TIPOS LEGALES crítica: Los abuelos tienen un plan

Pacino, Walken y Arkin dejan el taca-taca en el asilo y se corren una juerga en Tipos legales

■ RAY ZETA

Al Pacino tiene 73 años y fue Michael Corleone en la trilogía de El padrino; Christopher Walken cuenta 70 y también ha hecho de mafioso en diferentes títulos como Matar al irlandés, El último hombre o El funeral; y Alan Arkin ha llegado ya a los 79 con un alto elenco de interpretaciones de delincuentes a sus espaldas entre las que sobresale Sola en la oscuridad por su sabor a clásico. O sea, que los tres actores elegidos para dar vida a tres gánsteres crepusculares retirados por diferentes circunstancias (Al Pacino por cumplir una condena en prisión de 28 años, Christopher Walken por dedicarse a pintar mientras se lamenta por haber perdido la relación con sus familiares directos, y Alan Arkin por estar en un geriátrico), son una acierto de casting como la copa de un pino (asumimos que James Gandolfini es aún demasiado joven y que Harvey Keitel no debía estar disponible).

Y los tres interpretan a sus respectivos personajes en una clara muestra de su estilo: Christopher Walken con su sobriedad, elegancia y solvencia habitual; Alan Arkin con la ironía y el sarcasmo por los que se ha caracterizado en sus últimos trabajos; y Al Pacino tan desmesurado, esperpéntico y pasado de vueltas y roscas como también nos tiene acostumbrados desde que Robert De Niro se lo zampara con patatas en Heat (mención especial merecen sus ridículas sobreactuaciones en Pactar con el Diablo y 88 minutos; es verlo ahora hablar escupiendo con los ojos de besugo que le han dejado las últimas cirugías y el cabello postizo que luce como una vieja gloria del cuplé, y no poder evitar sentir lástima por el que llegó a lo más alto en los 70 con El padrino citado, además de con títulos tan meritorios como Serpico, Tarde de perros, A la caza o Justicia para todos).

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Así que los tres componen su personaje divirtiéndose a su manera como si de una reunión de viejos amigotes se tratara, en la que, igual que nos cuenta la película, deciden pegarse una última farra a modo de despedida vital. Christopher Walken recobrando los viejos tiempos con pequeños detalles como robar en comercios desactivando las alarmas de entrada, vestir trajes caros y empuñar un arma; Alan Arkin conduciendo como un Fittipaldi, esquinazo a la poli incluido, amén de celebrarse follándose a dos tías a la vez; y Al Pacino (ya ven que siempre lo dejo para lo último) desplegando todo un festival de excentricidades entre las que se incluyen esnifar medicamentos para la presión arterial, atiborrarse de un frasco de viagras, e irse de putas echando cuatro seguidos, antes de recalar en un hospital aquejado de priapismo.

"Fisher Stevens no se atreve a ir más allá y se queda estrictamente en tres abueletes que dejan el taca-taca en casa y se corren una última juerguecita"

Un punto de partida de lo más atractivo y una película con gran potencial, si con los giros argumentales necesarios la historia hubiera evolucionado por otros derroteros hasta concluir en el clímax de violencia que se va mascando a cada plano. Una peli de gánsteres cojonuda si hubiera acabado con una ensalada de tiros como la que prometía. Una sentida reflexión crepuscular del delincuente retirado que no sabe hacer nada más en la vida… Todo eso hubiera podido ser Tipos legales de tener un punto más de ambición en su propuesta. Pero en lugar de eso Fisher Stevens no se atreve a ir más allá en su ópera prima y se queda estrictamente en lo citado: en tres abueletes que dejan el taca-taca en casa y se corren una última juerguecita en recuerdo de los viejos tiempos, con todos los intervalos de descanso necesarios entre las diferentes set pieces.

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¿Es necesario tanta historia con la nieta de Christopher Walken? En absoluto, pero justifica que los protagonistas se pasen media peli yendo a la cafetería a reponer fuerzas con largos y tediosos diálogos. ¿Y qué me dicen de la hija de Alan Arkin? Lo mismo, como trabaja en un hospital sirve para poderla ir a verla un par de veces y consumir así algunos minutos más de metraje. Por no hablar de la aparición del personaje de Vanessa Ferlito y el ajuste de cuentas con la banda rival. Si hubiera servido para ver a nuestros tipos legales en acción hubiera tenido sentido, pero al cederle las riendas de la secuencia al personaje femenino y desaparecer ellos, no sirve más que para estirar unos minutos más el chicle. Stevens opta por marearnos lentamente la perdiz con subtramas que no van a ninguna parte y que aún así se zampan gran parte del metraje tan solo para llenar tiempo, como el futbolista que amaga un balón en tiempo de descuento a la espera de que el árbitro pite el final del partido.

Hasta sisarnos el esperado violento final. Toda la noche preparándose los protagonistas para una ensalada de tiros como la del principio de Grupo salvaje o la del final de Django desencadenado, y cuando llega el momento Steven Fisher se hace caquita en los pantalones limitándose a apuntar la secuencia interrumpiéndola en seco para sugerir el final. El hombre nos enseña un caramelito y nos lo esconde, nos pone un bomboncito en la boca y nos lo quita, nos la pone dura y luego nos da dos piedras… Todo para reforzar la idea que esta película es una reflexión sobre el paso del tiempo y no una de gánsteres de acción, pero no tiene en cuenta que ambos conceptos son perfectamente compatibles, como ya demostraron Otra ciudad, otra ley con Kirk Douglas y Burt Lancaster, y El halcón inglés con Terence Stamp. La próxima vez que coja a Bruce Willis, John Malkovich y Morgan Freeman repitiendo sus también crepusculares personajes de Red, entonces sí que tendremos tiros.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

Recomendada por Kuato a: fans de las películas de Paco Martínez Soria en las que hace de abuelete cachondón como Abuelo made in Spain, Es peligroso casarse a los 60 o El abuelo tiene un plan.

No recomendada por Kuato a: quien crea que con 58 años Roger Moore ya estaba mayor para matar a Christopher Walken y follarse a Grace Jones y Tanya Roberts en Panorama para matar.

Ego-Tour de luxe por: la interpretación de Al Pacino en el sentido freak. Para hacerle la ola por desmesurada, desenroscada y esperpéntica.

Atmósfera turbínea por: la interpretación de Al Pacino en el sentido serio. Para apartar la mirada simplemente por patética.

TIPOS LEGALES. “Stand up Guys” (2013). Dirigida por Fisher Stevens con Al Pacino, Christopher Walken, Julianna Margulies, Vanessa Ferlito, Alan Arkin, Mark Margolis y Katheryn Winnick.