PIXELS crítica: Los frikis contra Pac-Man

**Adam Sandler es en Pixels el rey de los video juegos ochenteros de los de a 5 duros la partida**

■ MOLOLO

En noviembre de 2010 se estrenó Scott Pilgrim contra el mundo. Una obra maestra que, adaptando un cómic que era otra obra maestra, consiguió resumir en poco más de una hora de aventuras como nos hemos sentido los que fuimos adolescentes en los noventa. La mente de un friki desatada y filmada en una aventura épica y sin parangón de música, kung fu y referencias a cómics y videojuegos.

En Abril de ese mismo año, unos franceses habían estrenado un corto titulado Pixels. Un corto de 2 minutos 40 segundos en el que los muñecos pixelados de los videojuegos de los 80 atacaban y destruían una ciudad en un mix de humor negro y homenaje en el que los pixels sobaban como piezas de lego al desparramarse. Un derroche de imaginación tirando a apocalíptico.

"Como vamos a salvar al mundo de un ataque alienígena, salimos a lo Armageddon"

Cinco años después se estrena un largometraje llamado Pixels, que “adapta” el corto de dos minutos en forma de comedia absurda protagonizada por Adam Sandler y Peter Dinklage (y más gente), sobre cómo unos alienígenas retan a la tierra a un combate a muerte basado en los videojuegos de los 80. Todo lo anterior viene a cuento de lo que comentaba un amigo en facebook que a su vez le decía un amigo suyo. Pixels es Scott Pilgrim para tontos. Y me parece una descripción tan genial que me he sentido obligada a citarla y a ponerla en situación.

Nada en esta película tiene ningún sentido en absoluto. Si uno se para un sólo instante a pensar en lo que acaba de ocurrir, se desmorona por completo de manera instantánea, así que no queda más que desconectar el cerebro y escuchar infinitos chistes sobre referencias a los únicos doce datos sobre los videojuegos que todo el planeta conoce, los haya jugado o no. La cinta juega a hacer guiños al espectador como diciendo “estoy en tu onda de cuando eras crío”, pero lo hace con cosas que son tan absurdas, tan caducadas y tan poco “exclusivas”, que casi es un chiste más. Viene a ser, en resumen, una parodia de las películas de homenaje a la cultura popular de una generación.

"Pixels viene a ser una parodia de las películas de homenaje a la cultura popular de una generación"

Sin embargo es divertida, porque de manera tangencial y sin relación alguna con la trama, los personajes molan mucho y son simpáticos y divertidos. Sandler es un friki cuarentón al que es gracioso escuchar, Dinklage es un hacker que se cree una especie de James Dean ochentero, y la película se la roba Kevin James como un Presidente de los Estados Unidos friki que trata de llevar una vida normal cuando no está trabajando, y da igual de qué vaya la escena o lo absurda que sea, uno se ríes con él.

El sentido común me pide que detalle puntos de la trama como ejemplo de la total y absoluta falta de lógica de absolutamente todo lo que ocurre aquí, y de cómo absolutamente nada tiene sentido ni explicación posible, pero si lo hago pensarán ustedes que la película es una porquería y no es así. Es genuinamente divertida y realmente merece la pena reírse un rato viéndola. Es como ver un corto de los Loony Tunes. Todo pasa sólo porque es gracioso.

"Imaginad que somos los Ghostbusters, pero con videojuegos en vez de fantasmas"

Venga va. Si eran los mejores jugadores de videojuegos del mundo por saberse los patrones de movimiento bidimensionales de los muñecos de los juegos, usando una palanca y dos botones... ¿Cómo se aplica eso a usar una ametralladora láser en un tiroteo contra unos aliens voladores que se mueven tridimensionalmente por el mundo? ¿Cómo se explica que los marines sean incapaces de acertar a un blanco móvil y tres frikis cuarentones se conviertan en Rambo? No. Paro. Tengo que parar. Puedo sacar un millón de chorradas así, y les haría a ustedes un flaco favor, porque sí merece la pena verla.

Es gracioso ver cómo adaptan los juegos clásicos al mundo físico real (aunque no tenga sentido), y cómo se enfrentan a los malos de videojuego recreando las situaciones bidimensionales (aunque sean tridimensionales y no tengan sentido), y las charlas hacen mucha risa. Siempre que vayan a un cine que no ponga el sonido súper alto. Los pitidos de los marcianitos o el PacMan en dolby son una tortura.

INFORME VENUSVILLE

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