ETHAN HUNT – JASON BOURNE artículo: Ethan Hunt VS. Jason Bourne

What if de cómo habría resuelto cada uno la misión que tuvo el otro en su tercer episodio

■ Dr. BISHOP & CORNELIUS

EL ULTIMÁTUM DE HUNT

Oh sí, Jason Bourne… Qué elegancia tan sobria, qué precisión en el pensamiento lateral aplicado, qué técnicas minimalistas de combate… ¡Qué bobadas, coño! Bourne es un vago, un predicador de la ley del mínimo esfuerzo, el equivalente en espía a un equipo tan resultadista y eficaz como la selección de fútbol italiana. Si quieren ver espectáculo y goles, la salsa del fútbol y casi de la vida, apuesten por España, apuesten por el señor Ethan Hunt de Misión imposible.

Realicemos un improcedente ejercicio de What if?… Veamos cómo el Sr. Hunt, con su inconfundible estilo, habría abordado las tres set pièces de la última aventura de Bourne, El ultimátum de Bourne.

"No se dejen engatusar, yo soy mucho más guapo"

ESTACIÓN DE TREN DE WATERLOO. Los villanos localizan entre la multitud, con cámaras pinchadas, al periodista que pasa información a Hunt. Nuestro espía lleva las gafas cámara, por lo que Ving Rhames-Luther, desde una furgoneta en el parking, visualiza lo mismo que Hunt. Rhames desconecta un momento las cámaras, y cuando vuelven a emitir ya han dado el cambiazo: Hunt ha puesto a salvo al periodista, no sin antes moldear una máscara de su rostro que se pone ipso facto.

Hunt se deja ver, los mercenarios pican el anzuelo y le siguen al garaje, donde les esperan dos ametralladoras activadas por control remoto. Rhames y Hunt, desde dentro de la furgoneta, acribillan a los malos, redecorando las paredes del parking de rojo sangre. Rhames proclama “¡Vaya pardillos!”. Hunt sonríe, casi tanto como un público sorprendido por una jugada táctica que ha salvado al periodista, algo que Bourne no consigue. ¡Esto sí que es un espía y no los de Ferrari y McLaren!

"Bourne es un vago, el equivalente en espía a un equipo resultadista, si quieren ver espectáculo y goles apuesten por el señor Ethan Hunt"

DUELO A MUERTE EN TÁNGER. Un sicario árabe persigue a la chica por las calles de Tánger. Hunt va a toda trapo por un bazar abarrotado con una moto de 500 cc. (la de 125 cc. de Bourne es indigna del Sr. Hunt), abriéndose paso con quemadas de rueda y caballitos que asustan a los lugareños. El malo va a matar a la chica dentro de un piso, pero Hunt realiza una entrada espectacular por la ventana al saltar con la moto desde el tejado de enfrente. La lucha posterior es encarnizada, un empate técnico en distancias cortas.

Entre golpe y golpe, Hunt consigue mascar su chicle explosivo para luego pegarlo a la frente del malo con un golpe estratégico. Paso atrás y preciosa patada capoeira en la cabeza del infiel que le hace volar por el pasillo, a la vez que le explota la cocorota mientras pasan dos palomas a lo John Woo. La chica, fascinada, llega a musitar: “Se te ha ido un poco la olla ¿no?”. Hunt contesta lacónicamente: “No, monada, al que se le ha ido la olla es al moro”. En el cine aplausos desmesurados, especialmente fervorosos los femeninos.

"La próxima vez le pediré a Ving Rhames que me ayude a entender de qué va la película"

CLÍMAX EN NUEVA YORK. Helicóptero entre los edificios con Hunt atado por un cable, que en movimiento de péndulo lanza a Hunt con una fuerza G terrible, impactando en la cristalera del despacho del director de la CIA. Saca la información, se va a la base del malo más chungo y lo mata, aunque en la azotea un Hunt desarmado es rodeado por varios mercenarios. Pero un nuevo chicle estratégico explosiona detrás de ellos y con la onda expansiva un brazo mutilado asiendo un arma vuela por los aires.

Hunt salta al abismo, coge el brazo al aire y dispara a los que quedaban apuntándole. Abre la mochila paracaídas, aterriza y ofrece su mejor sonrisa a Ving Rhames, sentenciando a continuación: “Tenías razón, colega, eran todos unos putos pardillos”. En platea, una fan de Cruise ya no puede detener un irresistible orgasmo ni se molesta en disimularlo. Normal. ¿Era todo esto una “Misión imposible”? ¡No para Ethan Hunt, descreídos!

BOURNE HACE FÁCIL LO DIFÍCIL

El mundo contra Jason Burne. Esa es su condición, su pecado original. Dios le observa por satélite, cuando ingresa dinero, cuando dice el nombre de su perrita por móvil, cuando cruza una aduana, cuando compra un libro de Michael Moore en el Fnac, cuando canta un gol en un campo de fútbol y la cámara de Sogecable le ve levantarse, ¡hasta cuando va de putis se tiene que guardar el condón usado para que la puta no entregue el semen a la Interpol!

Todo lo contrario de Ethan Hunt, que tiene a Dios de su lado y se pide un helicóptero para perseguir a una despedida de solteras o un bombardeo de Napalm para detener a un caco en el Opencor. No hay color. Veamos ahora cómo Jason Bourne habría abordado las tres set pièces de la Misión imposible III.

"Todo lo que quieran, pero le saco un palmo por lo menos"

RESCATE EN BERLÍN. Cinco de la tarde. Bourne vigila con un alargavistas la actividad de la fábrica donde está secuestrada la chica. Gracias a unos planos que se baja de internet a su iPhone se puede colar por un tragaluz hasta el retrete más cercano al  lugar donde la chica está retenida. Después de esperar inmóvil durante dos horas, llevan a la chica a mear y reduce al gorila que la acompaña, pero ella hace ruido y los nueve soldados de élite restantes intentan entrar en el váter con armas automáticas.

Con los tapones de la garrafa de lejía le saca los ojos al primero, con el palo de la fregona desarma a los más precipitados mientras se decide a pegar unos tiros a los restantes. Finalmente termina ahorcando al más duro con la cadena de un váter que aún queda de la antigua RDA. 19:30 de la tarde. En una céntrica plaza de Berlín a la chica le explota una bomba implantada en el cerebro, pero, al menos, con una cerveza en la mano, coño.

"Ethan se pide un helicóptero para perseguir a una despedida de solteras o un bombardeo de Napalm para detener a un caco en el Opencor"

RAPTO EN EL VATICANO. ¿Son necesarias una incursión submarina, una infiltración de funambulista, un turista despistado que se disfraza de poli y una perraca china colona, cuando tienes a tú disposición un Bourne? Él se deslizaría por una puerta de servicio, no sin cargarse dos miembros de la guardia suiza con el porno calendario de la garita enrollado, para colarse vestido de chándal en la recepción, tras clavarle un bolígrafo de cuatro colores en el antebrazo a Phillip Seymour Hoffman le sisaría el maletín y provocaría un incendio con un bote de laca y unas velas de San Pancracio.

Saldría por la misma puerta de servicio por la que ha entrado y esperaría la ambulancia que lleva a Seymour para seguirla con una vespino de Tele Pizza hasta el hospital, donde aprovecharía la misma ambulancia para raptar al herido al que ya habría amordazado con la mascarilla y el tubo del oxígeno. Presupuesto de la operación. 0,90 céntimos, bolígrafo de cuatro colores.

"Y porque estoy amnésico, que si no lo hago con un lápiz y sale más barato"

ASALTO EN SHANGAI. La pata de conejo se esconde tras cuarenta y cuatro hombres armados, encerrados en la planta ochenta de un céntrico rascacielos, a la que sólo se puede acceder con un ascensor de servicio. ¿Para qué entrar? Bourne raptaría a la mujer e hijos del jefe de seguridad, trucaría un video donde parece que arranca con unas tenazas los dedos del hijo menor. Llamaría por teléfono al padre, y mientras ve el video en el Youtube le daría un ultimátum:

“Dentro de diez minutos recibirás una amenaza de bomba que darás por válida. Sacarás la pata de conejo del edificio y la depositarás en una caja de seguridad X de la central del Bank of China. Cuando el ingreso esté aprobado te indicaremos el paradero de tu familia”. Evidentemente a los niños ni los ha tocado y están esperando a su papa con unos chupa-chups en la manita. Equipo necesario para la operación: un portátil con edición de vídeo y conexión a internet.

■ EL ULTIMÁTUM DE BOURNE / MISIÓN IMPOSIBLE III