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ALADDIN crítica: El genio de Bel-Air

Adaptación real de Aladdin con Will Smith pintado de azul como el genio de la lámpara de Bel-Air

RAY ZETA

Ay, ay, ay, que parece que Disney está empezando a dar sus primeras muestras de cansancio en lo que a las adaptaciones reales de sus clásicos animados se refiere. Tanta es su superproducción que va a acabar muriendo de éxito, y si no al tiempo, pues es imposible producir a máximo nivel una película para estrenar cada dos meses como está ocurriendo con la reciente Dumbo, la actual Aladdin y la inminente El rey león. Alguna tiene que salir mal, y a juzgar por el buen resultado de Dumbo y las excelentes imágenes difundidas de El rey león, el título al que le ha tocado la bola negra del bombo en esta triada ha sido Aladdin, por mucho que adapte una de las mejores pelis animadas de todos los tiempos.

Porque el Aladdin animado de 1992 es una obra maestra sin parangón, que como todos los grandes títulos producidos en casa de tío Walt, aúna fantasía, aventura, romance y una moraleja, en esta ocasión que lo que cuenta no es lo que aparentamos por fuera, sino lo que somos por dentro (el slogan de La bella y la bestia "la belleza está en el interior", mutado a "la valía está en el interior"). Y con un as en la manga erigido en el auténtico triunfo de la película: el genio de la lámpara definido como un personaje que rompe todos los convencionalismos establecidos hasta el momento, por su comicidad, su imprevisibilidad y su dinamismo, con un doblaje a cargo de Robin Williams tan rico en matices como el personaje en cuestión.

 

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Triunfos que en la versión real actual adaptada por Guy Ritchie se han conseguido solo a medias, aunque sea una copia, plano a plano, de la versión original. Así como para Dumbo fue imprescindible escribir un nuevo guión que llenara los vacíos narrativos de la película de 1941, en Aladdin no ha sido necesario porque la película funciona aún con la precisión de un reloj de cuco suizo, pese a contar 27 años. El filme original está bien contado, bien estructurado, llevado con buen ritmo, y con las partes accioneras y sentimentales bien combinadas; en cambio la versión real se revela sosa en su conjunto, aburrida por momentos, y forzada en general, dando como resultado final un producto de lo más irregular que acaba quedándose en tierra de nadie.

"La versión real de Aladdin se revela sosa en su conjunto, aburrida por momentos, y forzada en general"

Pobre en su puesta de escena (los decorados de las calles de Agrabah son de vergüenza ajena), actores anodinos la mayoría de ellos (Mena Massoud es el vivo retrato del Aladdin animado, pero que tenga carisma es otra cosa; Naomi Scott como la princesa Jasmine es un miscasting como la copa de un pino por su anacrónico estilo; el califa es como si no estuviera; y Marwan Kenzari como Jafar es quien tiene más delito. ¿Como mejor es el villano, mejor es la película, dicen? Entonces este Aladdin tiene un problema); y ni rastro del estilo Guy Ritchie en la dirección, quedando claro que para el dire de RocknRolla no ha sido más que un encargo rodado a desgana para poder llegar a fin de mes tras el descalabro sufrido con Rey Arturo: La leyenda de Excalibur.

 

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Lo que mejor funciona son las escenas entre sus personajes protagonistas en distancias cortas (Aladdin-Jasmine, Aladdin-genio, genio-criada), más que las set pieces llamadas a ser espectaculares (la escapada de la cueva a lomos de la alfombra voladora, la entrada en Agrabah como príncipe Alí, el número de "A Whole New World"...), ya que no lo son tanto, y Will Smith como el genio, claro, eso sí que es un casting acertado. Smith despliega toda su simpatía, su verborrea, su sentido del humor, y su estilo callejero, en un tour de force interpretativo que no desmerece en absoluto el trabajo vocal realizado por Robin Williams en 1992, pudiendo imputársele solamente como cargo que es una imitación total de éste sin nada en absoluto de su propia cosecha.

Por el resto, la versión actual dura considerablemente más (37 minutos para ser exactos), debido a innecesarias nuevas escenas (bailecitos fiesteros y canciones feministas incluidos), los números musicales se antojan más forzados, y las animaciones del mono Abú y la alfombra mágica no están tan conseguidas, ayudando a crear un tono que no encuentra nunca el punto correcto, a diferencia de las acertadas La bella y la bestia, El libro de la selva y Dumbo. Una lástima, pues este Aladdin demuestra que Disney no es infalible por mucho que Will Smith salga de azul, hinchado como un globo cantando el "Friend Like Me". A ver si en las próximas El rey león, Mulan, Pinocho, La Sirenita, y todas las que vengan, aprenden del error. Será por películas...

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien no haya visto las versiones reales de La bella y la bestia, El libro de la selva y Dumbo, para evitar comparaciones.

No recomendada por Kuato a: quien haya visto El príncipe de Persia.

Ego-Tour de luxe por: Will Smith como el genio, aunque Dwayne Johnson hubiera podido interpretarlo sin maquillaje digital.

Atmósfera turbínea por: que Guy Ritchie no haya convertido a Aladdin en un mafioso de los que tanto le gusta, como sí hizo con el rey Arturo.

 

ALADDIN. "Aladdin" (2019). Dirección: Guy Ritchie. Guión: John August, Vanessa Taylor y Guy Ritchie. Reparto: Mena Massoud, Naomi Scott, Will Smith, Marwan Kenzari, Navid Negahban, Billy Magnussen y Nasim Pedrad. Estreno en Venusville: 24/05/2019.

 

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