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INDIANA JONES Y EL DIAL DEL DESTINO crítica: Indiana Jones y la última batallita

Quinta y última batallita de Indiana Jones aunque sea un refrito de las cuatro batallitas anteriores

RAY ZETA

Debo reconocer que nunca he sido partidario de que se realizara una nueva aventura de Indiana Jones con Harrison Ford. Si ya me pareció que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal llegaba a destiempo por llegar 20 años después del último episodio de la trilogía original, imaginen qué pienso de la producción de Indiana Jones y el dial del destino, llegando otros 15 años después. Y eso va para cualquier película o saga de éxito del pasado, que al lumbreras del estudio de turno se le ocurre resucitar para continuar la historia al cabo de 10, 25 o 40 años.

Aunque una cosa es ejercer dignamente de secundario a modo de padrino para pasarle el relevo a una nueva generación (caso de Star Wars: El despertar de la Fuerza, Creed, Cazafantasmas: Más allá o Scream VI), y otra muy diferente seguir ejerciendo de héroe protagonista con peluquín, barriga metida para adentro, y deteniendo el rodaje cada quince minutos para ir a mear, casos de Blade Runner 2049, Terminator: Destino oscuro, Rambo V, Matrix Resurrections, y, cómo habrán adivinado, este nuevo Indiana (la excepción, porque siempre hay una excepción, es Top Gun: Maverick).

Por eso no es de extrañar que la aventura de Indiana Jones y el dial del destino sea una aventura más tranquilita que las anteriores, con menos secuencias de acción física y menos escenarios exóticos, que a estas edades ya no se está para muchos trotes. Porque ahora Indiana Jones ya no es el arqueólogo aventurero que busca tesoros, tumbas y reliquias por selvas, desiertos y subsuelos, sino un profesor de Historia aburrido a punto de jubilarse, metido en una última aventura a la fuerza.

 

"Ánimo, que Roger Moore también era un 007 yayete y bien que ligaba"

 

Y en estas circunstancias es normal que se prefiera disfrutar del solecito de las playas de la costa siciliana, con buen pescadito frito, vino blanco fresquito, y chupito de limoncello, y de un crucero por el mar Egeo a cargo del Imserso con paradas en Naxos, Mykonos y Santorini, antes que estar deshidratándose en la selva amazónica matando bichos a cachetadas o achicharrándose en el desierto egipcio tragando polvo a borbotones.

Por eso en Indiana Jones y el dial del destino escasean las peleas, las carreras y las acrobacias látigo en mano, y abundan las persecuciones motorizadas. De hecho, la secuencia de acción más indianera, la más spielberguiana, y la que más mola, en definitiva, está rodada con cgi simulando que tiene lugar 30 años antes con un Harrison Ford rejuvenecido digitalmente, dando mucho más el pego que los coleguillas de Martin Scorsese en El irlandés. Ya puestos, podrían haber hecho toda la peli con esta técnica…

Indiana Jones y el dial del destino tira de fórmula en el resto sin arriesgarse, copiando situaciones y personajes de los episodios anteriores para ir sobre seguro”

Porque una peli de Indiana Jones no sería una peli de Indiana Jones sin una buena secuencia de acción a lo Indiana Jones. James Mangold lo sabe, y por eso incluye la mencionada secuencia a base de flash backs buscando la complicidad nostálgica del público, y tira de fórmula en el resto sin arriesgarse, copiando situaciones y personajes de los episodios anteriores para ir sobre seguro, no sea que se salga un centímetro de la línea esperada y los fans más acérrimos le acusen de terrorista como le ocurrió a Rian Johnson en Star Wars: Los últimos Jedi.

Así, el personaje de Phoebe Waller-Bridge es una sosias del de Marion Ravenwood, y el episodio de Tanger nos evoca al del Cairo en En busca del arca perdida; el niñato Teddy es un Tapón actualizado con ecos de Indiana Jones y el templo maldito; Toby Jones es el profesor vejete amigo de Indy que sale en todas las pelis, como Denholm Elliot, Sean Connery o John Hurt, con mucho de Indiana Jones y la última cruzada, al igual que la persecución de tuc tucs o la parte final; Mads Mikkelsen es la réplica exacta del agente de la Gestapo Arnold Toht de En busca del arca perdida

 

"Si Tom Cruise no envejece, yo no quiero ser menos"

 

Y como no podía ser de otra manera, la película también incluye una búsqueda subterránea, el obligado episodio animal, y el habitual ingrediente fantástico. Todos los elementos marca de la casa, en definitiva, pero exceptuando la secuencia digitalizada, puestos de manera más sobria que en las entregas anteriores, diríase incluso a modo testimonial con Harrison Ford haciendo lo que puede con toda la buena fe del mundo, y sufriendo ciertas bajadas de ritmo provocadas por la larga duración del metraje (dos horazas y media, a todas luces innecesaria), y por la falta de acción en su clímax, sorprendentemente desaprovechadísimo.

Por eso, la pregunta obligada tras ver Indiana Jones y el dial del destino es si era necesaria, y si está a la altura del resto de la saga, formada principalmente por la trilogía original. Como ya habrán podido imaginar, las respuestas a ambas preguntas son “no” y “a medias”. Tras la compra de LucasFilms por parte de Disney, era el momento idóneo para rebootear la saga con un actor nuevo que heredara el látigo y el sombrero del personaje (¿ha dicho alguien Chris Pratt?), más que darle un último episodio a Harrison Ford a modo de pensión extraordinaria, encima sin la dirección del maestro Spielberg.

Habiéndose decidido Disney por esta segunda opción, Indiana Jones y el dial del destino quedará en nuestro recuerdo como un refrito indianero compuesto por mil episodios de las pelis anteriores, agradable de ver por su componente nostálgico como el reencuentro con un familiar mayor querido y apreciado tras años sin verlo, pero de escasa originalidad. Sin ser mala, Indiana Jones y el dial del destino es la peor de toda la franquicia, y debía haber igualado como mínimo a Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. Indiana Jones ha vuelto, pero no lo ha hecho para vivir una nueva batallita, sino para contarnos las batallitas del pasado.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: nostálgicos que aún conserven sus carpetas de estudiante forradas con fotos de Gonzalo, Iván y Pedro Marín.

No recomendada por Kuato a: quien esté contando los días, las horas y los minutos para el estreno de Misión imposible: Sentencia mortal. Primera parte.

Ego-Tour de luxe por: el representante de Antonio Banderas, que igual lo enchufa en Los mercenarios 3 o en Las aventuras del Doctor Dolittle, que en Uncharted o esta Indiana Jones y el dial del destino. Monumento en la Plaza Mayor de Málaga, ya.

Atmósfera turbínea por: que lo más arriesgado de toda la peli sea ver a Harrison Ford en calzoncillos.

 

INDIANA JONES Y EL DIAL DEL DESTINO. Estreno en Venusville: 28/06/2023.

 

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