. Quizás no competir de tú a tú con los títulos insignes del género como Blade Runner, 2001 o Inteligencia Artificial, pero sí de participar en la misma liga que Matrix, Tron o Ex Machina. En lugar de eso se ha optado por una action movie ligera y facilona como Yo, robot. Hasta Eva y Autómata profundizan más sobre la Inteligencia Artificial que Ghost in the Shell, y eso es, como poco, preocupante.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia:  Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: perezosos que la moralidad de la Inteligencia Artificial se la traiga al pairo y sólo quieran ven una tía buena pegando tiros.

No recomendada por Kuato a: quien esté preocupado cada vez que se haga una tostada al preguntarse si la tostadora tiene conciencia.

Ego-Tour de luxe por: Takeshi Kitano, el único que se toma esta adaptación de Ghost in the Shell como lo que es. Un blockbuster veraniego anticipado para visionar echando la siesta en una sala de cine bien refrigerada para combatir los calores del verano.

Atmósfera turbínea por: que el único atisbo de filosofía existencial que implica hablar sobre la Inteligencia Artificial sea ver Scarlett Johansson interpretar a una cyborg poniendo cara de palo.

 

GHOST IN THE SHELL: EL ALMA DE LA MÁQUINA. “Ghost in the Shell” (2017). Director: Rupert Sanders. Reparto: Scarlett Johansson, Pilou Asbaek, Michael Pitt, Juliette Binoche, Takeshi Kitano, Michael Wincott y Chin Han.

 

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